Una noche, su cuñado lo había convencido de salir por una noche a la fiesta de Medio Otoño en la recepción de las empresas más grandes de China. Realmente, no tenía ánimos para esta fiesta, verdaderamente no tenía ánimos de nada aparte de hacer su trabajo como uno de los CEO más importantes de las cuatro grandes empresas que dominan China. El recuerdo de aquella noche en la recepción el Templo Guanyin...
Bueno, no era momento de pensar en eso, pensó mientras se terminaba de arreglar, su cuerpo realmente amoldaba ese traje blanco tan característico para el logo de su empresa.
Los genes de ambos Jades de Lan eran indudablemente hermosos, nadie tenía duda de ello, dominaban el mercado, robaban miradas por donde iban y teniendo uno de ellos casado, todos perseguían al pez gordo, al heredero directo de la corporación empresarial Gusu Lan. Lan Xichen, quien siempre presionaban y nunca se quejaba, quien parecía el más amable con esas sonrisas corteses y temperamento amable por todo el mundo, sus modales, y su apellido; verdaderamente la definición de un esposo ideal para las familias que querían casar a sus hijos y obtener beneficios.
Nadie se preguntó cómo se sentía, nadie se detenía a pensar el cómo este Jade lograba soportar miradas descaradas, actitudes horribles y exigentes por parte de los ancianos de la mesa directiva, tener que sonreír a cada momento sin mostrar debilidad, porque eso es malo, ser débil es malo, eso le enseñaron desde pequeño y tuvo que soportarlo para eliminar la carga a su hermano pequeño, para que al menos uno de los dos tenga la felicidad adecuada que se deseaba; pero es su propio hermano que lo conocía tan bien que observaba sin muchas palabras, que lo veía con aquellos ojos y le decía su preocupación de llevar tal cantidad de presión solo por su apellido. Verdaderamente estos hermanos jamás podían mentirse, no con mucho éxito, ambos sabían cuando uno de ellos mentía, sufría o se alegraba, y se remordía la conciencia por ello, por decepcionar a su hermano y tío, por no ser lo mejor de lo mejor que todos pensaban.
Sentía ansiedad, sus manos le picaban el solo recordar que tenía que enfrentar a un cumulo de gente en un solo lugar, donde importantes jefes de negocios, inversionistas de diversos países y la prensa se abalanzaría ante él cuando lo vieran llegar. Porque eso es lo que soy, pensó, soy solo un premio a sus ojos
Volteo la cabeza al buro blanco que tenía, encima de ello se mostraban frascos de perfumes, un florero blanco perla con unas hermosas gardenias blancas que encontró en su escritorio hace unos días antes y por último se encuentra una cajita de cristal, un regalo de hace meses, una cajita musical adorable y hermosa, sonaba una dulce melodía, enternecedora y constante, siempre que se sentía ansioso tomaba aquella cajita de cristal con cuidado en sus manos y con la manija a un lado de la caja hacía sonar la encantadora melodía, en solo cuestión de segundos su tensión desaparecía, sus pensamientos oscuros se opacaban ante la música, sentía que podía volver a respirar, que podía caminar, que podía seguir sintiendo algo, algo oculto, algo que tenía miedo pero que sabía estaba ahí, tan dulce y puro que crecía en su interior al recordar el presente de aquella persona; que en su momento pudo pensar que era una tontería, verdaderamente lo salvo y no podía estar más satisfecho por ello.
Avanzo hasta el mueble inclinándose para tomar aquella cajita de cristal tomando la manivela y dejando sonar aquella música tan relajante, se empezó a perder como tantas veces, se sentía ligero y sin esa sensación de ansiedad de la fiesta que se aproximaba; tanto así que no escucho como se abría una puerta a sus espaldas.
No, pensó, no te compares con lo que ellos quieren, no mereces ese trato, no mereces tratarte así, es suficiente. No necesitas sufrir innecesariamente toda la vida
- Hermano - escucho aquella voz que conocía desde hace años; se volteo a verlo, sintió esos ojos fríos en los suyos propios
- Hermano, es tiempo de irnos, la fiesta empezara dentro de 30 minutos - esos ojos fríos para la mayoría, lo miraban preocupado, podía sentir como en solo una mirada sabía lo que estaba pensando y no le gustaba ver preocupación en los ojos contrarios- Hermano, si no quieres ir, no tienes porque, Wei Ying y yo seremos suficientes...
ESTÁS LEYENDO
Suerte - Whenever, Wherever -Xicheng
RomanceUna noche, su cuñado lo había convencido de salir por una noche a la fiesta de Medio Otoño en la recepción de las empresas más grandes de China Solo es para fomentar los lazos y encontrar matrimonio, pensó. Aun así no se atrevió a rechazar por más t...