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Jeremy estaba muy raro desde hace tiempo, no me miraba, ni me acariciaba, menos me besaba. Inició desde qué el desnutrido de Nai apareció, o más bien, Jeremy lo había traído. ¿Qué habrán hecho solos? ¿Volverá a ir tras él? Si eso pasa yo me muero.



-Amor, no has comido nada en todo el día, ¿quieres que te prepare algo especial?.-Sonreí desde la cocina, él aún sentado en el sofá mirando la televisión negó con la cabeza.



Afligido y molesto me dirigí hacia él. Llevaba una camisa larga y mi bóxer, quizás si soy más coqueto con él se resigne y me haga caso. Ya frente a él, me senté en su regazo abrazándolo por el cuello y mirándolo directamente a los ojos.



-¿Qué pasa? -Preguntó, pero ni siquiera me abrazo por la cintura como solía hacer. Tomé sus manos y las coloqué al rededor de mí. Él parecía confundido. -¿Qué piensas?



Otra pregunta estúpida.



-¡Jeremy! Tú ya no me miras, ni me tocas, ¡todo por Nai! ¿acaso estás pensando en él? -Parece que mi pregunta lo tomó por sorpresa. Espere a qué me respondiera pero pasando el minuto me enojé, me solté de su agarré y camine furioso hacia la habitación, él se levantó en seguida a seguirme.



-¡Mika, no te pongas así! Yo te amo.




-¡No es cierto! -Me giré para mirarlo, las lágrimas amenazaban por salir pero trate de contenerme, mi vos se rompía y temblaba por el coraje. -¡Tú sigues queriendo a ese tal Nai Vander! ¡¿Qué más tengo que hacer?! ¡¿Cómo yo te amo no es suficiente?! ¿Haberme entregado a ti, no es suficiente? ¡Todos estos años, ¿qué han sido para ti?! ¿Sólo un juego? O...¡¿estuviste conmigo porque ese imbécil te rechazo?!



No contestó. Se quedó mirándome inmóvil lo cuál respondía mis sospechas, solté a llorar frente a él, al contrario, Jeremy se quedó quieto, sin saber qué hacer o qué decir. Sin más entré a la habitación y cerré la puerta con fuerza, me deslice hasta caer al suelo y volver a llorar.



Estaba frustrado, molesto. Yo apoye a Jeremy en todo, jamás lo deje solo, renuncie a mi familia, mi apellido, mi futuro y mis amigos por él, ¿cuanto más debía esperar? ¿cuanto más debía demostrar? ¿cuanto más debía amarlo para qué me aceptara? Estaba destruido, mi corazón estaba roto, yo lo amo tanto, y saber que solo fue un engaño.



-Mika. -Tocaron a la puerta.



-¡Vete! -Le ordené.



-Bebé hablemos. -Su dulce voz, me hacia querer olvidar todo lo sucedido, quería seguir amándolo, pero me lástima que él no demuestre lo mismo.



Me levante, limpie mis lágrimas y abrí la puerta. Para mi sorpresa Jeremy ya me tenía acurrucado en su pecho, no dudé e hice lo mismo. Su aroma, su tacto, su esencia y presencia, me hacia mal pero me sentía tan bien...




-Mika, perdoname. No soy lo qué mereces, no soy bueno para ti, eres tan bello, tan hermoso y perfecto, yo no soy lo suficientemente bueno para ti y-




-Me basta con que me digas...-Levante la vista para mirarlo, y dios es tan real. -Qué jamás me dejaras sólo.





-No puedo prometerlo porque no sé que pasará en el futuro, pero, prometo estar para ti hasta que el destino nos llegue a separar.




El chico de la falda Rosada. [Yaoi/Gay] [Editando]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora