Cap. 21: Cambios.

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En la foto tenemos a un Dani super happy (?

Hacía ya tiempo que Dani había marchado, las inquietudes que me había creado Carlos se habían esfumado por completo. Ya que, evidentemente, Dani no me había olvidado. Hablábamos a menudo por Skype, y me explicaba sus aventuras en Londres.

Lo que me hizo más gracia fue cuando me explicó que se estaba colando en el metro.

Encontró trabajo enseguida, pero devido a que era principio de mes y pagaban a final de mes estuvo todo ese tiempo colándose.  Me explicó varias veces la estrategia, que era algo sobre pasar el billete al revés y, quejándose de que no iba, el guardia de seguridad les abría la puerta, aunque nunca entendí del todo el mecanismo. Otra cosa que siempre me explicaba era la vida de sus compañeros de piso.

Vivía con tres chicos más.

Kevin, que también era de Barcelona y trabajaba en un bar de cócktels.

Pedro, un chico un tanto pijo de Madrid, pero muy buena persona. Estaba estudiando bioquímica.

Y Alek, un chico de origen Ruso que se había criado en Cádiz. ¡La primera vez que lo vi se me hizo muy gracioso ver a un ruso hablar anzalúz! Alek trabajaba en el museo británico de guía.

Era una noche un poco fría de Marzo. Me encontraba en mi habitación haciendo el vago cuando decidí llamar a Daniel.

Tenía que explicarle muchas cosas.

Me puse en Skype y le envié una videollamada.

Descolgó Kevin.

—¡Anda! Hola Gabri.—Saludó.

—Hola.—Llevaba una toalla en el cuello y tenía el pelo mojado, por lo que supuse que se acababa de duchar.—¿Está Dani en casa?—Asintió, saliendo de la habitación.

—¡Dani, te llama tu princesa!—Canturreó desde el pasillo.

—¡N-no es mi princesa, se llama Gabri! ¡Idiota!—Le oí rechistar.

Después de una larga carcajada por parte de Kevin y una queja de Alek que, al parecer, estaba muy cansado, Dani entró en la habitación y se colocó frente la cámara.

—Hola Gabri. Perdona a Kevin, siempre está haciendo la misma broma.—Dijo rodando los ojos.

—No pasa nada.—Sonreí.—¿Qué tal por ahí?

—Bien. Si compartir piso con tres personas más, comer comida basura y dormir poco es estar bien, entonces sí, estoy muy bien.

—Bueno, tampoco será tan malo, ¿no?

—¿Que no es tan malo? ¡Esto es de lo peor!—No pude evitar soltar una carcajada.—Quiero volver ya a Barcelona...—Se lamentó.

—Bueno, vuelves en Junio, ¿verdad?—Asintió.—Mira el lado positivo, solo quedan...—Hice cuentas con mis dedos.—¡Tres meses!—Dejó caer su cabeza a peso muerto sobre la mesa.

—Mátame...—Volví a reír.—¿Y tú?

—¿Yo qué?

—Que cómo te va.

—Ah, pues... la verdad es que...—Sonreí de forma vergonzosa.—Las he suspendido todas...—Solté una risita incómoda.

—¡¿Qué?!

—Bueno... se ve que Bellas Artes era más dificil de lo que pensaba y yo no era tan bueno como creía.—Fui apagando mi voz a medida que hablaba, mientras jugueteaba con mis dedos a modo de quitarle importancia a mi gran fracaso.

Sweetie (inacabada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora