El Principio

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 Todo comenzó en 1979. El sol ya estaba a toda potencia, estiré mi brazo para ver que hora era. Yo tenia en mente que ya era tarde pero el reloj marcaba las 11:17 A.M. Las tripas no dejaban de sonarme debido a que no había comido nada, obvio. Mi compañero, bueno, mejor amigo Walter, me vino a preguntar que si ya quería almorzar. Antes de decirle que "si" tuve que pensar en el permiso del jefe, George. George es el encargado de monitorear a los trabajadores en la estación de petróleo, hay diferentes segmentos, a George le tocó el sur de los Estados Unidos, pero el norte de México. En pocas palabras a George le pagan el triple de nosotros solo por observar nuestro trabajo en el Golfo de México, "excelente" pensé. Este estricto idiota, ya despidió a tres compañeros, a dos de ellos los despidió solo por tardarse mas de veinte minutos en el baño. 

Walter vio que dudé.

-George dio su permiso.- dijo Walter.

-Si!- Le respondí de inmediato.

Llegamos a la puerta del comedor, para nuestra sorpresa, tenia candado. Era una de las dos habitaciones con aire acondicionado en la estación, nuestra otra opción era la oficina principal -la de George-, si queríamos comer sin calor. Llegamos al la oficina de George, yo tratando de disimular la desesperación que tenia por comer. Llegamos, observamos por aquella ventana pequeña en la puerta y nos dimos cuenta que solo había una silla, obviamente la de George, la silla estaba pegada a un escritorio metálico en el centro de la habitación mirando hacia la puerta. Cuando abrimos la puerta un fuerte rayo de luz me penetró la mirada, ese escritorio servía de reflejo a la ventana gigante que apuntaba hacia al océano. Yo me detuve para apreciar la belleza del océano en esa ventana gigante. Luego de observar el océano por 10 segundos, Walter y yo no sentamos en el suelo, a pesar de que había una sola silla no queríamos arruinarle el papeleo a George -seria una pena-. Por mi desesperación olvide ir a los casilleros, el casillero  A19  para ser exacto, a buscar el almuerzo.

Después  de bajar doce escalones, dos pisos, para llegar a mi casillero abrí el casillero. Una ola de gritos me invadieron los oídos, mire hacia arriba como si fuese a ver algo con el techo mohoso que estaba sobre mi, un impulso hizo que tirara la puerta del casillero. Ni siquiera cogí lo que fui a buscar desde un principio. Yo no sabia lo que pasaba así que con toda la calma del mundo, tratando de no correr, me fui hacia la habitación principal. Llegue, abrí la puerta lo único que hice fue en buscar a Walter para saber si tenia alguna idea de lo que pasó. Cuando entré, no había ninguna señal de el en aquella oficina. Habían rastros de arroz blanco y la mitad de una pechuga en el suelo, saliendo del plato de Walter. Ahí supe que algo andaba mal. Escuche unos disparos que provenían del oeste de la estación. Me tire al suelo, mis piernas comenzaron a temblar, luego mis manos  y al final se me hicieron nudos los músculos del abdomen. Puse mi mano derecha en la manija dorada que aquella puerta y entre-abrí la puerta lo suficiente como para ver como decapitaban a mis compañeros. Lo que pude ver, tres hombres y una mujer enmascarados y armados, tres con AK-47 y uno con dos M8A1, los hombres se veían grandes y fuertes así que con todos mis compañeros con las manos atadas en la espalda y arrodillados, la mitad de ellos decapitados, no me atrevía a enfrentar a tres hombres mas grandes que yo. Fui estirando mis temblorosas piernas hasta que poco a poco, sin quitarle la mirada de encima a los asaltantes y a mis compañeros, me paré. Miré alrededor de mi y observé un extintor de fuego en la pared derecha de esa blanca habitación. Lo agarre ya que era lo único con lo que me pudiese defender en el peor de los casos. Me volví a asomar entre la puerta, sentí que se me debilitaban las piernas y comencé a ver manchas negras, entre tres a cinco segundos me fui, me desmayé. Ese desmayo provocó que la puerta tirara con toda su fuerza gracias a todo mi peso. Pero mi cuerpo ya no era mio, era de otra persona, yo solo era la conciencia. Como conciencia, sentí que me arrastraban por los brazos:

-Aaron? Aaron abre los ojos-Dijo alguien, una mujer.

Yo respondí a mi nombre , me levante, hubiese querido que todo fuese un sueño, pero lamentablemente no lo fue. Cuando mi cuerpo abrió sus ojos, lo primero que vio, bueno vimos fue el cuerpo de una mujer. Todo se veía en blanco y negro. Imagino que el veía todo normal y yo lo veía diferente ya que solo estaba en la conciencia. Cuando dos de los hombres me soltaron, aquella mujer nos levantó de aquel asqueroso suelo. Me miró la frente y con su dedo me limpio una gota de sudor y luego lamió su dedo. Yo pensé que era asqueroso hasta que me beso y ahí comprendí que era la pareja de mi otro yo. Como conciencia, sentí su lengua en mi boca. Cuando termino de violarme la boca con su lengua, puso su mano en mi cuello y saco algo que parecía un chip. Era de color marrón:

-Que es eso?-Le preguntó mi otro yo.

-Tu chip honey, todo tenemos uno- Dijo ella. -Okay, a lo que vinimos-

Me dio la AK-47 que estaba cargando y me dijo:

-Mata los a que quedan- Se acerco a mi oído y me susurró -Líder-

Solo quedaban cinco de diecisiete trabajadores, los cinco que quedaban vivos estaban posicionados a mi izquierda en aquella linea de muertos. Cuatro de ellos no sabia ni sus nombre pero uno de ellos era Walter. Mi otro yo comenzó a dispararle uno a uno en la cabeza, el ultimo que quedo fue Walter. Walter tenia la mirada hacia al suelo, de repente levanto su mirada y se dirigió a mi diciendo:

-Tu padre no querría esto, no lo hagas, no lo hagas- suplicó.

Yo no conocía nada de mi padre el era un completo extraño para mi, tampoco sabia que el lo conociera. Mi cuerpo subió el arma y apuntó a su cabeza. Yo, la conciencia, gritaba pero al parecer nunca escuchó y lamentablemente ese día Walter murió. Podía sentir tristeza, a pesar de ser solo una conciencia podía sentir. Los otros tres hombres cogieron a todos los cadáveres y los tiraron al océano. Los cuerpos tardaban solo siete segundos en caer al agua. El primer cuerpo que tiraron fue el de Walter. Luego de que los tres hombres terminaran de lanzar los cadáveres al océano se pusieron las armas en la boca y se dispararon ellos mismos, en otras palabras cometieron suicidio, a la vez. Aquella mujer disparó a unos tubos sumergidos bajo el agua e hizo que explotaran y con ello la estación,mientras la estación se desvanecía en pedazos se acerco a mi y dijo:

-Siempre juntos, no amor?-preguntó la mujer.

-Siempre juntos- Le respondió mi otro yo.

Yo tenia preguntas,sobre mi padre, ¿Como Walter lo conocía?, ¿Por que yo tenia un chip puesto y para que?. Aquel hombre el cual no era yo se colocó el arma en la boca y halo el gatillo. Yo morí con el. Pero puedo suponer que esta historia no es el final, si no el comienzo.

Elementos De DestrucciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora