game ; woosan

41.

Jongho fue a visitar a San, ya que había faltado aquel día a clase y eso era inusual en él; así que tenía que haber ocurrido algo grave para que se quedara en casa.

Llamó a la puerta pero nadie respondió, llamó a San varias veces hasta que finalmente le respondió y debido a la insistencia del menor, San decidió recibirle.

— ¡Hyung! — Jongho corrió a darle un abrazo a su amigo, y al mirarle bien se dio cuenta de que tenía los ojos rojos. — ¿Qué ocurre?

San fingió una sonrisa. — Estoy bien, Jongho. Es solo que he pasado unas noches sin poder dormir y.. — San no pudo terminar de hablar cuando fue empujado por Jongho hacia el salón, sentándole en el sofá y acto seguido sentándose él.

— Hyung, te conozco de muchos años, puedo decir que te conozco incluso mejor que tú. Has faltado a clase, no puedes dormir y has estado llorando... ¿Qué o quién ha hecho que estés así?

— Jongho...

— San. Me preocupa que estés así, sabes que puedes confiar en mí.

San miró con tristeza al chico que se encontraba enfrente suya y suspiró. — Recuerdas... ¿Recuerdas ese chico del juego del que te hablé?

— ¿El que te gusta? — San asintió, avergonzado. — Sí, ¿sucedió algo con él?

— No es que sucediera algo con él, más bien... Descubrí quién es.

— ¿Cuándo?

— El sábado cuando nos quedamos dormidos en casa de Wooyoung, desperté y decidí hablarle, vi que la pantalla de Wooyoung se iluminó y por curiosidad eché un vistazo y...

— El chico es Woooyung, ¿no? — San calló durante unos segundos para luego asentir. — ¿Y qué tiene de malo que sea él? ¿No es mejor? Quiero decir, os conocéis ya en persona y vivís cerca, ¿cuál es el problema?

— El problema... soy yo, Jongho. ¿Qué ocurriría si Wooyoung lo descubriese? ¿Realmente crees que yo le pueda gustar? Es decir, mírame. ¿Qué tengo de bueno? Lo único que se me da bien son los estudios, en el resto de ámbitos soy un desastre y mi apariencia física es horrible. ¿Alguien como él se podría fijar en mí?

— Hyung, cálmate. No todos somos perfectos en cada cosa que hacemos, ¿vale? A mí me pareces un chico estupendo, atento, gracioso, atractivo, que sabe escuchar y no me parece que tengas un mal físico. Hyung, he de decir que si no se fija en ti, es idiota.

Jongho se alivió al ver a San sonriendo, sabía que el mayor tenía un autoestima muy baja desde la última vez que le rechazaron, pero nunca pensó que le afectaría tanto.

— ¿Te apetece ver alguna serie? Tengo la tarde libre.

San asintió y no pasó mucho tiempo hasta que se hizo de noche.

— ¿Quieres que pase la noche contigo, hyung?

— No hace falta, — Negó con su cabeza. — pero gracias. Si ocurre algo te haré saber, ¿sí?

— De acuerdo, pero a la mínima me llamas. ¿Mañana irás a clase?

San lo pensó durante unos instantes. No podía faltar otro día o perdería el hilo de sus clases, así que no tuvo más opción que asentir.

[...]

San salió de casa para ir a clase, salió minutos antes que de costumbre para no encontrarse con Wooyoung, aún no estaba preparado para hablarle como si no supiera quién era.

Sus clases transcurrieron con tranquilidad y pudo pedir a un compañero los apuntes del día anterior sin problemas, de camino a casa rezó por no encontrarse con su vecino, y cuando estuvo a punto de abrir su puerta, dichas esperanzas se desvanecieron.

— ¡Hola hyung! — Saludó Wooyoung acercándose al peliverde.

San abrió su puerta rápidamente y sin saludar ni dirigir la mirada al otro chico entró a su casa y se encerró, con el corazón latiendo a mil.

— ¿Hyung...? — Wooyoung se acercó a la puerta vecina y pegó pequeños golpes. — ¿Estás bien?

Al no recibir respuesta, San escuchó los pasos del chico alejándose del lugar, lo que hizo que suspirara, cayendo al suelo y luchando por no llorar una vez más. Al poco tiempo su teléfono sonó dos veces. Quiso dejarlo pasar, pero tras volver a sonar varias veces más, se decidió por ver quién era.

Pequeño ❤

Hyung, ¿cómo te va? Espero que estés bien.

Ya que llevas días sin responderme, hablaré sin más, ya que sé que al menos me lees.

Estoy bastante triste. 

Hoy alguien muy importante para mí me esquivó queriendo, como si quisiera evitarme...

¿Acaso me odia? No he hecho nada malo, o eso creo... Tal vez se cansó de mí.

Y además, tampoco me respondes tú... ¿He hecho algo? ¿He dicho algo que te molestase? Si es así, por favor, dímelo, no soporto estar así contigo.

Si he hecho algo que no debía, lo siento muchísimo, pero respóndeme por favor...

San no supo qué responder, su pequeño estaba triste y la causa principal de ello era él. Se sentía aún peor por eso, pero no sabía qué hacer, estaba realmente confuso en ese momento. 

Recibió otro mensaje.

Hyung, si quieres que deje de hablarte lo haré.