Me quedé mirándolo un par de segundos, ¿En serio era él? Si lucía como un hombre intelectual pero jamás imaginé que fuese escritor y mucho menos mi profesor.
Él se presentaba y yo no podía dejar de mirarlo, cada vez que hablaba era como si el resto del mundo hiciese silencio solo para escucharlo.
- Mi nombre es Sergio Martínez, y seré su nuevo profesor de literatura, también soy escritor y más que todo me gustaría ser vuestro amigo- no solo fue en ese momento siempre hablaba así, susurrando, por un segundo me pareció que me miraba y sonreía, sacudí mi cabeza y seguí escuchando- ahora para conocernos un poquito más, me gustaría que todos se pusieran de pie y dijeran su nombre, su libro favorito y por qué es su favorito, vale- dió una señal y los estudiantes comenzaron a ponerse de pie.
La mayoría de los chicos no leían, y los que lo hacían eran solo cómics o libros de fantasía, las chicas, la gran mayoría decía libros de romance y una que otra dijo alguno erótico, pero a pesar de que me escondí detrás de mi compañero, mi turno llegó.
Me puse de pie y enseguida los murmullos comenzaron.
- Esa seguro ni sabe leer- susurró la querida Vanessa, no soportamos ninguna a la otra.
- Mi nombre es Hannah Benson, y no tengo ningún libro favorito- bajé la cabeza.
- Te lo dije- ella y su grupo de zorras rieron en voz baja.
- Bien, bueno continuemos- volví a sentarme y escondí la cabeza entre mis brazos hasta que el turno de clases terminó.
Salí en dirección al recreo pero el profesor me detuvo.
- ¿Eres tú verdad?- solo lo miré a los ojos y me quedé en silencio- si, por supuesto que eres tú, qué casualidad ¿no? Qué vine a dar clases a tu escuela.
- Sí le dice a alguien que me vio trabajando en aquel lugar le diré al director que su nuevo profesor y famoso escritor visita sitios de strippers.
El se quedó en silencio mientras su cara palidecía.
- No pienso decirle a nadie, solo intentaba ser amable y saludarte- ahora parecía molesto- ya puedes irte.
Soltó mi mano y salió del aula antes que yo.
Era el recreo y todos en la cafetería estaban sentados en grupitos en las mesas mientras comían.
Yo por mi parte estaba en la mesa apartada al final escribiendo en mi libreta, no tenía amigos, tampoco tenía tiempo de intentar hacerlo, ni los necesitaba, así estaba bien.
Sonó el timbre de volver a las aulas y simulé que no me había dado tiempo comer algo.
Al entrar la profesora de matemáticas ya nos esperaba en el salón.
- Disculpe señorita, lamento interrumpir- Sergio se apareció en la puerta- esto solo me tomará un segundo.
La profesora asintió y él entró en el salón, ¿es idea mía o se esta acercando a mi?
Definitivamente se estaba acercando.
Dejó sobre mi mesa una bolsa de papel y se fue de la misma forma repentina que vino.
Abrí la bolsa y dentro había un sándwich y un refresco.
Todos me miraron y comenzaron a murmurar lo mismo de siempre.
- No tiene ni dinero para el almuerzo, al profesor debe haberle dado lástima.
- Bien volvemos a la clase- la profesora volvió a hablar para acallar los comentarios.