Después de casi dos años sigo sintiendo que se me va a salir el corazón por la boca antes de subir al escenario. Aún quedan 20 minutos y yo ya estoy lista. Repaso mentalmente todo lo que me ha llevado hasta aquí, hasta este momento, con una sala llena esperando exclusivamente por mi. Pero hay cosas demasiado dolorosas de recordar y menos en este instante.
Sacudo la cabeza como si eso fuese a alejar esos pensamientos de mi. Me miro en el espejo. Peinada y maquillada así parezco una artista, solo falta que me meta en el papel.
Hoy estreno single y no había mejor lugar para hacerlo que Valencia. Vuelta a las raíces, decían. En un principio mi discográfica quería montar un concierto para más de 5.000 personas pero me negué. Sentía que esto debía ser íntimo así que aquí hemos terminado. Teatro Olympia con aforo para 900 personas. Todas esperando a ver con qué los sorprendería esta vez.
Mi carrera tras mi paso por OT no ha parado de avanzar. En cuanto salí, Sony apostó por mi y me dio la libertad de crear a mi antojo. Y les gustó tanto que saqué mi primer disco tan solo 3 meses después de salir de la Academia. Las canciones fueron algo más comerciales y más poperas de los típicos temas cortavenas que a mi normalmente me gustaba escribir. Pero en el estado de euforia en el que estaba en aquel momento todo lo que salía de mi eran cosas alegres.
Mi público se mantuvo estable. A los que les gusté desde OT me siguieron sin preguntar a dónde. A los que no gusté sigo sin gustar, para qué mentir. Pero en todo este tiempo se ha sumado mucha gente a mis oyentes y podría decirse que no me va mal.
Por eso estoy también tan nerviosa. Este single quiero que sea una muestra del disco que está en camino y que no tiene nada que ver con el anterior. Las canciones ya no son tan alegres pero vienen cargadas con un mensaje más potente. "Nunca más" va a ser la que presente esta noche, un tema que habla de cómo me hundí por no saber gestionar mis emociones cuando la gente de siempre dejó de ser y de cómo salí de ese pozo y no iba a permitir que volviese a pasar.
Llaman a la puerta del camerino sacándome de mis divagaciones.
- Sam - dice Clara, una de las personas que se encarga de controlar que todo vaya según lo previsto siempre - a ver, lo primero estate tranquila, ¿vale? Si tú me dices que les diga que se vaya yo se los digo. No te preocupes por nada. Tú céntrate en el concie...
- ¡CLARA! Respira ¿qué pasa? - creo que en todo lo que llevo trabajando con ella nunca la he visto divagar de esta forma.
- Han venido Maialen, Flavio y Gèrard al concierto. Al parecer Pablo los ha invitado porque creía que era una buena forma de promocionar el single - me explica con la cara algo descompuesta temiéndose mi respuesta. Me quedo unos segundos en silencio procesando la información. ¿Cómo va mi mánager a invitar a alguien a uno de mis conciertos sin haberme avisado antes?
- ¿Es una broma?
- No, cariño, están en la sala para invitados. ¿Qué quieres que haga?
¿Que qué quiero que hagas? Pues no lo sé, la verdad. ¿Sería muy fuerte si le pidiese que los echase, no? Llevo evitando este reencuentro desde hace meses y no es justo que tenga que ser hoy cuando tenga que pasar. Y menos sin haber tenido tiempo a prepararme mentalmente. Es que no quiero, joder. Aquí todos tomamos nuestras decisiones hace meses, qué sentido tiene volver ahora a revolverlo todo.
Clara se queda mirándome, expectante, esperando una respuesta. Ella sabe todo lo que pasó porque lo vivió conmigo así que es lógico que tampoco sepa que hacer. Lo que no sabe es que, en este momento, en mi cabeza, me estoy poniendo el traje de artista. Esto es algo que me enseñaron hace tiempo, en esta profesión las entrevistas son algo a lo que no debemos negarnos, pero los periodistas y sus preguntas pueden llegar a ser muy crueles. La forma más fácil de evitar que eso nos afecte es ponernos un disfraz contra el que choque cualquier pregunta o comentario malintencionado.
- Nada - digo poniéndome en pie - voy a ir a saludar antes de empezar y voy a dar un concierto de la hostia.
Salgo de mi camerino con la sonrisa de las entrevistas puesta y me encamino hacia la sala de los invitados. Es una pequeña salita que solemos preparar en cada espectáculo para que cualquier persona a la que yo invite, o en este caso mi querido mánager, puedan ver el concierto desde la tranquilidad.
Abro la puerta, temblando por dentro pero con toda la seguridad que soy capaz de transmitir por fuera. Lo primero que veo es a Flavio, a ÉL, de pie en medio de la sala jugueteando con sus anillos como suele hacer cuando está nervioso. Maialen y Gèrard están sentados en el sofá que está al fondo de la sala. Pero toda mi atención, de forma inevitable, ahora está puesta en él, en lo largo que tiene el pelo, en que lleva puesto ese jersey blanco que tanto me gustaba y en que no para de mirarme de arriba a abajo.
Salgo del trance y me dirijo primero hasta mis dos antiguos compañeros para saludar.
- Samantiti, pero ¡qué guapa estás y cómo te he echado de menos! - dice Mai mientras me abraza con fuerza.
- Pero qué sorpresa me habéis dado, no sabía que ibais a venir - digo mientras me separo de ella y voy a abrazar a Gerard. Todo esto me pone muy incómoda.
- Nos invitó Pablo hace más de dos semanas, pero no queríamos decirte nada para darte la sorpresa que hace muchísimo que no nos vemos - responde Gèrard con ilusión.
El abrazo acaba y ahora viene lo complicado. Me giro hasta quedar frente a Flavio, que ha avanzado hasta ponerse tras de mí mientras saludaba a los otros. Enseguida me invade el olor de su perfume que por lo visto no ha cambiado desde la última vez que nos vimos.
- Flavio - digo con toda la seguridad de la que soy capaz. Él se acerca y me abraza, pero sentir sus brazos envolviéndome es demasiado. Son demasiados recuerdos, demasiadas preguntas que me vienen a la cabeza. No necesito esto ahora. Me separo de golpe y finjo mi mejor sonrisa mientras que él aún no ha abierto la boca.
- Bueno, espero que disfrutéis el concierto y todo eso, pero tengo que ir a terminar de prepararme. Cualquier cosa que necesitéis se la podéis pedir a Clara sin ningún problema.
Y así sin más, doy media vuelta, mientras las caras de Mai y Gèrard son un poema, y salgo de la sala sintiéndome asfixiada, esto ha sido una encerrona en toda regla. Lo que no me espero es que él venga detrás de mi.
- Samantha, espera - dios, odio cuando me llama así.
- ¿Qué quieres, Flavio? - por desgracia no puedo evitar lo borde que he sonado.
- Tenemos que hablar.
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¡Hola! Estos días me he vuelto bastante fan de wattpad y, entre unas cosas y otras, en gran parte debido al aburrimiento, me he animado a escribir algo.
Perdonad si hay algún fallo pero hacía muchísimo tiempo que no me paraba a pensar una historia y plasmarla.
¡Y si has llegado hasta aquí, muchísimas gracias por haberlo leído!
PD: ¿qué creéis que ha pasado entre Sam y Flavio?
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Siempre tú
FanfictionSamantha y Flavio se vuelven a reencontrar después de más de medio año sin haber tenido contacto. Ella, dolida y orgullosa, ha construido una muralla a su alrededor que no va a ser tan fácil traspasar. Pero Flavio tiene un objetivo en la mente y no...