Todo esto empieza cuando doy un paso más a lo que viene siendo mi futuro, esto implica un cambio de escuela, ya que entro a la universidad.
Soy Sofía una chica con 18 años, que vive con sus padres, acostumbra a solo estudiar y por las tardes practicar un deporte, todo esto es rutinario, nada mal, ¿No?
Pues bueno, yo entro a la universidad, un poco nerviosa y preocupada, pero eso es normal, también triste porque dejaré de ver a mis padres y por el momento dejaré las prácticas mientras me acostumbro a mi nuevo estilo de vida, soy nueva en esto de vivir sola, apesar de que mis calificaciones y capacidad en el deporte me han llevado a salir muchas veces sola, sin mis padres, pero ahora todo es distinto. Tengo tantas emociones encontradas que no sé cómo explicar esto, ya que no soy buena explicando o demostrado mis emociones, soy pésima en eso, siempre mi mamá me ha dicho que si no expreso lo que siento, podré perder lo que más quiero, pero yo digo que no tiene razón, es peor demostrar lo que sientes y que no lo valoren si no al contrario, que te humillen o te hagan de menos, que la otra persona sienta un cierto control sobre ti, al saber que lo que sientes y que eres vulnerable, por esa y otras razones no digo lo que pienso, hablando de mis sentimientos, porque si hablamos de temas académicos no terminaré de hablar, más si es algo en lo que me gusta estar involucrada, me gustan muchos los debates y no me gusta perder.
Primer día de escuela, al entrar al salón no veo a casi nadie conocido pero me percato de que en un lugar pegado a la pared está una amiga, para ser exacta, mi mejor amiga, la miró y ella me está mirando también y me da una sonrisa.
—Hola Fer- le digo mientras me acerco a ella.
—Hola— me dice ella con una gran sonrisa. — Te guardé un lugar- agrega
—¿Si?— respondo un poco sorprendida
—Si- Afirma ella—Al ver las listas me di cuenta de que estamos en la misma clase.-Me dijo.—Que bien, lo bueno que tendré un buena compañía —añadí con una gran sonrisa.
Fernanda ha sido mi amiga desde la secundaria y hemos tenido una buena amistad en todos los años que han transcurrido, apesar de que en ocasiones nos dejamos de hablar, sin alguna razón aparente, nos volvemos a hablar y todo sigue igual, por esa razón es por la cual ninguna de las dos sabíamos a dónde íbamos a ir a estudiar a terminar la preparatoria.
Pasan las horas y con ellas las clases y salimos, ella se fue a comer a la cafetería con su novio, que también estudia aquí pero es un año mayor que ella, tengo que recalcar que ese tipo no me ha caído muy bien desde que lo conocí, pero hace feliz a mi amiga y eso que pone feliz a mí. Sigo caminando con rumbo al baño y me pongo a pensar en muchas cosas, mi inseguridad me gana muchas veces y la verdad no soy muy buena haciendo amigos, me siento un poco rara estando sola, entro al baño me lavo las manos y vuelvo a salir con rumbo a la cafetería, entro en ella y veo cómo está demasiado llena ni entra ni una aguja en ella.
—¡Ash!— expreso y reviro los ojos.
-Esto es horrible— dice una persona a mi lado.Volteo la cara y veo a un muchacho, su color de piel es clara, cabello negro bien peinado, de mi estatura —Me sonrie— al sonreírme noto que se le hacen unos hoyuelos en sus mejillas.
—¡Ay sí- respondo, devolviéndole una sonrisa.Me di la vuelta y dije —Creo que volveré después.
—Yo igual- me dijo él —Soy Omar- agregó él.
—Soy Sofía— le respondí, mientras avanzaba hacia mi próxima clase.
—¿Eres nueva?— me preguntó él
—Si—le respondí con la mirada hacia abajo —¿Y tú?— Agregué yo.—Yo igual—me respondió él.
Sin darme cuenta ya estaba enfrente del salón en el cual tomaría la siguiente clase.
-Bueno aquí me quedo- Le dije yo con una sonrisa.—Esta bien- me dijo él —Espero verte pronto- añadió.
—Si, espero vernos luego—Le respondí.
Entre al salón unos minutos antes de que la clase empezara, la verdad tenia muchas hambre ya que esta mañana no desayuné nada, gracias a los nervios que traía. En mi mente ya me veía saliendo de esta clase, yendome hacia la cafetería a comer algo.
—Ya volví— Escuché la voz de Fer, la cual me sacó de mi nuve en la que andaba y me empezó a contar que pasó tiempo con su novio y sus amigos, también me dijo que debí de haber estado con ellos, que soy muy buenas personas, pero la verdad prefiero estar sola, aunque aveces eso me estrese, para la próxima lo tomare en cuenta y tal vez vaya con ellos.
Entra el profesor al salón de clases —Buenos días— Y nos empieza a decir que todo es distinto aquí, que ya no estamos en la preparatoria, es algo normal, siempre los profesores dicen lo mismo, es un asunto para nunca acabar.
Empieza a explicar cómo estará estructurada su clase, los materiales que debemos de llevar y todo eso. Al cabo de un tiempo el profesor termina de explicar y éste dice que la clase a terminado, sin escuchar a mi amiga, salgo hecha una bala hacia la cafetería y compro algo de comer, me siento en una mesa y me dispongo a comer. Terminé de comer y al levantarme a botar la basura, tropiezo con una mujer, alta, su piel blanca como la leche un cabello negro y corto.
—Disculpa— le digo yo, un poco apenada.
Ella se voltea y exclama —¿Sofi?, ¿Cuánto tiempo sin verte?.Me quedo pasmada al verla, la verdad no la reconocí, era una amiga que creí que me odiaba por algunas diferencias que tuvimos en el pasado, bueno no fueron diferencias más bien a ella le gustaba mi novio pero no le hizo caso a ella si no a mí, y ella se alejó de mi por esa razón, no me dirigía la palabra para nada, pero eso no era mi culpa, pues yo no sabía que a ella le gustaba él.
—¡Eh, hola!— le dije yo con un tono muy raro en mi voz.
—Hola— me dijo ella. —No creí que te vinieras a estudiar acá, creí que te irías a otro lado, por ejemplo a dónde está Edgar.Edgar es mi novio y él es mayor que yo, dos años para ser exacta, él está estudiando en una universidad más cerca de donde yo vivo.
—No— le respondí yo soltando un leve carcajada. —La verdad es que decidí venir aquí y no estar allá, no tiene nada que ver con él, si no que acá siento que es mejor y se relaciona más con lo que quiero—Agregué.
—Esta muy bien Sofi-?—Me dijo Karla
Ella se ofreció a darme un recorrido por la escuela y que la conociera, ya que ella la conocia porque su hermana estudio aquí y muchas veces vino a visitarla, nos paramos en un balcón el cual tenía una vista muy bonita hacia la cuidad.
La verdad me alegro de que Karla dejara lo que sentía por mí, ya que éramos muy buenas amigas y no me gustaba la idea de que me dejara de hablar solo por un chico. Estábamos paradas con los cosas sobre el muro que había el el balcón...—Hola karla— escuché una voz de un chico.
—Hola, no creí verte por aquí— le dijo ella y ambos se abrazaron.
Volteo a verlos y me percato de que es el chico que me he encontrado en la cafetería la primera vez que fuí.
ESTÁS LEYENDO
Ni amor ni odio
Teen FictionSofía es una joven de 18 años que acaba de entrar a la universidad, se enamora de un joven mayor que ella, pero se ve involucrada en una relación demasiada tóxica y hace que se aleje de las cosas que quiere y de sus amigos igual, ella ya no sabe que...