CAPITULO 2 - DEMONDS

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Abro los ojos y la habitación explota en una luz neón morada.
Salgo de la cama y hay dos niños mirando hacía a la ventana... La niña toma de la mano al niño y él llora.

Somos Pietro y yo, pero cuando más me acerco me doy cuenta que no es una ventana, es el marco de la puerta de una habitación; la habitación que ya no está, pues a caído 7 pisos abajo. Es nuestra casa y abajo, entre todos esos escombros están nuestros padres.
Corro hacía ellos y trato de llegar antes de que ambos caigan hacía el vacío, cuando voy a sujetar el brazo de mi padre, todos caemos; es una caída libre.

Miro hacía arriba y Pietro está ahí, observo a detalle y no se encuentra solo, alguien lo acompaña; ambos miran hacía el vacío.
Estoy a punto de caer otra vez y trato de elevarme como me han estado enseñando, pero soy solo yo, sin ninguna clase de poder que pueda ayudarme. No puedo... Caigo al vacío y despierto brincando de la cama, haciendo que una ola de energía explote en la habitación y cuando abro los ojos todo es un desastre.
Vision se ha golpeado con el espejo rompiéndolo en mil pedazos.

—¡Vis! —Salgo de la cama y corro hacia él, para levantarlo.

—Estoy bien. —Se ve que no lo está, esta asustado.

—Arriba Vis, lo lamento. — Me siento muy culpable.

—Wanda, está bien. —Sonríe.

Vis se levanta del suelo y mis pies estaban sangrando.

—Wanda, tus pies, ¿estás bien? —Miro hacia abajo y estoy sangrando; me he cortado con los pedazos del espejo. —¿Quieres que vaya por algo para ayudarte?

—No, está bien. —Quito importancia.

—Vis, ¿qué pasó?

—Creo que tenías ese sueño otra vez, te escuché desde mi habitación y vine a verte, pero cuando llegue a ti, hubo una ola roja que salía de tu cuerpo, era como si estuvieras enojada. Se expandió por la habitación y me arrojo lejos de ti, al igual que todo. —Miró hacía el espejo roto.

Jamás había reaccionado mi cuerpo así, ni cuando Natasha corría hacía mí. Pero desde que se fue, le temo más a dormir.

—Lo lamento tanto, Vis. —Agaché la cabeza.

—Yo estoy bien, pero tú estás sangrando.

—Puedo arreglarlo. —Le sonreí.

Mi propio dolor hacia que mis manos fueran directo a dónde tenía la herida y comenzará a curarme.

Vision tenía los ojos puestos en mí, y aunque no sabía que decir, sabía que estaba consternado aunque pareciera que no sentía absolutamente nada.

—Estaré bien. —Asegure.

—¿Quieres que me quede contigo esta noche?

No sabía si era prudente comenzar a depender ahora de Vision, ya era demasiado depender de Natasha como para ahora hacerme dependiente de alguien más.

—No, estoy bien.
Vision me miró a los ojos y sonrió débilmente.
—Ve a descansar. —Volteé mi rostro.

—Tú también trata de hacerlo. —Susurro y caminó hacía la salida.

—¡Vis!

–Si, Wanda. —Se detuvo.

—Gracias.
Él sonrió y salió de la habitación.

[...]

La mañana era lluviosa. Vivir en un lugar tan grande donde la mayoría de las veces no tienes mucho que hacer comenzaba a ser aburrido. Entre a la habitación de Natasha y tomé los libros que tal vez ella ya había leído.
Jane Eyre, Cumbres Borrascosas, el retrato de Dorian Gray, y otros títulos del mismo género; Natasha era una amante de la literatura de época.
Tomé dos libros y salí de la habitación sin que nadie me viera, de todos modos devolvería los libros antes de que ella volviera a casa.
Fui a la sala de star, que estaba fuera del gimnasio de entrenamiento y abrí el primer libro; Jane Eyre.
Pasaron dos horas y aunque aún me costaba trabajo saber a qué se refería en demasiadas cosas, comenzaba a interesarme este libro.
Eran más de las 5 p.m. y yo no había sentido el tiempo pasar.

𝓪 𝓭𝓲𝓯𝓯𝓮𝓻𝓮𝓷𝓽 𝓴𝓲𝓷𝓭 𝓸𝓯 𝓱𝓾𝓶𝓪𝓷 // WANDAVISIONDonde viven las historias. Descúbrelo ahora