Cuando terminó su primer turno, Kohaku abordó su auto y condujo directo al centro, donde buscó entre las tiendas algún vestido caro que llenara las expectativas de un restaurante de la talla como al que iría. Además necesitaba que sea un vestido cómodo por sí de daba la situación de que tuviera que entrar en acción, y que tuviera la posibilidad de esconder su arma y sus cuchillos entre sus telas.
Finalmente encontró un vestido adecuado para la ocasión, rosa con un escote un poco demasiado indiscreto, pero no le molestaba mucho. Los hombres podían mirar todo lo que quisieran, pero nunca tocarla. Lo importante en el vestido era la falda suelta y con el largo hasta las rodillas suficiente para ocultar sus armas, además que se veía lo suficientemente elegante para que lo acepten en un restaurante tan exclusivo.
Luego de comprar el vestido, fue a una peluquería a intentar arreglar un poco el desastre que era su cabello. El peluquero en turno la regañó por su descuido y finalmente después de un baño de crema le dejaron el cabello suelto y le dijeron que se compré una diadema para hacerla lucir aún mejor. Ella asintió, pero solo se compró una cinta con un moño y la uso para atarse el cabello en su coleta de siempre. Sí surgían problemas lo mejor era mantener su cabello atado.
Regresó su trabajo justo a tiempo para ver a su jefe salir. Maldición. ¿Tanto se había tardado?
-Ahí estás, leona.- al verla bajar de su auto, Senku le sonrió. –Estaba a punto de llamarte. Es hora de irnos.- le hizo un gesto para que la siguiera a su auto.
-No me llamé leona...- masculló por lo bajo mientras lo seguía. –Lamentó sí me retrasé.- dijo una vez se subió a su carísimo auto último modelo de alta tecnología.
-No te preocupes por eso. Mi cita todavía no ha llegado allí.- Kohaku apretó los puños y expulsó aire por la nariz.
Eres su guardaespaldas, no su novia. No te dejes dominar por celos estúpidos. Sé profesional. Sé profesional. Sé profesional.
Se repitió eso todo el camino hasta el restaurante, saliendo de sus pensamientos solo cuando su jefe salió del auto y abrió la puerta para ella, tendiéndole su mano. Lo miró aturdida. Se suponía que era ella la que debía abrir puertas para él, salir primero y ser servicial, no al revés.
-Gracias, Ishigami-sensei.- murmuró confundida, pero no tuvo más tiempo para pensar en ello cuando de repente una voz femenina se hizo oír por encima del bullo de las calles de Tokio.
-¡Senku-san!- una chica castaña excesivamente bonita con dos coletas se acercó corriendo a ellos y de inmediato se colgó del brazo del joven científico. –Qué guapo estás.- observó su elegante traje con agrado.
¡¿Ruby?! ¡¿Una de las modelos de moda?! Así que... chicas como esta son las que le gustan a Senku ¿eh?
Kohaku hizo su mejor esfuerzo para no demostrar la decepción y tristeza en su rostro y comenzó a mirar a sus alrededores, intentando ignorar la conversación de su jefe con su hermosa cita. Solo debía concentrarse en hacer su trabajo, buscando alguna cara conocida en su lista de personas potencialmente peligrosas para su jefe o alguien que se viera sospechoso o fuera de lugar.
Su intento de distraerse murió cuando otras dos voces femeninas se hicieron oír.
-¡Senku-san! ¡Qué guapo!- las hermanas de Ruby, Garnet y Sapphire, rubias y esplendidas, también llegaron de la nada y se abrazaron cada una a un brazo de Senku, mientras que ahora la castaña estaba abrazada a su cuello.
Esta vez Kohaku no pudo contenerse de mirarlo con la boca abierta y el ceño fruncido.
¡Tres supermodelos! ¡Las famosas hermanas deslumbrantes! ¡El bastardo va a salir con tres supermodelos! ¡Dice que no tiene tiempo para relaciones y sin embargo ahora viene y sale con tres de las modelos más aclamadas del año! ¡Tres hermanas! ¡Hijo de la gran...!...
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Trampa Perfecta
FanfictionAU / Three-Shot / ¿Quién le tendía una trampa a quién? Más importante aún ¿por qué? / (Portada por YasumyV)