The armonía of the pobla[Fifth Harmony Chilensis]

Laurita cochinona.

Narra Camila.

La mea volaíta. 

Y al final, si llegué virgen a mi casita. Llegué completita.

Igual en las últimas noches pensé que iba a pasar algo, porque la Laurita es bien coqueta y se pone media cochinona, pero no, no pasó ná'.

—¿Vienen con hambre, mis chanchis? —preguntó mi mami

—Sí, porque la Laura no quiso parar en ninguna copec, así que no compramos nada.

—Pucha oh, yo les voy a preparar unos pancitos en lo que llega tu papi y tu tata, Laurita.

Ella asintió mientras bajaba las maletas y los bolsos

—Ayúdala pues, mi pollo.

Eso intenté, pero mi chanchita tenía más fuerzas que yo.

—¿Y cómo lo pasaron?

—Bien po, mami, bien lindo todo, llovió harto eso sí, pero lo pasamos bien.

—Mmm...harto fome lo pasaron si eso es lo único que me van a contar.

Y cuando la laurita salió un poco, mi mami me agarró pero altirazo ):

—¿Y no hicieron nada? —Se cruzó de brazos

—¿Qué?

—Ay ya mi pollito, no se haga la tonta, si sabe de lo que le estoy hablando, pues.

Negué, agarré el pan y me fui.

—Está loca, esa señora, está loca —susurré y salí, la laurita estaba abrazada a su papi, quien estrenaba chupalla nuea.

—¿Quién está loca, oiga? —dijo, sonriendo, saludándome

—No, nadie...mi mamá no más, que dice puras tonteras...oiga, le queda re bonita la chupalla.

—Gracias pues, gracias, está nuevecita.

Entramos todos, con la laura comimos algo y salimos, le llevó a andar a caballo pa allá pa sus tierras, más o menos pal monte, donde nos íbamos a veces.

—¿Se te pasó el hambre? —dijo tirándose al pasto, yo me senté con ella

—Sí, estaba wenísimo.

—Wenaaaaaardo.

Me reí.

—¿Tu crees que nos dejen irnos juntas a Estados Unidos?

Asentí.

—Demás que sí.

Nos quedamos un ratito bien callás, ella me abrazaba no más y me hacía cariñitos, pero después como que le anduvo bajando la inspiración a mi socia y se puso re intensa la cosa, pues.

—Ay...Laura —dije quejándome.

—Que eris chanta, pollito, cuando estábamos allá, ni te quejabas, al contrario, pero aquí, altiro alegando, oh.

—Pero...es que nos pueden ver po, Laura, yo no quiero eso, aparte...aparte mi mamá anda preguntando cosas 'rete desubicadas y...

—Si tu mamá habla puras leseras no más, oh, ¿cómo se le ocurre pensar que yo iba a tocar a su angelito?

Le pegué su wen manotazo en la pierna.

—¿Qué me querís decir con eso? ¿ah?

—No, yo nada, yo digo no más, como si hubiese pasado algo.

—No pue', nada pasó, no pasó nada.

Sonrió, pícara.

—Si tu lo dices...