Epílogo

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*2 meses después*

Punto de vista de Samantha.

Habían pasado dos meses desde que Alex se marchó a L.A, no he vuelto a saber de él; apenas se comunica con su familia y mejor no hablar de sus amigos, aun no lo asimilo, fui a buscarle y aún así se marchó estaba claro que no estaba dispuesto a hacer por mi lo que yo por él. 

Estaba en mi casillero colocando mis libros para mi siguiente clase, voy caminando por los pasillos tras la acción anterior y me encuentro con el casillero de Alex, lo extrañaba.

— ¿Estás bien? — me pregunta Gia frente mío. — estás un poco pálida.

— Es un poco lógico, estoy demasiado cansada. — le digo y ella parece comprenderme.

—¿Has hablado ya con mi hermano? — niego con la cabeza. — Sé que puedes salir adelante sin él, ya ha demostrado todo lo que importamos y es una mierda.

— No me coge las llamadas, le he mandado quinientos mensajes de voz diciéndole que quiero hablar con él, pero no. — suspiro.

— es un cretino.

Las clases se me hicieron eternas, pero no pude concentrarme en nada, ademas estaba súper mareada como para tomar apuntes. La comida no me entraba, sé que debía comer; pero no podía mi cuerpo no me pedía comer, me pedía ver a Alex, hablar con él.

La noche había caído sobre Miami, los días se me hacían más pesados sino tenía ningún indicio del hombre del cual estaba enamorada; realmente estaba destruida, le amaba como no amé a nadie y ahora le perdí, porque fui tonta.

— El número que ha llamado no está disponible en este momento, por favor deje su mensaje. — una vez más le llamé y no respondió.

— Hola Alex, esta es la última vez que te insisto; de verás es importante debemos hablar. Espero que te vaya todo muy bien. — colgué y me hice una promesa, si no me busca tras este mensaje me rindo, nosotros merecemos un futuro mejor.

— Que no te preocupes. Es bien capullo y no se merece nada. — decía Ariadna sentada en mi cama mientras yo estaba sentada en el pollete de la ventana.

— Tengo que decírselo Ariadna; debe saberlo.

— Pero no ves que no quiere, pueden salir adelante solos; no les hace falta ni Alex ni nadie.

¿Pensará en mi? Me conformo con que me pensara aunque fuese la mitad de lo que yo le pienso, le recuerdo y le extraño, ¿tendrá novia? Seguro, nadie es inmune a los encantos de Alex.

Esto debe acabarse, si Alex no quiere saber lo que tengo que decirle tan importantísimo, nos merecemos alguien mejor.

FIN.

El Que Se Enamora Pierde [EN EDICIÓN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora