41 - DESPERTAR

78 15 15
                                    

Tengo una extraña sensación de pesadez, como si hubiera dormido durante años. Es tal que me siento incapaz de mover un sólo músculo de mi cuerpo.

¡Espera! ¿He dicho cuerpo? ¿Significa eso que hemos vuelto?

Sonrío en mi interior. Es lo mejor que nos podía haber pasado. Por desgracia, me siento incapaz de reaccionar. Tal vez poco a poco...

En ese momento se escucha un sonido de cristales rompiéndose. Eso me sobresalta, haciendo que sea capaz de mover algo la mano. Compruebo entonces que tengo en un lado la espada y al otro a Drogo. Eso me tranquiliza. Mi cuerpo empieza a reaccionar y está seguro, pero no sé porqué tengo curiosidad por lo que está sucediendo a mi alrededor.

Decido quedarme quieta, aunque poco a poco todo mi cuerpo empieza a reaccionar.

—¿Ves? Te lo dije. Están todos fuera y ahora podemos actuar con tranquilidad.

Esa voz... ¿Loan? ¿Qué narices hace aquí?

—Es cierto. No volveré a dudar de ti. 

¿Samantha? ¿Es que no podía tener un peor despertar? 

—Siempre tengo razón. Y ahora vamos a acabar con este par de monstruos. No sé el tiempo que tenemos.

¿Nos ha llamado monstruos? ¿Él? ¿A nosotros? Empiezo a ponerme nerviosa cuando siento que me aprietan la mano. Eso me relaja. Parece ser que Drogo ha despertado también.

—¿Cómo lo hago?

—¿Otra vez te lo tengo que explicar, Samantha? Clava en su corazón la estaca. Es la única manera de acabar con ellos.

¿Nos van a clavar una estaca? ¡No fastidies! Justo ahora que acabamos de volver.

Tranquila, cosita. Cuando yo te diga, levanta la espada.

El mensaje mental de Drogo llega justo a tiempo. Ya estaba a punto de saltar sobre esa arpía.

—¿Estás lista?

—Eso creo.

—Entonces, a la de una, a la de dos y a la de...

Ahora.

Levanto la espada y me incorporo de golpe. Al abrir los ojos me encuentro con una asustada Samantha que no sabe cómo reaccionar. Normal. La punta de mi espada está clavada en su cuello.

—¿En serio ibas a matarme? —pregunto con tono inocente —. Eso no está nada bien, Samantha.

—Mi esposa tiene razón —añade Drogo —. Decidme. ¿Qué os hemos hecho para que nos odiéis de esta manera?

—Es la ley del más fuerte —responde Loan tratando de parecer tranquilo, aunque no deja de temblar —. Tenemos que acabar con vosotros antes de que lo hagáis con nosotros.

—¿Y de dónde os habéis sacado esa tontería? —inquiero ya harta de esta pareja.

—Tenéis poderes. Sois una bomba de relojería que en cualquier momento puede estallar. No podemos arriesgarnos a eso. Tenemos hijos a los que proteger.

Suelto un suspiro de aburrimiento. Está claro que todo el trabajo que los chicos han hecho en Mistery Spell no ha servido de nada. Por lo menos con estos dos.

¿Qué hacemos con ellos? —me pregunta Drogo intrigado.

No sé... ¿Y si les matamos?

Demasiado comprometido. ¿Sabes lo populares que son?

Pues no me hubiera importado, aunque... siempre podemos modificarles la mente.

DC XII:LA REINA DEL MUNDO √Donde viven las historias. Descúbrelo ahora