El juego de hockey

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— Esto será emocionante — dijo Kara con una sonrisa, el juego de hockey estaba por comenzar.

— Ya habías estado en muchos antes, Kara — dijo su hermana.

— Lo sé, pero es la primera vez de Lena — sonrió, volteando a ver a su amiga.

— ¿Lo es? — Alex miró hacia atrás. Lena asintió —. Vaya... está bien.

— Yo nunca... — comenzó Lena, cuando llegaron a sus asientos.

— Descuida — Alex le interrumpió con un gesto de la mano —. Hay una primera vez para todo.

— Es genial que nos hayas acompañado — dijo Kara con una gran sonrisa tomando asiento.

— Suerte que terminé con los pendientes en la oficina.

Dicho esto, un gran ruido comenzó, la multitud se animó y el juego dio inicio.

Kara miraba atenta los palos de hockey enviar el disco -o "galleta", como Jeremiah le había dicho que se llamaba la primera vez que le había llevado a un juego de hockey- de un lado a otro. Le fascinaba ver a los jugadores moverse rápidamente sobre el hielo con gracia y facilidad. Ella había querido aprender a patinar, pero sus poderes no le habían dejado. Por más que lo había intentado, cada vez que trastabillaba un poco terminaba flotando sin querer. Lo había intentado un par de años después, cuando el control de sus poderes era mayor, obteniendo el mismo resultado. Al final, se había rendido. Sin embargo, eso no le había quitado su pasión por ese deporte.

Alex estaba emocionada, no tanto como su hermana, pero lo estaba sin duda. Kara le animaba alegremente a apoyar a su equipo favorito, pero por alguna razón Alex parecía contenerse. El hockey realmente no le gustaba tanto como a Kara, disfrutaba viendo un buen juego, sí; y las peleas ocasionales no estaban de más, pero lo suyo eran las artes marciales. Después de todo, el hockey era algo especial para Kara y su padre.

Lena, por su parte, estaba un poco confundida. La multitud parecía saber lo que quería y ella había leído cuanta cosa había encontrado para prepararse para esa noche. Eso es lo que habían sido sus pendientes de la tarde, pero aun así le costaba seguir el ritmo del juego. Kara le había invitado a acompañarlas para celebrar el día en que fue adoptada por los Danvers, era su amiga se sentía mal de pensar en rechazarle. Además de que sabía que Eliza no había encontrado tiempo para asistir debido a las remodelaciones de su casa en Midvale, así que decidió que iría, confirmando la cita con Kara y Alex unas horas antes del juego. Lo que no esperaba, era ver a la mayor de los Danvers en vaqueros y una blusa holgada de los NC Lions, el equipo oficial de National City. Sólo le había visto en su traje del FBI, por lo que el cambio se le hizo bueno.

— Ya regreso — dijo Kara cuando se escuchó un gran estruendo.

— ¿Qué ha sido eso? — preguntó Lena desconcertada. El ruido no aparecía en lo que había leído.

— Eso marca el final de un tiempo — le dijo Alex, acercándose para que pudiera escucharle sobre el ruido que hacia la multitud —. Quiere decir que han pasado veinte minutos, habrá un descanso de quince y luego seguirá el juego.

— Vaya... ese ruido no era parte de lo que investigué — dijo sin pensarlo.

— ¿Investigaste? — Alex le miró.

— Bueno — dijo sonrojándose —, yo nunca había asistido a un juego y...

— Hey, está bien — Alex le ofreció una sonrisa comprensiva y tocó su brazo —. No tienes nada de que preocuparte, cuando estés con nosotras puedes ser tú. Puedes ser sólo Lena.

Entre Lena y Alex Donde viven las historias. Descúbrelo ahora