- Rayos, ¿dónde dejé las malditas llaves? Juro que las acababa de sacar cuando estacioné el coche - maldije por lo bajo, mientras vaciaba mis bolsillos en la puerta de entrada de ese antiguo edificio.
Había conocido a Hernán desde que él entró a su primer año de preparatoria, siempre fue un chico tranquilo, era demasiado de casa; nos llevábamos bien.
Jamás olvidaré la forma en la que nos conocimos... Ambos teníamos una amiga en común, Fernanda, con quién nos llevábamos sumamente bien desde mucho tiempo atrás. En una ocasión, tuvo un problema con un chico, por lo cual, nos pidió ayuda para poder solucionarlo. No sabíamos de la existencia del otro; y, cuando comencé a decir todo lo que le haría a ese chico, otro chavo se unió a la conversación, igual furioso, amenazando con cosas intimidantes para contra de este mismo chico.
¿Quien era él? ¿Por qué sabía de los problemas de mi mejor amiga? Y, especialmente... ¿por qué se metía en mis planes para darle una lección a ese chico?
Comenzamos a platicar, obviamente cada uno teníamos ideas algo diferentes acerca de qué podríamos hacer con ese chico; pero teníamos algo en común, y era que queríamos que ese chico pagara por todo lo que estaba haciéndole a Fernanda.
- Bien, al fin las encontré - dije, mientras abría la vieja y oxidada puerta de reja negra - No puedo creer que después de tanto tiempo éste edificio siga en pie. Hernán era el que se encargaba de mantenerlo al día, y ahora nadie lo hace.
Después de cerrar la puerta, volteé a ver al último lugar del estacionamiento del edificio.
- Después de tanto tiempo, sigues aquí, campeón - susurré, mientras me acercaba hacia un coche que se mantenía bajo una funda protectora, aparentemente abandonado, ya que estaba llena de polvo, y con algunas moscas a su alrededor - Qué lástima... él siempre te mantuvo impecable, te tenía bastante aprecio. Es momento de pensar a qué museo irás, a él no le hubiera gustado que te vendiera a otra persona, así que, vamos a llevarte a un museo - pensé, mientras quitaba esa vieja y sucia funda, solamente para dejar al descubierto un bello Oldsmobile Cutlass Ciera 1991, 4 puertas, color vino; impecable, hasta los neumáticos eran los originales de cuando salió de la agencia.
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La Historia que Debió Ser
Não FicçãoMi mejor amigo acaba de fallecer, en verdad no puedo creer que haya hecho lo que hizo... Vivía solo, no tenía a nadie además de mi, y una persona que fue sumamente importante para él. Vine a su apartamento para recoger sus cosas, y lo ví...ví ese di...