Boda Feliz

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Las cosas suceden por algo, o eso fue lo que su padre le dijo.

Las vías del tren sonaban tan fuerte que podrían callar el llanto de la novia, aquel lastimoso llanto desde lo más profundo de su alma rota. Si ella hubiera prestado atención de lo que los demás decían, si ella hubiera entendido las indirectas. Si tan solo hubiera visto a través de aquella horrible y dolorosa máscara.

Pero estaba enamorada, era estúpida no podía negar que dentro de su corazón ella sabía que su amado estaba raro. Ella sabía la verdad desde hace años, pero como dicen No hay peor ciego, que el que no quiere ver. Ella decidió ignorar el hecho de que su príncipe perfecto, no era tan perfecto como ella soñaba día con día. La llegada del tren en que ella entraría destrozada, estaba frente a sus hermosas zapatillas.

Al subir lo primero que hizo fue sentarse en un lugar vacío, tratar de no llorar enfrente de tanta gente. Lo cual le era imposible ya que su maquillaje estaba arruinado, sus ojos rojos e hinchados por el llanto anterior. Las personas la veían con lástima algo que ella quería que dejaran de hacer, jamás fue una persona la cual lo demás deberían tener lastima. Era una guerrera de nacimiento, pero justo en ese momento al solo recordar su desastrosa boda lágrimas traicioneras salían solas.

Con sus manos cubrió su cara y no contuvo más sus ganas de dejar salir todo su dolor. Lloro sin importarle ya las miradas morbosas que la miraban, la vida era injusta ya no comprendía cómo era que las cosas terminaron así.

Comencemos de nuevo la hermosa mujer de cabellos negros como la misma noche, se encontró a su príncipe azul en los edificios de la ONU. Ella había sido llamada para darle un recorrido a un nuevo miembro de la organización. Al parecer el antiguo representante había muerto, como ahora la junta era en su territorio era su obligación mostrarle las bellezas. Aceptó sin rechistar al conectar sus hermosos ojos dorados como el mismo oro, con aquellos zafiros su mundo se detuvo por unos segundos que le parecieron una eternidad.

Se presentaron y desde ese momento el cuento de hadas de aquella joven mujer comenzó.

En pocos meses los dos habían caído enamorados el uno del otro, decidieron ir lento pues los dos querían que ese sentimiento fuera real y puro. Cuando dieron el primer paso ella le presentó a su familia, aquel joven conoció al padre, su madrastra y hermanos. Todo caminaba con normalidad, El padre de la joven era alguien de respetar, pero no podía decir lo mismo de la madrastra. Aquella mujer era una víbora, era hermosa, manipuladora, codiciosa e envidiosa. Con los hermanos no hubo tanto problema, se sintió muy bien al conocerlos. El le presentó a sus hermanos, ya que su madre murió en el parto cuando nació su hermana, y su padre había muerto no hace mucho.

Los dos se amaban mas que nada las cosas iban demasiado bien, pero al pasar tres años juntos lo normal era seguir floreciendo su amor. Y eso fue lo que ellos hicieron al decidir casarse, Rusia le pidió matrimonio a México encima de una montaña cubierta de hermosa y fina nieve. Con lágrimas en los ojos aceptó sin dudarlo aceptó ser su esposa, pero aquella mujer no aceptaría que la hija favorita de España sea feliz con lo que le pertenecía a su adorable hija. El plan de aquella venenosa mujer era simple, hacer que su hija se acercara al novio de la hija trofeo de su marido. Para que poco a poco lo engatusaran y destruyeran la vida de aquella, que les quitaba lo que se merecían. México sin duda alguna era la favorita de todos, la única hija de España y Azteca aquella india que le arrebató todo. México era la hija mayor de todos sus hermanos, y cuando murió su madre ella entró en juego. Engatuso al padre de esos estúpidos y le dio una hija, pero el primer amor jamás se olvida, Azteca era el primer amor de España y la única que tenía el corazón de aquel hombre.

No importa que hiciera él jamás la vio con ojos de amor, incluso el horrible parecido de México con su madre, le habían arrebatado el amor de España. Azteca y México las únicas mujeres a las que España amaría, si su hija trofeo le pedía algo España se lo daba sin cuestionar nada. La mimo a tal grado que se volvió intocable, sus hermanos también la amaban con locura al tener el parecido con su difunta madre. Cuando México llegó llena de energía a la casa, dando la noticia de que se iba a casar fue luz verde para que su plan fuera en marcha.

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