Comienza el viaje de Natsu, Happy, Lucy, Kurai y los espíritus celestiales para poder volverse mucho más fuerte y así defender a sus seres queridos.
Lucy Heartfilia, maga celestial, dragon slayer del sol y maga de Sun Flower.
Natsu Dragneel. dragon...
La roca con las extrañas marcas magicas comenzaron a brillar. La magia salió de la roca y un círculo mágico se formó al rededor de la roca.
Una esfera mágica de color oscuro apareció, y cuando poco a poco comenzó a desaparecer mostrando a ambos peli negros y a ambos respectivos exceeds.
— Minerva ¿Estás bien? — preguntó con tono de preocupación el peli negro observando a la nombrada.
Efectivamente la maga de espacio no se veía demasiado bien, parecía muy cansada, su espalda arqueada hacia delante y sus manos apoyadas sobre sus rodillas. Su respiración irregular y sus ojos entre cerrados.
— Sí — suspiró con agotamiento la peli negra. Ella se colocó firme en su lugar y colocó una de sus manos sobre su frente, se sentía mareada — usar ésta magia consume mucha magia — se quejó la peli negra.
Rogue se acercó a la peli negra y colocó el brazo de ella al rededor de el cuello de él ayudándola a mantenerse de pie. Colocó su mano en la cintura de la peli negra pegándola a él. Eso ayudaba a la maga de espacio a no caerse ni desfallecer.
— Déjame ayudarte — pidió el dragón slayer mirando de manera sería a su compañera de equipo.
Minerva sonrió y asintió con una sonrisa confiada, aunque podía incomodarle el hecho de estar tan cerca del Cheney, pero era lo mejor para no estorbarlos.
— Frosh piensa que hacen bonita pareja — dijo de manera inocente alzando una de sus manos.
— No es momento — susurró Minerva con un tono rencoroso en su voz al mismo tiempo que entre cerraba sus ojos.
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— ¿Y cómo se supone que funciona ésto? — preguntó el peli rosa cruzándose de brazos.
El dragón slayer de fuego se encontraba cruzado de brazos con su ceño fruncido y una expresión de desconfianza en su rostro.
El había hecho lo que la rubia le había pedido. Ir al psicólogo mágico para que lo ayudarán con sus pesadillas constantes. Pero, no podía evitar sentirse incómodo. Tenía el prejuicio de que tan solo los locos iban allí.
— Señor Dragneel. Parece que se encuentra incómoda — dijo la psicóloga recolocado sus gafas mientras se cruzaba de piernas.
La psicóloga de cabello negro el cual llevaba su pelo recogido en un moño alto sonrió de manera agotada al mismo tiempo que ladeaba levemente su cabeza. Cerró sus ojos y soltó un suspiro.
