El sentir que todos tengan las manos sobre tú cuerpo es una sensación agobiante. Necesitas hacer algo, necesitas detenerlos sin embargo no puedes.
- Noelle Silva
Esta es una historia que relata sobre un secuestro a Noelle Silva. La historia trata so...
Un albino corría bajo la lluvia, yendo al castillo de la familia Silva en busca de una albina en específico. Sin embargo cuando estaba por llegar a la residencia Silva lo detuvo una voz que conocía perfectamente.
— ¡Asta San! Te vas a resfriar. — Comentó una de cabellos naranjas corriendo donde el chico hasta llegar donde el y colocarse al lado del chico así le da a los dos el paraguas. — ¿Qué haces corriendo en un día lluvioso? — Pregunto extrañada.
Asta no podía decirle la verdad o al menos no tenía el valor porque parte de su corazón lo tenía Mimosa o al menos eso creía el albino. Como la residencia Vermillion y la Silva estaban al lado Mimosa decidió ir a la Silva para evitar a su detestoso hermano como ella le decía. Tocó el timbre de la residencia Silva y un sirviente del lugar les abrió ya que conocía a Mimosa y al albino sabía que era compañero de la menor Silva así que les dejó pasar y claramente con permiso de Nozel. Al entrar ahora una sirvienta se acercó rápido a Asta y le dio una toalla para secarse. El albino se quitó los zapatos para no mojar el suelo de la residencia Silva, este estaba adentro pero sin embargo no se adentró ya que no quería mojar todo el lugar. Nozel se presenció bastante intrigado donde los dos invitados.
— Me gustaría saber porqué su presencia. — Comentó calmado e intrigado ala vez el mayor de los Silva.
— Primo Nozel es que había vuelto de tomar algo con una amiga y iba para mi castillo pero vi a Asta correr bajo la lluvia y no lo traje a mí castillo porque sabes como es el detestoso de mi hermano, espero y no te moleste primo Nozel.
— No, no, no pasa nada. — Comentó el de la trenza sobre su frente. — Ya pedí ropa para los dos. — Mencionó ya que Mimosa se terminó mojando también. — Aparte... Gracias a Asta Noelle es así de fuerte así que no me puedo quejar... — Comentó medio avergonzado por admitir eso.
Se escuchó una voz más que de a poco se acercaba más. Pronto se dejó ver la figura de la menor de los Silva que estaba con una apariencia muy distinta a la que normalmente la veían, con su cabellera suelta y un vestido de color lila.
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— Nozel nee sama, ¿hay visi‐ — Se detuvo al ver al albino y a la de cabellos naranjas. Se quedó viendo fijamente a los dos.
— ¿Ocurre algo Noelle? — Preguntó el Silva por la actitud de la albina.
— Nada, me voy a mí sede. — Comenzó seria para ir a por su escoba y correr para irse sin embargo su hermano mayor la detuvo.
— Sabes Noelle no se si viste por las ventanas pero... está lloviendo con una fuerza inmensa. — Comentó señalando a una ventana mostrando que llovía aún más fuerte que antes. — Y no creo que ustedes salgan en estas condiciones.
