El linaje perdido de los descendientes ancestrales

Capítulo 2

Unos cuantos años más tarde...

Un joven príncipe se encontraba recostado en un sillón viendo como su madre iba de un lado para otro arreglando cosas.

- ¿Tengo que ir yo también madre? –Replicaba el joven príncipe– Mari es la heredera al trono.

- Sí, es posible que en esta reunión entre Reinos, puedas encontrar a tu pareja destinada.

- Pero yo no quiero ir, no soporto el calor del Reino del sur –dijo haciendo un puchero.

- No quiero más discusiones Yuuri, iras y punto.

- Seguro no será nada interesante y me aburriré...

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- Padre ¿es conveniente llevar a Yuri? –miró a su madre con el pequeño de tres años en brazos.

- Por supuesto que sí, no podemos dejarlo solo o con la nana –respondió el Rey del oeste.

- Tu pequeño hermano nos necesita aún, cariño, no podemos dejarlo solo –respondió la Reina.

- Bien, pequeño tigre, espero que aguantes el viaje –dijo Viktor viendo a su pequeño hermano Yuri

- Hemano viejo –respondió el pequeño omega.

- ¡Que no estoy viejo! –Respondió con un tono de reproche- ¡Mi cabello es plateado! ¡Plateado! –sus padres rieron ante la expresión de llanto que había hecho Viktor.

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- ¿A dónde iremos?

- Al Reino del Sur mi querido hijo

- ¿Es ese Reino en donde el calor es sofocante? –Su padre asintió- ¡Yo no voy!

- Pero Jack ¡ya confirmamos nuestra asistencia!

- Pues cancélala –suspiro –solo llámalos y listo, diles que me enferme de grav...

- Ellos no tienen teléfonos aun, Jack.

- ¿¡Qué!? ¿Acaso viven en la época medieval?

- No pero prefieren sus raíces, tienen de nuestra tecnología pero aún no tienen lo más reciente

- Tienes que hacer mejores negocios con ellos papá –resopló- ¿Al menos puedo llevar mi báculo? –Norte sonrió y asintió.

- Sí, arréglate, tú hermana esta lista.

- ¿Vas a llevar a Emma? ¡Pero es muy pequeña! –dijo asustado.

- Jack, no podemos dejarla sola, de ahora en adelante somos solo nosotros tres –dijo Norte de manera seria, Jack se sorprendió pero no dijo nada.

- Entiendo, estaré listo en dos horas –dijo firme.

- Ese es mi muchacho –Norte le revolvió los cabellos y Jack se quejó pero no lo aparto, no admitiría que le encantaba que su papá le diera de vez en cuando unos cuantos "cariños".

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- A-Astrid, espérame... por favor.

- Vamos Hiccup, tienes que ser más rápido y audaz.

- Pero no tengo tanta fuerza como tú –dijo Hiccup entre jadeos.

- Pues deberías, después de todo eres un hombre.

- Sí, pero tú eres un año mayor que yo, así que tienes que ser más considerada conmigo –soltó exhausto