The Pirate 🏴‍☠️ [l.h] PAUSADA

𝑐𝑎𝑝𝑖́𝑡𝑢𝑙𝑜 25

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Carlo se estrelló de cara contra el fuerte cuerpo de Franco, cayendo en el suelo sobre su trasero, el mayor no pudo evitar sonreír y sentir sus ojos cristalizarse al mirar a su hijo en perfecto estado, no tenía ni un solo rasguño.

Lo cargó fácilmente abrazándolo con fuerza, estaba tan feliz, al fin había encontrado a su bebé.

Los demás también estaban felices ¿cómo no estarlo? Pero, había algo raro ahí.

En primer lugar, ¿por qué iba junto a un venado?

Luke no fue el único que notó aquello, pues compartió miradas confundidas con Leonardo y Henderson en cuanto notaron al ciervo, que miraba fijamente al frente.

Después miraron a Carlo casi al mismo tiempo.

Mientras Franco lo abrazaba y le decía lo muy preocupado que estaba por él sin dejar de sonreír, el pequeño solo se quedó mirando fijamente un árbol.

Tenía los ojos nublados, justo como los ojos de Rubí la noche del incendio.

-¿Carlo?-preguntó Leonardo extrañado, el menor movió la cabeza de un lado a otro con los ojos cerrados, al abrirlos miró a su alrededor confundido.

-¿Papá?-preguntó, todos lo miraron sin comprender.-¿C-cómo llegué aquí?-preguntó mirando nervioso hacia todos lados.

-Viniste corriendo, ¿no lo recuerdas?-preguntó Luke, sosteniéndose en una rodilla para estar a su altura.

-No, no.-susurró buscando algo con la mirada, sintiendo sus ojos cristalizarse.-¡Leven!-gritó preocupado.

-¿Que?-preguntaron los tres a hombres, mientras Luke frunció el ceño.

-¿Ella te hizo daño?-preguntó cuidadoso, el menor negó.

-Ella, Ella, me dijo que corriera.-sollozó.-ha-había algo.-lo miraron intrigados.-¡Ve por ella tío!-pidió mirándose preocupado.

-¿En donde está?-preguntó Luke levantándose rápidamente.

-No se.-sollozó.-No lo recuerdo.

-Bien, bien, no te preocupes, seguro no ha sido nada, iré a ver cómo está.-murmuró señalando a Leonardo y Henderson.-Ustedes, conmigo, Franco, tu ve más atrás con Carlo y...su animal.

Todos asintieron, comenzando a correr por el mismo camino que Carlo había tomado.

Era un camino largo, de veinte minutos más o menos, le sorprendió que Carlo lo recorriera tan rápidamente, pero bueno, el miedo te hace hacer cosas imposibles.

Al llegar al lugar no pudo evitar sentir su corazón dolerle a tal intensidad que parecía que iba a salírsele del pecho.

-Joder.-murmuró Leonardo, mirando boquiabierto la escena frente a él.

Leven estaba amarrada, por las muñecas, y tenía otra soga alrededor de su cuello, como si fuera un perro, se arrastraba dificultosamente por el suelo, intentando huir, tenía la cara llena de sangre.