—Dime...—respondió Joxter algo nervioso, pero intentando disimularlo.
—¿Es verdad que nuestra especie puede oler emociones?
—Algunas, olemos el miedo, olemos la tristeza y olemos el amor.—respondió Joxter esperando a que esa fuera la única pregunta.
—¿A qué huele el amor?—pregunto Smufkin mientras se sonrojaba un poco.
—Es... Es complicado definirlo ¿sabes? Cada uno es diferente, por lo tanto puede oler distinto para cada quien... Es una mezcla entre los aromas que más te gustan... Y el aroma natural de la persona a quien amas.—respondió Joxter recordando aquel dulce aroma que había olido alguna vez, una mezcla entre miel, manzanas y el perfume de Moominpappa.
—El aroma del mar, las cerezas frescas y...—dijo Snufkin en voz baja para sí mismo.—Oh, ya lo veo. Entonces cuando conociste a mamá ¿a qué olía?
Esa pregunta había metido al Joxter en problemas, no tenía idea de que responder, ya que cuando estaba con Mymble solo podía oler un empalagoso perfume de lavanda. Pero no le causaba nada, no lo hacía sentir su estómago llenarse de mariposas.
—Ehh, pues... La Mymble olía a... ¡Manzanas con miel!—respondió una verdad a medias de forma suficientemente creíble.—pero un enamorado no sólo se deja llevar por el olor de el objeto de su afecto... Sino que también de que es lo que siente al estar cerca.
—Entonces ¿cómo se siente estar enamorado, papá?–Snufkin dejó caer su cabeza hacia un lado, así como un perro.
—Es agradable. Es hermoso. Simplemente uno no quiere alejarse, ni puede dejar de pensar en la persona a quien quiere. En cuanto lo sientas, sabrás que es amor.—respondió.
Snufkin se sintió liberado de una pesada carga, inspiró profundo y exhaló sacando todo el estrés junto con todo el aire que sus pulmones pudieron expulsar mientras una de sus manos se mantenía pegada a su pecho.
—Menos mal. Yo pensaba que esto era algo grave y solo... solo es esto.—dijo con una pequeña sonrisa.
—¿Entonces ya lo sentiste?—preguntó Joxter.
—Si. Lo he sentido y creo que no puede ser malo. Es maravilloso.—dijo Snufkin con cierta ilusión.—Padre, creo que estoy enamorado de Moomin.
Al escuchar eso, el plato recién lavado que sostenía Joxter cayó de sus manos rompiéndose así en mil pedazos. El sonido del plato roto atrajo a Moominpappa hasta la cocina.
—¡Santo cielo, Joxter! Si mi señora esposa ve esto va a matarte.—dijo Moomimpappa al ver el viejo plato de porcelana roto en el suelo.—Será mejor ocultar el cuerpo del delito.—Moominpappa ayudó a Joxter a recoger los trozos del suelo.
—Papá, ¿por qué reaccionaste así? —preguntó Snufkin aún sorprendido por la reacción de su progenitor.
—No puedes estarlo. Es ilógico. No es posible mi querido Snufkitten.—dijo Joxter.
—¿No?
—¡NO! Los mumrik no pueden enamorarse de los moomin. Es antinatural.—de repente sintió algo en su interior quebrarse como el plato de Moominmamma.—No es posible hijo.
Snufkin se quedó pensando. Moominpappa no dijo nada, sabía que Joxter le había mentido a Snufkin por su propio bien. Pero al escuchar la forma en que Joxter le dijo eso a Snufkin, sabía que su amigo estaba sufriendo.
—¿Es eso verdad?—preguntó Snufkin a Moominpappa.
—Esto...—el nervioso troll albino dirigió sus ojos a Joxter, el mumrik con cara de gran tristeza solo asintió con su cabeza dándole a entender que debía responderle con falsedad. Por un momento Moominpappa vil los ojos de Joxter brillar como si se llenaran de lágrimas.—Si. No es posible que eso suceda. Los moomins no tienden a establecer vínculos profundos con los mumrik... sus naturalezas son tan distintas que no combinan.
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La madurez de un Mumrik
FanficSnufkin llegaba nuevamente al Valle Moomin después de un largo viaje por el sur durante el invierno. Lo que él no tenía en cuenta era que pronto cumpliría los 18 años y eso sería un gran y peludo problema.