El día era agradable a decir verdad. Tenía todo para salir a caminar, a comer o a acostarme en el césped y disfrutar del cielo despejado cerca del río Han, el cual quedaba a unos minutos de mi edificio, pero era todo un dolor de cabeza sacar cosas de mil cajas que ese tema quedaba muy en segundo plano. Encontrar un lugar a cada objeto que había traído conmigo no era muy fácil ni muy divertido que digamos.
No exageraba, el departamento era agradable y tenía todo lo necesario para poder existir y no morir en el intento, pero Dios, ¿no podían habérmelo dado amueblado?, listo para solo acomodar mi ropa, uno que otro cuadro de mi madre y algunas pertenencias. Pero, oh, cierto, mi madre no quiso porque literalmente prefirió sacar todas mis pertenencias de la casa de golpe, solo para poder hacer un estudio de arte con mi habitación. Impresionante.
Ahora estaba que caía rendido por el cansancio luego de haber acomodado una pesada cama y un gran sofá —que ciertos cargadores lo pusieron en su lugar y solo me encargué de quitarles el plástico que los protegía del polvo y centrarlos bien por la estética y simetría—, pero de que moría ahí mismo, moría. Algunos muebles ya estaban acomodados en su lugar como la mesa y su dos sillas correspondientes, el mueble donde iría el televisor, algunas repisas, libreros, la cómoda y otros varios por haber venido con mi padre la semana pasada para adelantar y que no me diera trabajo acomodar lo demás, pero creo que no fue suficiente adelanto porque el aire me faltaba. ¿Tan poca actividad física hago?
Pero, viéndolo todo de manera lenta, aun habiendo cosas sin acomodar y sin desempacar, el sentimiento de calidez estaba inundando mi corazón; el tener un nuevo hogar, de poder ir forjando este departamento base a mis gustos y deseos era tan acogedor y hogareño, que ya imaginaba mil situaciones en ese lugar, y en ninguno dudaba de haberme mudado a este edificio. Era simplemente perfecto.
Y más por el bello paisaje que tenía a la hora de mirar la ventana, aunque éste fuera levemente interferida por el edificio de enfrente. Pero ahí mismo podría ver el bello amanecer, el atardecer y el anochecer. Tenía una gran obra de arte justo enfrente. Y un edificio a su lado.
Aunque, algo llamó mi atención.
De casualidad, en el apartamento de frente lo que se veía por la ventana, ¿era un lienzo con un fondo azul marino? Se veía magnífico a decir verdad. Ese azul contrastaba con todo lo que había alrededor. Una pared blanca, varios cuadros pasteles, pinturas por doquier. Se veía en desorden aquel espacio, pero se notaba que era acogedor. Tal vez su vecino o vecina era pintor; un vecino con quien compartía su gusto por el arte. ¡Bien por él o ella!
—¡Taehyung-ah, déjame pasar antes de que pase por mi propia cuenta!
Reí en mi interior al escuchar los gritos correspondientes de mi mejor amigo, Jimin, quien tocaba la puerta de manera desesperada, mientras pedía que esta fuera abierta antes de que la tirara por mérito suyo. Había estado esperando el momento de visitar mi departamento, no porque me estuviera independizando, sino porque ahora tenía un lugar seguro donde él podría acudir en cualquier momento para molestarme, pasar el rato, o prácticamente vivir en este lugar hasta que su madre lo permitiera oficialmente.
—¡Taehyung-ah, la comida está muy caliente! ¡Mis manos arden!
De acuerdo, creo que debería ir a abrirle. Pero antes, analicé por última vez el departamento de enfrente, encontrándome con una delicada figura en medio de la habitación en la cual la ventana se ubicaba. Una delicada figura que no estaba antes y que atrapó por completo mi atención.
Era una persona baja, y su complexión se notaba delgada, mas su atuendo remarcaba muy bien el ancho de sus hombros y su diminuta cintura; su piel se veía demasiado blanca, muy suave, reluciente. Esa camisa azul de rayas se notaba arremangada, y delgados brazos y manos estaban expuestos ante su mirada. Encantador. Sus dedos se miraban delicados, sus nudillos eran de un color rosado pastel, mientras en ella se remarcaban varias venas azules y verdes y, también, juraría que el tamaño de su mano era parecido al mío. El cabello sobresalía de la boina que esa persona estaba utilizando. Cabello oscuro, un agradable contraste.
Se veía tan neutro que llamó toda mi atención. Su perfil se dejaba ver por la posición en la que se encontraba, y no pude no aprenderme el relieve de su cara, su mejilla colorada, su nariz de botoncito. Su oreja estaba adornada de un pendiente, y antes de que pudiera analizar lo que podía ver de los ojos del chico, este lo miró. Su hermosa y cálida mirada cayó en él.
El aire dejó de entrar en sus pulmones de manera inmediata, su corazón se aceleró más de lo debido, sus manos empezaron a sudar mientras sus ojos no se podían apartar del contrario. Había quedado paralizado ante aquella sorprendente mirada. ¿Eran aquellos los ojos más hermosos que había visto en toda su vida? La respuesta es sí. El rostro, todo lo que conformaba esa persona, era sumamente hermoso. Lo más hermoso que puede llegar a existir en el planeta Tierra.
Volví un poco en sí cuando lo vi sonreír tímido con sus mejillas más coloradas de lo normal. Sus ojos, un tanto felinos, analizaban mi ser, y estaba más que encantado. Pero, de pronto, este apartó su mirada y cerró las cortinas ante mi atónita mirada.
—¿Qué fue eso?
Me pregunté a mí mismo mientras miraba las cortinas color beige que se interpusieron ante esa persona. Me quedé perplejo por unos minutos más, pensando en todo lo que acababa de pasar, en lo raro que se comportó mi ser al verlo, hasta que el fuerte sonido de un golpe a la puerta lo despertó.
—Mierda, Jimin...
Sin dejar de pensar en aquello, caminé rápidamente hacia la puerta y, quitando el seguro, la abrí dejando a la vista a un joven con un recipiente de comida en sus manos apoyado en la puerta. Por mi acción este se tambaleó, pero al encontrarse con mi mirada, solo me miró seriamente a los ojos, se paró de manera correcta y se dio paso al departamento sin pedir permiso.
Esa tarde me tuve que aguantar todos los reproches de mi amigo, de cómo decía que lo estaba dejando en el olvido y que poco a poco me iba a alejar de él hasta acabar nuestra gran relación de más de 10 años por su tóxico comportamiento. Pero mi cabeza nunca estuvo en él ni en sus reproches. En toda la tarde, entre la cena, y antes de dormir, pensó en ese apuesto chico.
Esa noche, ese chico con una piel de porcelana y unos labios rojizos estuvo entre sus pensamientos, y sus bellos ojos fueron los encargados de calmar sus miedos y de arrullarlo, otorgándole una de las mejores noches de su vida.
"Había una vez un pequeño pintor que me enamoró".
[🌺]
¡Nuevo fic! Por fin pude desarrollar esta idea que tantas ganas tenía de escribir y compartir. Espero les guste, les hice con mucho amor.
Trataré de traer capítulos cortos pero frecuentes para así no aburrirlos y no perder el hilo de la historia.
Muchas gracias de adelantado por su apoyo. Los amo.
Bye bye, nos leemos luego, cuídense mucho, hagan sus tareas virtuales, aprovechen sus vacaciones, hagan un poco actividad física, no descuiden su salud mental, vean muchas series, lean muchos libros, tomen awa y mucho más. Los quiero mucho❣️
발레리
Revisado - 110723

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Paint Me ✧ TaeGi
Fanfiction❲ 발레리 © 011020 ❳ ༄ ┋ Donde Taehyung, un artista en ascenso, se enamora de un pequeño pintor desconocido.