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朝 : mañana
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La luz se colaba por la habitación de una manera molesta. Cómo odiaba cuando eso pasaba.

Las manecillas del reloj en la pequeña mesilla indicaban que eran las nueve.

Los pequeños brazos alrededor de su torso intensificaron la fuerza con la que se aferraba a él; Zenitsu enredó sus piernas con las de Tengen, reduciendo mucho más el espacio entre ellos dos de manera inconsciente. Una mañana fría no resultaba de lo más cómodo para el menor.

- Uzui - apenas percibió el pequeño susurro; el chico tenía su cabeza escondida en el cuello del mayor, amortiguando por momentos los sonidos que emitía.

- ¿Si? - procura hablar igual, o más suave que el rubio; rodea su cintura y acaricia suavemente el cabello rubio, repartiendo pequeños y flojos besos por la zona. El sueño no colabora, pero inevitablemente se crea un ambiente tranquilo, liviano. Sólo son ellos dos, y ese estado de relajación los induce mucho más al sueño.

De pronto un sonido fuerte, desesperante, irritante, se hace presente y, con una velocidad sorprendente, el ambiente creado se esfuma, dando paso a una mañana mucho mas caótica para ambos.

El llanto de algún pequeño niño, que había elegido encontrar alguna desgracia exactamente al lado del balcón.

- Ugh, mátalo - el adolescente hace mucha más fuerza en su agarre, levantando ligeramente la cabeza y sacándola de su "escondite". Sus ojos están entrecerrados, con el sueño impreso en ellos. Sus mejillas tienen el sonrojo habitual que induce al mayor a besarlas y, como todas las mañanas, su flequillo estaba torcido de manera graciosa. Tal vez era por la almohada, o tal vez simplemente era una ley que el chico levantara todas las mañanas con un cuerno al lado del ojo derecho.

Uzui ríe ligeramente, acercando nuevamente su rostro al contrario y, con suavidad, deja un beso sobre la frente del chico, y otro, y otro.

- Ahí no - Zenitsu sostiene entre sus manos el rostro del mayor, acariciándolo suavemente y con cariño. Lo aleja suavemente y, cuando Uzui está a una distancia que le parece aceptable, levanta mucho más el rostro, rozando ambos labios suavemente y con pereza. El sueño aún sigue en él, y gradualmente su respiración se vuelve acompasada - aquí - su voz se apaga lentamente y, cuando el menor está a punto de caer nuevamente dormido, una presión en sus labios, un poco más fuerte, se lo impide.

Es un simple toque; no hay saliva, y las manos de Uzui se quedan en la cintura del rubio. No se mueven, ni tienen intenciones de hacerlo. Se oyen chasquidos en la habitación, y el beso se profundiza mucho más.

Aún así es lento, acompasado. Uzui acaricia levemente la curva del menor con un pulgar, y Zenitsu tiembla ligeramente. Los brazos del menor suben desde el torso contrario, hasta sus hombros. Los rodea, y nota nuevamente la diferencia de altura que hay entre ambos cuando, al sentir que el brazo alrededor de su cintura lo apega un poco más al mayor, su cuello duele.

Es automático, no lo quería hacer, y Zenitsu se maldecía a sí mismo por sus estúpidos reflejos. Rompe el beso, alejándose ligeramente con una mueca en sus labios; lleva su mano izquierda hacia un lado de su cuello y, cuando se da cuenta de lo que acababa de hacer, sus mejillas toman un rojo más intenso.

- ¿Zenitsu? - Uzui pasa de tener una expresión sorprendida a una de preocupación; de agacha ligeramente y, cuando está casi a la altura del contrario, logra tener contacto visual con el rubio.

- Perdón - lo dice en un susurro casi avergonzado y, tan rápido como sus ojos se miran, Zenitsu rompe el contacto, desviando la mirada hacia abajo - ah, creo que me rompiste el cuello - sonríe levemente, dedicándole una bonita imagen a su pareja. Uzui se ve nervioso.

- Hey, no bromees con eso, ¿Estás bien? - se acerca mucho más al menor y tantea la zona del cuello que el rubio había sostenido anteriormente. Zenitsu sonríe, y piensa que se ve tierno con aquella expresión consternada en su rostro.

Se acerca levemente, dejando un pequeño y suave beso sobre la mejilla del mayor.

- Lo estoy, estás exagerando - rodea nuevamente sus hombros, suspirando y con una pequeña sonrisa sobre sus labios - solo me acerqué más de la cuenta - se encoge de hombros, apegándose más al mayor y repartiendo pequeños besos sobre la superficie de la piel contraria.

Uzui hace una mueca. ¿No se podían acercar lo suficiente durante los besos?

Se removió en el colchón ante la mirada curiosa de Zenitsu. El rubio parecía confundido.

- ¿Quieres que-? - pero no lo dejó terminar.

- Ni se te ocurra soltarme - el menor rió, asintiendo y, por el contrario a lo que estaba a punto de hacer, reforzó más su agarre. Cuando Uzui hubo terminado de moverse de manera extraña, ambos rostros estaban a la misma altura - ¿Mejor?

Zenitsu sonrió, el calor de sus mejillas se iba acumulando, y no parecía querer parar. Se acercó levemente hacia el mayor y, suavemente, juntó la punta de su pequeña, respingada nariz, con la contraria.

- Si, mucho mejor.

Y otro beso mañanero comenzó.

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Kimetsu terminó y no sé qué hacer con mi vida, el final me dejó mal tbh, osEA INOSUKE PORQUÉ-

Así que, como muchas otras personas, voy a ignorar el capítulo 205. Chau.

朝 『 uzuzen  』Donde viven las historias. Descúbrelo ahora