Capitulo 21

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El joven castaño se encontraba sentado en su sillón viendo su televisión apagado, en realidad solo lo observaba mientras que en su cabeza tenía tantas cosas que pensar de lo sucedido anteriormente.

Pero que demonios había sido eso que dijo la mamá de Alexander..."¿no es la primera vez?" ¿acaso Alexander ya había tendido otra aventura así?

Ahora que lo recordaba, Alexander le habia cambiado radicalmente el tema de lo que queria enterarse. Ni él mismo se acordaba para que había ido, pero no pudo negarse ante tal acto del mayor y mucho menos olvidar esas palabras.

Inconsientemente recordó el momento mas excitante de aquella noche, una de sus mejores noches gracias a su escapatoria de su marido..

Su marido...

Diablos, ¿Lo habrá notado en la mañana que se levantó? No habrá...un segundo

El collar...

Magnus puso una mano en su cuello buscando aquel objeto, desesperandose al no encontrarlo. Su mente empezaba a trabajar, haciendole recordar que aquella noche lo había aventado a quien sabe dónde.

Rápidamente se levantó para ir de nuevo a la casa de su vecino, no quisiera interrumpir pero era algo importante, si su marido llega a ver que no tiene ese maldito collar, tal vez y lo mate.

Giró la perilla de la puerta quieriendo salir, más sin en cambio se detuvo al ver a una persona afuera.

–I-Imasu...que haces tan temprano aquí– preguntó con asombro, sus manos empezaban a sudar y a temblar

–¿A dónde ibas con tanta prisa?– evadió lo dicho por su esposo

–B-Bueno...iba a comprar algo para la cena– respondió cerrando la puerta detrás de él una vez que su esposo estuvo adentro

–Pero si no tiene tanto tiempo que fuiste al supermercado, Te noto algo distraído, amor ¿Que ocurre?

–¿Distraido? Pero que dices– trató de reír calmando sus nervios– Tal vez es porque tengo hambre– acto seguido se dirigió a la cocina sin voltear a verlo

Magnus buscaba algo para cocinar, sacando tabla para picar, verduras y un cuchillo. Trató de concentrarse en picar, pero no contó que su marido lo abrazara por detras impidiéndole seguir con su labor.

–Porque no dejas eso y comemos otra cosa. Tengo antojo de algo– susurró coquetamente al oído de Magnus

–Ima-Imasu...a-ahora no, p-porfavor– se le dificultaba hablar ya que el mayor habia metido desvergonzadamente una de sus manos al pantalón del menor explorando todo lo que queria. Mientras besaba, mordia y lamia el cuello del menor.

En un movimiento brusco hizo girar al contrario para poder besarlo ahora en los labios de manera desesperada, deseosa. El menor sólo se dejaba llevar, pero no, no era la misma sensación que sentía con su vecino, la manera en que lo besaba aquel pálido chico era única, lo hacia sentir querido, amado y sobretodo protegido.

Como aquella noche que lo hicieron, no habian tenido simplemente sexo, era algo mas, donde unieron sus corazones formandose uno solo, sus sentimientos ya estaban mas que claros para cada uno, no habia duda, el amaba ahora a su distraído, carismático y adorable vecino.

Imasu no tardó en cargar a Magnus de sus piernas, para que este las enredara en su cintura y así, los besos fueran mas candentes y sus cuerpos al igual que otras cosas rozaran con el otro.

Después de aquella caminata dificultosa para llegar a la sala, claro sin despegarse en ningún momento de besarse, pudieron recostarse en el sofá de tres espacios, empezando a quitar la ropa que cubría el cuerpo del menor.

Amantes    ¦Malec🖤¦Donde viven las historias. Descúbrelo ahora