Capítulo 6

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-Haru se encontraba en su cama, tapando su cara con la almohada, tratando de ocultar su sonrisa-

-Bueno, bueno, bueno, espera un momento, ¿cuando paso esto?-

-Esa es la pregunta que os habréis hecho y si no es así... Pues muy mal, pero no os preocupéis ya la hago yo por vosotros y encima os la respondo, ¿no soy buena?-

-Bien pues vamos-

-Todo sucedió poco después de que todos se dirigieran a las aguas del gremio, Reiki, Tinia y Storm tardaron en entrar por hacer el idiota, para variar, así que Simón y Haru entraron primero, mala decisión, lo siento no pude hacer nada para evitarlo-

-Mala decisión para Simón, principalmente, el pobre peli morado tenía que soportar la imagen de Haru, empapado de arriba abajo y sin ropa. En ese momento necesitaba un paquete de pañuelos... O directamente una transfusión de sangre, y si no fuese suficiente tenía que mantener a raya sus revueltas hormonas de adolescente de dieciséis años. ¿En qué momento le pedí venir? Simón no podía quitar la mirada pero sabía que debía dejar de mirarlo... ¡Pero no puedo! Es lo que tiene ser un adolescente y estar enamorado, ¿no?-

-La cosa no mejoró en los posteriores minutos porque Haru se sentó al lado de él, muy, muy cerca-

-Simón puso su mano en su brazo izquierdo, en un intento de no tener que tocar Haru, un poco tonto teniendo en cuenta que estaban a apenas cinco centímetros-

- ¿Qué hacen esos idiotas? Se que tienen pocas neuronas pero creía que eran las suficientes como para saber desvestirse solos. -Haru apoyó sus brazos en los bordes de esa especie de bañera que se extendía a lo largo. No sabía a quien se le ocurrió ponerlo pero era un genio-

-Haru miró a Simón, esperaba que comentase algo pero solo asintió con la cabeza-

- ¿Te pasa algo?

- ¿Mm...? ¿Eh? No, no, estoy bien.
- ¿En serio? -Haru elevó la ceja-
- Oye Haru.
- Dime.
- ...

-A veces pasaba, estaban hablando, de repente se quedaba callado, le llamaba y luego se volvía a quedar callado-

-Se instauró un silencio incómodo. Simón miraba a la izquierda y Haru a la derecha-

- El rubio, a pesar de todo, seguía mirando de reojo a Simón, quien era más delgado y tenía menos musculatura que él. Tenía el pelo más largo, que mojado se pegaba a su rostro y cuello. Como que hace mucho calor aquí ¿no?-

- ¡No me puedo creer que no sepas desatarte los cordones! -La voz de Reiki hizo eco en la sala-
- No es que no sepa, solo me da pereza. -La voz del rubio de catorce acompañó al del otro-
- Acabas de decir que no llevas cordones porque te cuesta desatártelos. -De nuevo la voz de Reiki, quien ya entró a la sala-

- La pregunta es, ¿cómo es posible que te cueste más desatártelos que atártelos? -Storm entró burlándose de Tinia quien entró justo después de él-
- No sé, es que, cuando te los atas es como si tú creases un rompecabezas pero al final del día cuando toca desatártelos el rompecabezas ya se te ha olvidado. -Tinia jugaba con sus dedos mientras hablaba-
- Espero que eso solo vaya por ti. -Reiki entró a la bañera sentándose al lado de su hermano- ¿Qué tal?
- Bien. -Haru no bromeaba y Simón se callaba, había tensión y los tres nuevos integrantes (tres extras) lo notaron tras la pregunta-
- ¿Todo bien? -Tinia preguntó mientras entraba a la bañera poniéndose al lado de Haru-
- Sí. -Hablaron los dos a la vez-

Prædictas Fatales et deosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora