Encontré el amor pero ni cuenta me di

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México 2018

Alejandra tenía un único sueño y objetivo en su vida, casarse con un hombre rico. Para ella la idea de tener una relación con un hombre pobre era imposible. Era hermosa, inteligente, ingenua, buena amiga, trataba bien a todas las personas excepto a las  personas que eran malas y trataban a los demás mal, no le importaba si las personas eran pobres, feas o ignorantes, las trataba bien, pero era sumamente interesada, razón por la cual cuando conoció a Sebastián un chico guapo, sencillo, inteligente y de buen corazón lo rechazó por ser pobre. Ella era una chica muy tímida, no le gustaban las fiestas y solo se llevaba con personas que eran como ella y a las demás  les hablaba y era amable con ellas siempre y cuando no ofendieran a sus amigas pues entonces les declaraba la guerra. Alejandra estaba en el mejor grupo de la escuela y el más estricto donde era una de las mejores. Tenía 16 años, el pelo corto hasta los hombros, lacio y de un color castaño claro, era del típico color de las latinas, de grandes ojos cafés, pestañas abundantes y cuerpo de modelo. Era una chica pobre cuya madre murió cuando ella nació y a su padre nunca lo conoció. Vivía con su tía, la cual trabajaba  día y noche para mantenerla. Alejandra tenía también trabajos a medio tiempo para ayudar a su tía. La escuela en la que estudiaba era para niños ricos pero estudiaba allí por una beca. Por todo esto soñaba con casarse con algún chico rico que conociera en la escuela. Hace un año había conocido a Sebastián un chico inteligente y de buen corazón  pero que aunque era guapo usaba espejuelos y aparatos y tenía muchas espinillas por lo que se veía feo y que además era pobre que  fue el único chico que se interesó en ella a pesar de saber de su personalidad pues todos los otro chicos de la escuela ni se fijaban en ella porque aunque era muy bonita según ellos era insoportable. Pero ella lo rechazó se burló de él diciendo que como a él se le ocurrió que una chica tan bonita y con tan altas aspiraciones estaría con un chico pobre y feo como él , lo que hizo que él la odiara y prometiera vengarse y que todos los demás chicos siguieran pensando que era insoportable. Alejandra tenía muchas amigas aunque de todas, la única que en realidad era su enemiga era Belinda, una chica físicamente muy parecida a ella solo que tenía el pelo un poco más largo y no tenía tan buen cuerpo como ella. Belinda era muy inteligente aunque no tanto como Alejandra. Su personalidad era muy diferente a la de Alejandra. Es verdad que eran muy parecidas físicamente, ambas eran muy inteligentes y eran muy buenas amigas pero a diferencia de Alejandra, Belinda  era una chica dulce, que pensaba las cosas antes de decirlas, se llevaba bien con todo el mundo, soñaba con casarse por amor y no por dinero  y  todos decían que era mejor que Alejandra. Aunque Alejandra era mucho más bonita que Belinda ningún chico se fijaba en ella y todos se interesaban en Belinda. Por esto y más aunque le caía muy bien, Alejandra a veces no podía evitar odiarla. Siendo amiga de ella nunca se casaría con un hombre rico. Alejandra día y noche soñaba con que alguno de los chicos ricos de la escuela se fijara en ella pero a estos solo les interesaba Belinda. El curso estaba iniciando y un chico nuevo estaba llegando a la escuela. El chico iba a estar en la misma aula que Alejandra. Según todos era rico, guapo y muy inteligente. Cuando entró al aula Alejandra se dio cuenta de que los rumores eran ciertos. Se veía en la cara del chico que era rico. No era guapo, era guapísimo. Nunca había visto un chico como él. Tenía el pelo negro, era blanco y sus ojos eran muy azules. Parecía el típico protagonista de telenovela guapo, rico e inteligente. Era perfecto y su nombre era Christopher. Era el hijo del segundo hombre más rico del mundo. Se sentó al lado de Alejandra pero en todo el día no le dirigió palabra, cosa que desesperó a Alejandra que solía hablar mucho. Este solo se concentró en las clases y en destacar como el mejor. Saliendo de clases enseguida comenzó a hablar con los populares y en menos de nada se convirtió en el chico más popular de la escuela. Invitó a todos a una fiesta que daría en su mansión para presentarse a toda la escuela ese mismo día a las siete de la noche. Alejandra nunca había ido a una fiesta pues no le gustaban los lugares donde había muchas personas y mucho ruido. Le gustaba la paz y la tranquilidad, pero sabía que sin ir a una fiesta nunca conseguiría a un hombre rico. A Belinda tampoco le gustaban las fiestas pero todos iban a ir y no quería ser excluida. Ya en la fiesta Alejandra estaba muy nerviosa, se estaba arrepintiendo. Nunca había asistido a una fiesta y mucho menos sola y a esa hora. Compró un refresco y mientras lo bebía miraba a todas las personas a su alrededor como si de verdad no estuviera allí, como si fuera un sueño. De pronto chocó con alguien y calló al suelo. Muy avergonzada levantó la mirada. Era Christopher. Alejandra sin saber por qué  no pudo evitar el que le temblaran los pies. Christopher, muy amable extendió su mano y la ayudó a levantarse. Una vez de pie Alejandra vio brillar los ojos de Christopher y pensó que era por ella pero luego se dio cuenta de que atrás de ella se encontraba Belinda.
-Disculpa, no te vi. Dijo Alejandra tartamudeando pues estaba muy nerviosa.
-No importa, de todas formas no sucedió nada. Por cierto ¿Cómo te llamas?
-Soy Alejandra, Alejandra Sánchez.
¿Y la chica a tu lado?
Mi amiga Belinda.
En realidad Christopher había chocado a propósito con Alejandra pues minutos antes se había topado con unos amigos que le habían apostado a que no lograba llevarse a esa chica esa noche a la cama pero en el momento en el que chocó con ella se topó con su amiga, una chica no tan hermosa como ella pero que a diferencia de ella tenía cara de chica buena, tímida y dulce. Sin embargo se había propuesto ganar la apuesta. Sus amigos le habían dicho que si él era tan irresistible para las mujeres iba a poder acostarse esa misma noche con una chica  a la que acababa de conocer y que además tenía cara de chica virgen que nunca había asistido a una fiesta y se encontraba sola e impresionada por todos los lujos. En verdad los chicos solo pretendían saber si el podría conquistar a la fiera que era Alejandra, ellos sabían perfectamente que ella nunca había tenido novio.
Belinda, podrías dejarnos solos a Alejandra y a mí.
Claro. ¿Por qué no? Alejandra te estaré esperando para volver a casa. Dijo Belinda la cual siempre que iba a algún lado iba con Alejandra.

Sola TuyaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora