Era una noche tranquila en aquel muelle, hacia frío como era normal en estos países nórdicos... Sin embargo en el aire se respiraba cierta emoción, el capitán cumplía ochenta y cinco años la gran mayoría de ellos los había pasado en el mar, al igual que él. La diferencia es que el capitán había dejado su hogar desde los ocho años para formar parte de una tripulación no muy bien conformada, salió a tan corta edad después de la muerte de su madre, era eso o quedarse a mendigar en su pueblo junto a su avaricioso padre... Eso fue lo que le contó el capitán un par de meses atrás para hacerlo entrar en razón pues insistía en morir por haber lastimado a Elsa al salir de Arendelle sin decirle absolutamente nada, si no fuera por ese anciano muy seguramente estaría muerto. La noche prometía una gran celebración por todo lo alto, poco o nada habia escuchado de lo que en la noche habria para dicha ocasión.
-Habrá alcohol como para perder la memoria y la vergüenza.-Había escuchado decir a uno de los marineros.
-Habrán señoritas hermosas que harán lo que el capitán quiera y si tenemos suerte lo que nosotros queramos, ahorramos un año entero para esto,serán bien pagadas y hermosas.- Había escuchado a otro decir mientras tomaban el modesto desayuno... Pero en realidad ni el alcohol ni las hermosas mujeres prometidas lo animaban, ni motivaban si quiera.
Y es que desde que se fue de Arendelle solo tenía en su memoria la sonrisa de ella, sus ojos expresivos y su semblante lleno de emoción por el nacimiento de su sobrino o sobrina. Ahora eso era lo único que recordaba de ella, eso era lo único que lo mantuvo en pie los últimos tres meses después de irse de su lado. Sentado solo en la proa del barco, el cual estaba atado al muelle en espera de las provisiones y las cortesanas que llegarían para la gran noche del capitán, estaba ahí esperando en medio de tanta emoción y enjundia que ni por más que quisiera lo contagiaba. Sus ojos verdes estaban puestos en el mar muy seguramente sin una mínima expresión en su rostro como al parecer se le había vuelto costumbre. Era de hablar muy poco con sus compañeros de tripulación, pasaba su tiempo libre encerrado leyendo unos viejos libros que el capitán tenía en el barco, la mayoria de tiempo se la pasaba trabajando y tratando de centrarse únicamente en eso para evitar caer de nuevo en el alcohol... Ese horrible vicio que adquirió al llegar ahí, eso que lo mantenía alejado del dolor y la tristeza. Vicio que tuvo que dejar a la fuerza por que una noche y sin encontrarle sentido a su vida, sin la rubia que extrañaba decidió tomar un barril de cerveza y vino el solo, causándole una intoxicación etílica que casi lo lleva a la muerte. Gracias al cielo el capitan lo había salvado de nuevo, pero más que solo evitar que muriera intoxicado, habló con el como su padre jamás lo habria hecho al verlo tan aburrido y furioso con la vida. Le debía mucho a ese hombre. A lo lejos vio como se acercaba parte de la tripulación acompañados de varías mujeres escasamente vestidas para el frío que los acompañaba.
-Hey Hans, estámos casi listos... En un momento llega el resto de la tripulación con el resto de señoritas y de comida, aún no cierres la compuerta.
El pelirrojo solo asintió sin decir nada.
Después de que llegara el resto de la tripulación definitivamente se iría a su camarote a dormir, no quería festejar al igual que los demás, pasaría un momento a desearle un feliz cumpleaños al capitán y eso sería todo.
Esperó un poco más hasta que de nuevo vio a un grupo de hombres acercarse al barco acompañados de más señoritas y de comida, se puso de pie para acercarse a cerrar la compuerta mientras los demás ingresaban, de un momento a otro y sin pensarlo se encontró con unos ojos marrones, que llamaron su atención. La dueña de esos ojos lo miraba de una forma dulce e insistente a la vez... No le pondría más de diecinueve años a ella, su piel era color canela, su pelo negro y facciones delicadas le recordaban a... Ella.
-¿Estas listo para esta noche Hans?- Preguntó uno de sus compañeros.
El pelirrojo asintió levemente sin darle importancia a la pregunta, sus ojos no dejaban de ver a esa jovencita, sus facciones eran tan similares a las de la rubia que había dejado, ella iba con un vestido azul cielo, -Del color favorito de Elsa- pensó. Ese vestido resaltaba el tono de su piel, y sus prominentes caderas, la joven era mucho más voluptuosa que la reina de Arendelle.
-Buenas noches...- Dijo la joven.
-Buenas noches. -Pudo decir de una forma seca y algo cortante.
No quería cruzar palabra con ella, era realmente hermosa pero su rostro le recordaba a Elsa... -Elsa- pensó... Muy seguramente ella había podido seguir sin él, habría podido olvidarse de él tal y como Anna lo había asegurado, tal vez ella estaba bien y después de haber conocido el amor habría decidido dar su mano en matrimonio a Jean Paul. Muy seguramente ella era feliz y había seguido como si nada hubiese pasado.
Cerró la compuerta del barco y lo desancló del muelle, se dirigió a paso firme hacia el timón y empezó a navegar. El pelirrojo se ganó sin siquiera buscarlo la confianza del capitán, incluso en una de sus varias charlas con el, le había contado que el en realidad era un príncipe en el Reino de sus padres, era el decimotercer hijo de los reyes de las islas del Sur, el capitán inmediatamente le creyó pues a simple vista podía notar que el definitivamente no era igual que sus marineros, corriente y sin educación... También le había contado que desde muy joven y por orden de su padre se había enrolado en la marina de las islas del Sur, de hecho el era el almirante de este reino antes de ser enviado por su madre a la coronación de la reina de Arendelle. Así que el capitán le había dado la opción de ser el almirante de su tripulación, pero el pelirrojo se negó ya que solo quería devolverle el favor de ayudarlo.
Pasadas un par de horas estaban mar adentro y decidió soltar el ancla para irse a descansar, sin embargo antes de eso decidió pasar a saludar al capitán y desearle un feliz cumpleaños, se acercó a la fiesta que estaba empezando a hacerse en la cubierta del barco, ya varios de sus compañeros se veían bastante alcoholizados, varias señoritas habían perdido la vergüenza y estaban con muy poca ropa, el vaivén de los pechos desnudos de varias de ellas tenía embobados a sus compañeros y al mismo capitan, la fiesta estaba fuera de control, evitando los ofrecimientos de las señoritas logró llegar hasta el capitán.
-Capitán!! Capitán!
-Hans, muchacho... Únete a la celebración.
-Gracias Capitán, pero...
-Pero nada -Lo interrumpió- siéntate! Hey algo de tomar para Hans! -Pidió el capitán- Debes estar cansado, ¿Estamos mar adentro?
-Si Capitán de hecho quería desearle feliz cumpleaños y retirarme a descansar.
-Pero muchacho, la fiesta esta apenas comenzando. Debes divertirte un poco, trabajas muy duro.
-Emmm si pero... La verdad quiero descansar.
El Capitán vio al joven con un dejó de tristeza en sus ojos.
-Tienes que seguir Hans... No puedes quedarte el resto de la vida así...
Hans sabía a que se refería.
-Muchacho, mira a tu al rededor, estamos rodeados de muchas mujeres, muy bellas todas. Escoge una con la que quieras hablar o distraerte. Despejate un poco... Es mi cumpleaños y es el regalo que quiero que me des.
Hans se quedó en silencio mientras observaba a su alrededor.
-La vida no se te acabó en ese lugar muchacho. Y muy seguramente la de ella tampoco, así que a disfrutar Hans.
El pelirrojo sonrió levemente y asintió, le debía tanto a ese hombre que no pudo negarse a regalarle eso de cumpleaños.
La fiesta siguió con normalidad, todos estaban muy contentos con las señoritas que los acompañaban todas muy bellas y atractivas, varios de sus compañeros se habían ya ido a otro lado de la embarcación al menos acompañado de una de ellas, vio a un par escabullirse con dos de ellas. En la cubierta solo quedaban restos de alcohol y comida, el capitán se había ido hace un rato a descansar, ya no estaba para fiestas tan salidas de control y pudor, así que solo quedaba él, y algunos de sus compañeros que aún seguían bebiendo y bailando. Se alejó un poco de ellos y ya en un lugar más tranquilo en la cubierta decidió cerrar un poco los ojos para descansar un momento.
Escuchó un ruido cerca de él, abrió los ojos para encontrarse frente a si mismo una silueta femenina que tenía los brazos recargados contra la baranda del barco... Era ella, sus facciones, su pelo rubio y sus ojos azules. Parpadeo un par de veces para cerciorarse de que en realidad era ella.
-¿Tienes fuego? -Preguntó la jóven-
Esa voz definitivamente no era la de ella... Era una voz un poco más ronca y sensual que la de ella, no había comparación con la voz de Elsa.
-Claro- Logró decir de inmediato.
Se levantó levemente y buscó en el bolsillo de su pantalón el encendedor, se puso de pie y encendió el cigarro que la señorita sostenía entre sus dedos.
-Lamento despertarte, pero esta fiesta ya se está muriendo y no he hecho lo de la noche siquiera.
Hans se quedó en silencio.
-Valla tripulación tenemos aquí, muchos de ustedes se ven muy rudos y todo pero tienen miedo de una niñita como yo.
-¿Niñita?
- Si, le tienen miedo a estar con una niña... ¿Tú no verdad? Te ví en cuanto llegaste junto al capitán mientras mis compañeras bailaban, fue gracioso verte esquivar a las que estaban desnudas y se te insinuaban.
-Uhmm
-Puedo hacer lo que tu quieras, siempre y cuando la paga sea buena, tengo un bebé que alimentar.
-¿Tienes un hijo?
-Uhmjum -respondió ella-
-Eres muy joven ¿No crees?
-Malas decisiones... El bebé no tenía la culpa, así que me lo quedé.
-Entiendo. Mucho gusto, Hans.
-Hola Hans, soy... Soy Olga.
-Hola.
Después de eso hubo un momento de silencio nada incómodo al contrario era un silencio agradable.
-¿Hace cuanto tiempo te uniste a la tripulación? -Pregunto la joven-.
-Amm hace tres meses.
-No estaba equivocada... Se nota que tú no eres como el resto de los tripulantes.
-¿Como lo sabes?
-Solo con ver tu piel y el color de tus ojos es suficiente. Dejame ver... ¿Eres de la realeza verdad?
Hans se quedó en silencio mientras la observaba.
-Bueno digamos que también tu educación y el echo de que no reaccionas como los demás ante mujeres sin ropa te delató.
-Aah jajajajaja ok. Si, algo así.
-Oh... Nunca me falla el instinto. ¿Eres un príncipe?
-No... Ya no.
-¿Renunciaste a tu título?
-No... Fue... Fue una decisión de mi padre.
La joven se quedó observando al pelirrojo por un momento.
-Oh... Eres de esos principes.
-¿De esos príncipes?
-Si... A ver, esquivaste a mis compañeras que estaban desnudas bailando por toda la cubierta, no bebiste de la forma en la que los demás lo hacían, y no haz aceptado mi servicio de hacer lo que tu quieras siempre y cuando la paga sea buena. Eres de esos príncipes a los que les gustan otros príncipes.
Hans la miro de inmediato evitando reír...
-Te falló.
La chica lo miró asombrada...
-¿Que?
-Te equivocas... Seré sincero, eres muy atractiva y bella pero... En realidad no estoy de ánimos para esto.
-Entiendo... -Dijo mirándolo a los ojos- tienes novia en casa.
El pelirrojo le sostuvo la mirada hasta que sintió una punzada en el pecho al pensar en ella.
-Oh... Estas comprometido.
-No, no en realidad. No... -Dijo bajando la mirada-
-No entiendo.
-Es difícil de explicar, pero sin ánimo de ofender, ninguna es como ella.
-Bueno, si es de la realeza como tú, obviamente estoy en desventaja, jamás podría competir con una princesa.
-Es una reina.
-oh... Peor aún. ¿Y porque no estas con ella?
-Uhmm es una situación algo complicada, pero lo que le hice no tiene vuelta atrás.
-¿La lastimaste?
-No lo sé... Espero que no.
-¿No volviste a saber de ella?
-No... La verdad desde que salí de Arendelle no se de ella.
-Arendelle... Woow, espera... ¿Te refieres a la reina Elsa de Arendelle?
Hans asintió con la mirada baja.
-Entiendo, una reina como ella no es difícil de olvidar, eh oido que es muy bella, pero es una hechicera ¿No?
-No... Ella es un Ángel, sus poderes son de nacimiento y son tan maravillosos y especiales como ella.
-Te brilla la mirada cuando hablas de ella. -Dijo acercándose a Hans - Creo que la reina del hielo es especial para tí. ¿Por que no regresas por ella a Arendelle?
-No puedo... No puedo regresar a ese lugar.
-Uhmm bueno, ni modo.
-Lamento profundamente hacerte perder tu tiempo.
-No importa hace mucho no hablaba con alguien educado como tú Hans, es agradable cambiar un poco la rutina.
Hans sonrió tristemente al escucharla.
-Tendré que volver a trabajar, tal vez alguno de tus compañeros quiera algo de compañia. No puedo irme solo con lo de un encuentro.
-Entiendo.
Hans buscó entre su gaban una bolsa de monedas y la extendió a la joven. La chica lo miró asombrada, y entendió el mensaje.
-¿Tienes tu propio camarote o prefieres hacerlo aquí?
El pelirrojo la miro algo confundido.
-Supongo que estas pagando por mi servicio...
-No... No, solo... Solo quédate con esto. No quiero que tu hijito pase hambre.
-No... No te he...
-No es necesario.
-Bueno, la verdad no estoy acostumbrada a ganarme el dinero sin hacer nada.
Hans suspiro resignado.
-Ya sé... Puedo acompañarte a tu camarote y quedarme contigo hasta que te duermas. No tenemos que hacer nada que no quieras. Y siendo sincera sería agradable terminar de pasar la noche con un joven como tú.
El pelirrojo la observó fijamente, su cuerpo era tan deseable y tan precioso... Pero el le era fiel a la dueña de su corazón, sin embargo la propuesta que la joven le daba no era mala idea... Hace seis meses había salido de Arendelle y no había noche en la que no pensara en Elsa. La idea de dormir y por fin poder conciliar el sueño le agradaba, así que aceptó. Asintió y tomó la mano de la joven para ir a descansar junto a ella, entró al camarote, se quitó las pesadas botas y se recostó sobre el catre seguido de la joven quien hizo exactamente lo mismo, se recostó junto a el, empezó una suave caricia en el pelo rojo de su acompañante hasta verlo quedarse dormido.Hola niñas!!!!
Estoy de vuelta, se que me tardé mucho pero créame que no es falta de tiempo por que bueno... Todos estamos encerrados y con mucho tiempo libre, es falta de un PC, hoy pude escribir en la tablet pero en realidad es muy difícil y cansado. 😞
Espero niñas que hayan disfrutado de este capítulo que en realidad cuenta un poco de lo que pasó con Hans después de haberse ido. No olviden comentar, votar e invitar a más gente a que lea esta historia ya que eso me motiva mucho a seguir escribiendo. (Así sea en la tablet y me de túnel del Carpio) pero no importa. Espero leer sus comentarios y quiero agradecer su paciencia por la larga espera. Espero de todo corazón que todas estén bien, que estemos llevando todo esto de la mejor manera, de que no hayan casos en sus familias ni es sus amigos ni cercanos. Les envió un abrazo enorme y espero que todo esto pase muy rápido para poder ir a comprar el PC 😭😭
Nos leemos en el próximo capítulo. BYEEEEÉEEE 👋😘❄Pdta: Estoy muy feliz por que FROZEN EVER AFTER TIENE YA 11K de lecturas. Y EVER AFTER IN THE SEA TIENE 1 K. Les agradezco a todas y a todos el tomarse el tiempo para leer.