Capítulo 2 Encerrada

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Me propuse a acomodar mis libros y mi horario en mi casillero, me entretuve viendo... no no, admirando a Elias Brakham, lo sé un apellido raro, bueno eso no importa, cuando me di cuenta que todos caminaban directo a su respectivo salón quise dirigirme al mío, cerré el casillero y ¡Oh, sorpresa! cinco chicos y cuatro chicas se pusieron en frente de mi, trate de no verlos a la cara, y sin fuerzas me dirigí al grupito que estaba en mi camino.

-Se me hace tarde, por favor denme permiso, no quiero problemas- dije apenas con un hilo de voz.

-¡¿Escucharon chicos?! Dice que no quiere problemas, JAJAJAJA.- dijo con voz burlona y ronca un chico alto, espaldón, cabello castaño, ojos marrones, no hizo falta que lo viera, ya lo conocía, Brad McKensy, claro.- Nosotros solo queremos socializar contigo fenómeno.

-Oye Brad, ¿Y si le damos su bienvenida?- identifiqué su voz, Marelly Forks, y pensar que antes ella y yo...

Rogué porque alguien pasara y me salvara, algún profesor o conserje, pero claro, no fueron escuchados mis ruegos.

Todos formaron un círculo alrededor de mi, como sí lo hubieran hecho cientos de veces, todos se reían de algo que al parecer no escuché, me miraban con esos ojos que me hacían llorar en las noches al recordarlos, sus miradas eran de asco, lástima y diversión, sentí el primer empujón de mi lado izquierdo, y sin tiempo a reaccionar  tropecé y caí de costado, alguien me levantó para luego ser tirada, y sin previo aviso vi como me pateaban, más que ver los sentí, trate de no llorar pero ¡Demonios! me dolía hasta el infierno. Y sin el más mínimo remordimiento Katia, con un espectacular, cuerpo ojos grises y cabello negro me levantó amarrando su mano a mi cabello, me puso en frente de ella y me escupió en la cara.

-¿No entiendes que a nadie le interesas?- dijo al ver como lágrimas se derramaban con desesperación sobre mis mejillas.- ¿Alguna vez haz pensado en suicidarte? Yo lo haría sí fuera tú, debe ser horrible estar en tu lugar, me tendría asco.- Finalizó asotando me  en la pared.

Algunos sólo miraban divertidos, unos reían y otros apartaban la mirada, tragué saliva resignada.

Sin poder sostenerme mis piernas me fallaron y resbalé al piso torpemente. Cuando me armé de valor para mirar hacia ariba donde se hallaban sus miradas sentí una bofetada con un pie que sin piedad se dirigió hacia mi cara, y al instante del contacto caí sordamente al piso por completo.

Dejé de oír risas y con una gran velocidad fui perdiendo el conocimiento.

Cuando desperté, una fuerte punzada en la parte posterior de mi cabeza se apoderó, supe que ese golpe me había aturdido de tal manera que había provocado mi inconsciencia, mi cara me ardia, por instinto dirigí la mano a la parte dañada de mi cara y pude notar una ligera hinchazón. Cuando recobré la postura me di cuenta que estaba en algún lugar desconocido, estrecho y sin luz. Sin poder reaccionar me quedé helada ante la situación.

-Hijos de puta.- dije cabreada, me habían encerrado en no se qué asqueroso lugar.

Grité, patee y lloré ante la desesperación, no me quedaba mucho aire puro, sentía cómo cada segundo luchaba por conseguir más aire, ante mi última bocanada de aire grité con mis últimas fuerzas.

-¡AYUDENME!

Sentí los parpados pesados y antes de quedar inconciente, otra vez, sentí la puerta ser tirada desde afuera con violentos movimientos. Quise articular alguna palabra más pero no pude, y de pronto vi todo borroso.
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Hey! Quiero dar referencia y créditos ya que estoy basando mi historia en una canción, es de Porta se llama "Voces en mi interior". Me basaré mucho en esta canción y si encuentro otra que se relacione a la historia la mencionaré en alguna nota que haga.

Gracias por leer.

Querida amiga imaginariaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora