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Los seres humanos, a semejanza del Sol, la Tierra y la Luna, eran tan fuertes, tan completos y poderosos, que los mismos dioses, contra cuyo poder podían llegar a atentar, atemorizados por este peligro, decidieron disminuir su fuerza mutilándolos. Y así fue, porque aquellos seres que eran circulares como los astros de los que procedían, y que tenían dos cabezas, cuatro piernas y cuatro brazos, fueron divididos en dos mitades, resultando seres imperfectos e incompletos con una sola cabeza, dos piernas y dos brazos. Estos seres mutilados no recuperarán su perfección, su poder y su feliz serenidad, hasta que no encuentren su otra mitad, la parte de su ser que les fue arrebatada; entonces, y solo entonces, el ser humano, gracias al amor que le unirá a su otra mitad, a su pareja, logrará ser un ser humano completo.

Chaeyeon finalmente había terminado el quinto ensayo de la noche, simplemente la filosofía y literatura eran sus temas favoritos, sin embargo se había comenzado a convertir en algo tedioso, y sus pequeñas ojeras eran la menor prueba de esto.

Una vez en la primaria le pidieron que se describa en cinco palabras, esas eran cuatro palabras más de las que necesitaba para decir que era.

"Ordinaria"

Quería poder no serlo, pero sinceramente la situación no le incomodaba, no le importaba ser molestada, ni ignorada, ni despreciada, o almenos eso quería pensar, incluso sus negros cabellos ligeramente grasos, su cuerpo con un poco de sobrepeso y su obvia falta de pechos, todo eso se suponía que era normal y estaba bien ya que estaba en un constante estado de "desarrollo".

- Chaeyeon - escucho como su papá llamaba desde el otro lado de la puerta - La cena está abajo.

Chaeyeon sonrió al ver la hora, exactamente 8:00 de la noche, es como si su papá tuviera un reloj incorporado y simplemente tocará aquella puerta todos los días sin falta para poder compartir el único momento del día juntos.

La cena consistía en todos los días comer comida pre-cocinada frente al televisor, el cual estaba siempre en el mismo programa de preguntas, ella ya se conocía las respuestas de memoria, pero su papá siempre sonreía al ver qué Chaeyeon podía responder todas correctamente, la situación era simplemente rutinaria, pero lo hacía por el, después de esos 30 minutos cada quien volvía a su vida.

¿Que será lo primero que vemos al nacer?

La pelinegra comenzó a pensar en cual podría ser la respuesta, le gustaba poder pensar en medio de la oscuridad, cuando su propia mente estaba despejada, durante 17 años se había hecho la misma pregunta, pero nunca la pudo responder realmente, ya que cuando tenía 5 pensaba que lo primero que había visto al nacer era a su mamá, pero cuando cumplió 13 pensó que una luz con su poco conocimiento, y al cumplir 15 se dio cuenta que realmente la pregunta estaba mal planteada.

¿Que es lo primero que vemos con claridad después de nacer? Que vemos realmente...

Cuando finalmente cumplió 17 hace apenas 3 meses investigo sobre el tema por primera vez a profundidad, y la respuesta es que no vio nada realmente hasta que tuvo ocho meses, ya que cuando eres un bebé tus retinas son tan débiles que todo es borroso y sin color, y recién con el tiempo eres capaz de poder distinguir objetos y colores, así se dio cuenta que aveces las respuestas no son el problema, sino el como plantees la pregunta lo es.

Entonces tal vez el amor no es la respuesta, sino la pregunta.

- Son diez dólares, no ocho, Mark- dijo Chaeyeon aún manteniendo el ensayo del chico en la mano al ver en su celular que la cantidad no le había llegado completa - No puedo aceptar tan solo eso.

- Te pagaré al final de la práctica - pidió Mark sonriendole y yendo a su sitio para tomar su chelo.

Realmente este muchacho le desagradaba, pero no tenía una razon en específico simplemente era su aura, era una aura pesada.

Chaeyeon guardo el último ensayo que le faltaba entregar en su mochila y se sentó en el piano, le gustaba pensar que era un instrumento de acompañamiento, algo que pueda tocar con alguien más, pero la verdad es que incluso si tocaba con todos, se sentía sola e insignificante, le hubiera gustado tener una bonita voz, para pertenecer al coro, pero no era así de especial, poder transmitir algo con tan solo tu voz, esa era una idea la cual la llenaba de emoción, había días en los que incluso veía audiciones en vivo a programas, solo para sentir como su cuerpo vibraba, como sus ojos se llenaban de lágrimas, le gustaba la sensación.

- Sakura podemos comenzar cuando quieras - dijo el director de la orquesta para que todos se preparen para tocar.

Miyawaki Sakura, tenía una voz bastante única, era simplemente vibrante, Chaeyeon comenzó a observar como siempre antes de empezar la castaña cerraba sus ojos para cantar las primeras palabras, y fue justo por ver cómo iniciaba que perdió la entrada de su instrumento rápidamente y todos se dieron cuenta que estaba distraída.

Sakura la había distraído momentáneamente pero eso no volvería a pasar y la siguiente vez que intentaron la pieza estuvo perfecta concentrándose en su partitura y no en como ahora los ojos de la castaña estaban sobre ella. Oh si, por cierto Sakura es castaña natural, no como la mayoría de chicas en su grupo que se tiñeron el cabello para igualar aquel color caoba claro, se veía que ella era una belleza natural, y Chaeyeon se sentía avergonzada de pensar tanto en ella, ciertamente muchas personas le llaman la atención diariamente, Sakura tan solo era una de ellas.

LA MITAD DE...  [Chaekura]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora