Seokjin se encontraba en una de las habitaciones del castillo ajeno. Estaba completamente solo, esperando a que los sirvientes llevaran su equipaje.
Para entonces, había recorrido la estancia apreciando cada uno de los detalles que cubrían la habitación.
En especial las bellas cortinas cubiertas de flores finamente bordadas que adornaban las enormes ventanas.
Pensó que tal vez era una representación de las tierras en las que se encontraba y le pareció un muy elegante detalle, era algo común en las grandes casas. Le hizo recordar a las finas cortinas azules con pequeños detalles plateados que se encontraban en su habitación, como si fueran copos de nieve cayendo en una noche fría. Claro, el venía de un lugar oscuro y amenudo golpeado por vientos feroces, lluvias y nevadas, pero no era momento de pensar en sus tierras.
El chico solo suspiró y siguió recorriendo el lugar con su vista.
Se encontró con dos enormes armarios de muchos cajones que tenían tallados diversas figuras en su ser de madera, pero estas, a diferencia de las cortinas, no eran florales, a decir verdad, eran figuras algo extrañas.
Pensó en ver que había dentro, pero se sintió muy atrevido, aunque bueno, estaba solo y era curioso, así que al final se decidió y vio dentro de los cajones.
Se decepcionó al encontrar solo sábanas y cobijas, nada en especial, aunque para ser sinceros... ¿Qué esperaba? Ahí solo había cosas para la cama.Cama.
En la habitación se encontraba una cama exageradamente grande y, a decir verdad, tenía un olor peculiar.
SeokJin se preguntó, si alguna vez más de una persona había dormido ahí. La respuesta probablemente era si. Eso lo hizo vagar a otro pensamiento; tal vez ahí dormiría con su prometido una vez estuvieran casados. Dudó, pero aún así, eso lo hizo sonrojar y prefirió evadir el tema pensando en lo grande que sería ese castillo, y en los lugares que aguardaba por explorar.
Hasta ese punto, él sólo había visto una pequeña parte del que sería su nuevo hogar. Puesto que habían llegado al anochecer, como su padre había predicho, y sólo les había dado tiempo para una rápida bienvenida. Así que únicamente había visto la enorme sala de estar, que para su gusto, era muy anticuada. Y había cruzado algunos pasillos, siguiendo a un sirviente para llegar a su habitación.
Aunque el tamaño del cuarto era inmenso y la vista que ofrecía la gran ventana era asombrosa, él se sentía aislado.
Era cierto que nunca antes había estado en ese lugar y que el nuevo castillo era ajeno a él en muchos sentidos. Pero estaba casi seguro de que lo habían ubicado en una de las habitaciones más lejanas, y aunque desconocía la causa, le provocaba cierta curiosidad.Después de unos minutos de imaginativa espera, dos jóvenes betas, un chico y una chica, llamaron a la puerta, avisando que llevaban el equipaje del omega y una vez lo dejaron en la habitación, se pararon frente a él con miradas gachas.
- Mi lord.- Habló el chico que parecía, era el más grande de los dos. - Pronto se servirá la cena, más bien, el banquete por su llegada. Sus padres y hermano asistirán y solicitan que usted baje también.
El joven Omega pensó en declinar con alguna escusa, puesto que el viaje realmente lo había agotado, pero descartó inmediatamente la idea, el no podía faltar a la primera cena y aún más, cuando ni siquiera había visto a su prometido.
- Bien, gracias por avisar.
- Ah... Señor, está noche estaremos sirviéndole. ¿Gusta que le preparemos un baño?
El joven rubio asintió e inmediatamente ambos jóvenes se dirigieron al cuarto de baño. Jin suspiró, al menos un poco de agua tibia no le vendría mal.
Ahora, la única preocupación que inundaba su cabeza, era el vestuario que usaría para la banquete. No llevaría algo muy elegante, pero tampoco escogería una vestimenta inapropiada. ¿Qué pensarían de él? Estuvo meditando durante el baño y cuándo estuvo aseado, optó por un fino traje de seda rosa que le pareció adecuado para la situación, algo sencillo, a la vez que elegante, pero sin exagerar demasiado.
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LINAJES
Fanfiction"Las tierras de los jardínes" un lugar con un inofensivo y en cierta parte, patético nombre, que no debía tomarse a la ligera. Puesto que ahí a menudo sucedían cosas extrañas. Era un lugar en dónde lo muerto o inexistente podía estar vivo. En donde...