e x t r a u n o

30 1 4
                                    

-Millie!- grité desesperado porque pronto perderíamos el vuelo.

-Ya voy- respondió de la misma manera.

Cuando llegó a la puerta estaba hermosa como siempre.

-Lo siento- dijo.

-Sabes que te amo pero la paciencia no es mi fuerte.- dije algo molesto.

Me besó en los labios un segundo.

-Si si, los niños estarán bien, ya sabes, solo me preocupo por ellos.

-¿Niños? No me jodas, Dylan tiene doce, Anne tiene catorce, Astrer tiene quince, Danie tiene dieciséis y los gemelos dieciocho.- dije orgulloso.

-Aun asi contrate una niñera para Dy. Vamos antes de que me arrepienta de cumplir dieciocho años contigo.

-Ni tu te lo crees. ¿Por qué contrataste una niñera? Sabes que Dy las odia. ¿Al menos sabes cuantos años tiene?- dije confundido.

-De hecho tiene dieciocho y además su hermano es mejor amigo de Danie.- dijo obvia.

-Sabes perfectamente que Aster está enamorada de ese muchacho- dije irritado.

-Si, pero el puede enamorarse de Aster, solo nos vamos un mes.

-Buen intento pero no.- dije sonriendo falsamente.

-No te daré sorpresa esta noche.- se adentró a la casa molesta y yo estaba irritado todavía.

-Adiós niños, cuídense, su niñera vendrá pronto, cero bromas, cero fiestas en casa y cero SEXO.- dije mirando a todos.

-Los amamos, adiós- dijimos abrazando a todos.

-El taxi ya está aquí, pórtense bien- dije mirando en especial a Jake.

-Adios papá, adiós mamá.

Entramos al taxi y mi esposa estaba llorando.

-Vamos, los dejamos un mes al año siempre, y sabes que está noche tendré una sorpresa- dije susurrando.

Se le escapó una sonrisa.

-Insensible. Claro que la tendrás, si no mis manos son la vieja confiable.- me removí incomodo sintiendo algo en mi crecer.

-Te odio Millie- dije sonriendo con amor.

-Te odio más- dijo acercándose a mi.

Nos besamos.

—————————————————-

Jake POV.

Alguien tocó la puerta. Era Elizabeth y su hermano.

-¿Que hay?- dijeron ambos y se adentraron a casa. Sebas, su hermano, fue directo al cuarto de Danie.

-¿Dónde está Dy?- dijo mirando su teléfono.

Ella me molesta, sus gestos y su manera desinteresada al hablarme, me hace creer que no soy nadie en su vida y de alguna manera hiere mi orgullo y mi ego. Y nadie lo hace.

-¿Vas a actuar así después de todo lo qué pasó?- dije fastidiado y ella despegó su mirada del teléfono.

Nos habíamos besado en una fiesta, luego de eso espere a que el lunes en el instituto corriera a besarme, pero solo me ignoró. Hasta hoy, el inicio del verano.

-Demonios, solo fue un beso. ¿Podrías decirme porque te interesa tanto? O mejor ¿Por que no me dices dónde está Dy?- dijo poniendo los ojos en blanco.

Mi carácter estaba muy cerca de explotar y no sería nada bueno.

¿Como le digo que fue el mejor beso de mi vida, que extraño su sabor y sin querer ella hace que mi corazón se apriete?

-Está en su habitación.- dije dejándola pasar.

-No has respondido mi pregunta.-dijo mirándome atentamente. Mi corazón pegó un vuelco.

-Yo...no es de tu incumbencia- solté nervioso.

-¿No es de mi incumbencia? Mis labios estuvieron sobre los tuyos.- dijo analizándome.

-¿Por que me correspondes este beso?- dije sonriendo.

-¿este? ¿Cual?...- dijo antes de que estampara mis labios con los suyos. Ella me correspondió el beso y sin darnos cuenta, tenia enrollada sus piernas en mi cintura y estábamos de camino a mi habitación.

Todo pasó tan rápido que apenas fui consciente de que ya estaba haciéndola mía.

Nos corrimos al mismo tiempo.

-Dime por favor que tomas pastillas.

-Lo hago.

Dejo un beso en mis labios y se vistió rápidamente.

-Adiós.

Lleve mis manos a mi cara frustrado y me dispuse a ducharme.

Deje que la lluvia artificial caiga sobre mi cuerpo cuando las imágenes de todo con Eli, me agolparon recuerdos de niños y me di cuenta de una cosa. Me gusta Eli.

Sentí unas caricias en mi abdomen y ya sabía quien era, se sentía tan bien que no me di la vuelta, no quería despertar.

-¿Estás ahí?-dijo mirándome preocupada. Todavía estábamos en la entrada de la casa.

Poco me importo las reglas de mi padre y que ella me odiara, poco me importó que mis hermanos y su hermano estuvieran dentro. Poco me importó que tal vez no quisiera besarme.

La besé y me correspondió como solo ella sabía, porque juntos seríamos los dueños del universo y porque ella era mía. Solo mía.

¿Que te paso, querida Millie?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora