|CAPÍTULO 28|

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Alex

Leila y yo nos encontrábamos acostados, todavía nadie se había levantado, decidimos quedarnos en la cama ya que hacía un poco de frío y estábamos calentitos. Comenzamos a hablar sobre cosas del instituto, sobre todas las cosas que habían pasado hasta hora, es decir, es increíble que pasen tantas cosas en tan poco tiempo.

- Lei ¿te acuerdas que te dije que no me sentí listo para hablar de mis padres? -dije haciendo caricias en su brazo.

- Sí, lo recuerdo, pero si no sientes cómodo no voy a obligarte. -respondió con dulzura.

- No, creo que ya estoy listo, pero no te lo voy a contar aquí. -dije mirándola.

Luego de varios segundos mirándonos nos comenzamos a besar y el ambiente se tornó caluroso, se subió a horcajadas de mi y empezó a dejar besos por todo mi cuello y pecho, pero antes de que podamos pasar a algo más tocan la puerta de la habitación.

- Voy a matar a quien haya tocado esa maldita puerta. -dije entre dientes.

Leila se levantó y fue a ver quien era, luego de hablar vuelve.

- Era Bella, dijo que bajemos a comer algo.

Nos arreglamos un poco y bajamos a comer algo, estaban todos sentados en la mesa de la cocina tomando algo.

- Buen día chicos. -saludó a todos Leila e hice lo mismo.

- ¿Y la comida? -pregunté sentándome en una de las sillas.

- Pedimos pizza, así que llegará en un rato. -respondió Lucy.

- Por cierto Lucy ¿dónde dormiste anoche? -preguntó Leila sentándose a mi lado.

- Pues en el sillón, porque se fueron todos como parejitas y yo me quedé aquí sola. -respondió cruzándose de brazos.

- Ups, mi error, lo siento Lucy. -le dijo Bella.

- Ya da igual. -dijo tomando el contenido de su taza.

- ¿Con qué "parejitas"? -dijo Leila con una sonrisa pícara mirando a Matt y James.

Estos solo movieron la cabeza negando y ocultando su sonrisas, ya esto era demasiado obvio, no entiendo porque no solo lo decían y ya, son nuestros amigos, nunca los juzgariamos por nada. Pero bueno tampoco voy a presionarlos.

Luego de un rato la pizza llegó y entre todos pusimos algo de dinero para pagarla. Comenzamos a comer y luego de eso decido irme con Leila. Nos despedimos y fuimos al coche, pusimos música en el estéreo y el viaje transcurrió en un silencio agradable, tarareando las canciones.

- Alex ¿a dónde vamos? Este no es el camino a casa. -preguntó mirando por la ventana.

- A un lugar, solo espera. -dije poniendo mi mano en su muslo

Continuamos con el trayecto hasta llegar como a un pequeño lago turístico. No había mucha gente, así que nos adentramos hasta llegar los más lejos posible y quedarnos en solitario. Llegamos a una zona donde todo el lago de veía hermoso y había unos cuantos patos en el agua. Nos sentamos en el verde pasto debajo de un gran árbol.

- Aquí solía venir con mi padres y mi hermano. -dije melancólico.

- ¿Hermano? -preguntó Leila enarcando una ceja.

- Sí, era 3 años mayor que yo y nos llevábamos muy bien.

- Te escucho. -respondió tomando mi mano.

- Bueno, el día del accidente estábamos volviendo de la casa de mis abuelos, vivían a un par de kilómetros lejos de nuestra casa, pasamos el día allí y cuando anocheció ya era hora de volver a casa. -dije tratando de aguantar ese nudo en mi garganta.- Nos subimos en el coche de mi padre y empezamos el camino a casa, todo el camino iba tranquilo, no había ningún vehículo, estaba todo desierto, pero entonces otro auto apareció de la nada, en el sentido contrario, mi padre quiso esquivarlo, pero el auto chocó contra el nuestro. -sentí como una lágrima caía por mi mejilla, pero Leila la limpió.- Después de eso solo recuerdo haber escuchado a unas personas, médicos supongo, que todos estábamos malheridos, no sabían si íbamos a lograrlo. -dije reprimiendo unas lágrimas.- Recuerdo estar en el hospital preguntando por mis padres y por mi hermano, yo solo tenía 10 años, pero nadie me decía nada, hasta que un día yo ya estaba mejor, recuperado y varios médicos entraron a mi habitación, después de darle vueltas al asunto me dieron la terrible noticia de que los 3 habían fallecido. -dije ya sin aguantar mis lágrimas.

- Lo siento tanto Alex. -respondió rodeándome con sus brazos.

Nos quedamos todo lo que restaba del día ahí, hablando, riendo, jugando, dándole de comer a los patos. Hasta que decidimos volver a casa. Me sentía mejor al haber hablado con alguien sobre esto, los extrañaba como a nadie, pero ellos ya no estaban y no podía hacer nada para recuperarlos, sólo vivían en mis memoria ahora y en los álbumes de fotos, creo que ya sabía que hacer al llegar a la casa, mostrarle un par de fotos a Leila.

Llegamos a la casa y eso hice, fui a buscar un álbum de fotos para mostrarle a Leila. Comenzamos a ver varias fotos, de cuando yo era bebé, de cumpleaños, de mis padres, de mi hermano y yo juntos, alguna que otra foto de nosotros peleando.

- ¿Cómo se llamaban? -preguntó Leila mirando las fotos.

- Mi madre se llamaba Meredith, mi padre Mark, y mi hermano Drake. -dije recordando sus nombres con melancolía.

- Son muy lindos nombres, y eran todos muy lindas personas por lo que puedo ver. -dijo sonriendo.- ¿Con quién te quedaste luego del accidente?

- Con mis abuelos paternos, son los que más cerca estaban, mis abuelos maternos viven en España. Ellos me criaron y cuidaron hasta ahora, una vez que cumplí dieciocho decidí comprar esta casa con unos ahorros y con ayuda de mis abuelos, también gracias al seguro de vida de mi familia. -dije sonriendo tristemente.

- Te las apañaste bien, nunca imaginé que algo así te podría haber llegado a pasar, me alegro que poco a poco lo vayas superando. -dijo abrazándome.

- Lo único que espero es que al irme de este mundo pueda reencontrarme con mi familia.

- Lo mismo pienso yo, reencontrarme con mi padre. -respondió Leila mirando hacia arriba.

- Mientras tanto hay que aprovechar todo el tiempo que nos quede. -dije yendo a guardar las cosas.

- Mientras guardas eso voy a preparar algo para comer. -dijo Leila yendo a la cocina.

Subí las escalera yendo al ático y guardé el álbum donde estaban varios recuerdos guardados, más fotos, ropa, juguetes, dibujos, cartas. De verdad los extrañaba a todos. Estaba por bajar, pero algo llamó mi atención, había un papel pegado en una de las cajas, decidí ir a ver qué era eso, ya que antes no estaba ahí, al leerlo se me erizó la piel.

"No estés triste por extrañar a tu familia, seguramente te reencuentres con ellos antes de lo que pensabas, cuida tu espalda. Por cierto, deberías asegurar mejor tu casa, si yo pude entrar y salir sin ser visto cualquiera puede, hasta pronto."

Decidí hacer un bollo la nota y tirarlo por ahí, al bajar ayudé a Leila a terminar con la comida, comimos, limpiamos un poco y fuimos a acostarnos.

En la cama no podía dejar de pensar en esa nota, tenía que ver una forma de asegurar bien todas las ventanas y puertas, no entiendo cómo pudo meterse sin ser visto, tenía miedo, pero no por mí, por Leila, no iba a permitir que nada le pasara, la protegería de todo y de todos. Decidí darme la vuelta y dormir abrazándola.

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Capítulo sad I know, ahre, ojalá les haya gustado.

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Un beso y un abrazo.

Atte: Caroo Gerstner<3

Los Cambios siempre existieronDonde viven las historias. Descúbrelo ahora