Capitulo 26

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Nota de la autora: Por si no me sigues en mis redes sociales, o aqui enWattpad, lo que se viene ahora es un MARATON. Si, leiste bien. No quiero tomar mucho tiempo asi que sere breve; Escribi mas de veinte mil palabras, literalmente, asi que me gustaria que dejaran un votito y tantos comentarios como puedan. Seria como un pequeño pago solidario, porque, joder, me encanta leer sus comentarios. Son de lo mejor. Entonces, ¡A disfrutar!


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Mehgan.

Mi mente, mientras caminaba por el bosque, era un remolino de oscuridad que, por primera vez desde que tenía esas extrañas habilidades, no me asfixiaba. Era simplemente oscuridad. Apenas podía oír murmullos o algunas palabras mal dichas en idiomas desconocidos.

Otra cosa que había llegado de la nada a mi mente era la ubicación de un objeto en la casa. La casa. Oh, esa extraña construcción que, de algún modo, se había colado en mis sueños.

Tétrica, oscura y salida de un cuento de terror, pero con una persona dentro mirándome; mi padre.

—¿Estas bien? —murmuro Edward, acercándose.

Suspire, bajando las piernas del sofá. — No recuerdo nada. Me siento como... Perdida.

El bajo la mirada e hizo una mueca.

—Probablemente lo sentirás más veces. —luego, el añadió. — Ya le dije a Nathan que querías volver al bosque a revisar la casa.

—Gracias. — Le dije, luego suspire — ¿Sabes dónde está Amber?

El hizo una cara de concentración un segundo y luego me respondió. — Practicando en el taller.

—Gracias, — repetí, — Lamento lo que sucedió.

—¿De qué hablas?

—El ataque en la carretera. — admití, avergonzada. — Fue mi culpa, ellos estaban...

—Oye, no seas ridícula. —la palabra no me gusto, pero no le dije nada. —No fue tu culpa.

Él se alejó hacia la cocina aun hablando, diciéndome que estaría bien. Yo suspire, y deje caer la cabeza de nuevo en el sofá. Esperaba que Kate y Nathan estuvieran listos cuanto antes. Teníamos que volver al bosque cuanto antes, y, si la memoria no me fallaba, encontrar un objeto grande que estaba escondido... No estaba muy segura donde, pero sabía que había algo en esa casa que teníamos que encontrar. Amber y yo dependíamos de ello.

Un momento después, Edward volvió, tenía una expresión de cansancio tremenda y extendía un sándwich hacia mí. Lo recibí, sonriendo.

—Gracias.

—Quiero que me acompañes un momento, por favor. —murmuro el, señalando las escaleras— Quiero darte algo.

Asentí, y le seguí a paso lento mientras comía. Subimos al segundo piso y fuimos hacia la puerta que estaba junto al cuarto de Amber. La habitación de Edward. Me puse algo nerviosa, lo admito, pero aun así lo seguí.

Lycans II: ApocalipsisDonde viven las historias. Descúbrelo ahora