Esa sensación..

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A Furihata le gustan las cosas bonitas.

Los holanes, los encajes y los brillos; aunque no el rosa.

Le gusta el azul cielo en la ropa y las zapatillas de tacón de suela roja. Aunque solo haya podido costearse una imitación, que no es millonario.

Pero mientras transita por la calle en compañía de sus amigos del equipo, sabe que no será bien visto que se emocione en el escaparate de la tienda donde están y vaya corriendo a la caja a pagar el bonito conjunto de media y ligeros color rojo escarlata que le encantó.

Cuando Kouki estaba en primer año de secundaria se dejó crecer un poco el cabello. Más que nada por flojera que por falta de recursos que lo dejo así.

Le quedaba más o menos al cuello cuando sucedió.





Le quedaba más o menos al cuello cuando sucedió

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—¡NO! ¿Mamá acaso estás loca? ¿Cómo crees?—



—Anda cariño, por favor—



Bueno, si su madre le pedía ese favor con esos ojos chocolate tan parecidos a los suyos ¿Cómo negarse? Y para que mentir, también quería pero había que hacerse el difícil.

Pues para que no se note el gusto ¿No?

El caso es que, su mamá quería hacerle peinados a su cabello. Si, así de esos de chica a la moda.



—Pero mamá ¿Cómo crees?—



—Anda Kou, es que tú tienes el cabello largo, además tú hermano es demasiado alto y sé que no me dejara—

—¿Y qué te hace pensar que yo si—

—Por qué se... Que te gustara—

Así que para cuándo acordó, Kouki era toda una chica "nice" como a cada rato repetía si mamá.

Malditos tutoriales de YouTube. Y fuera de todo eso. Al mirarse en el espejo, bueno; sonrió. Hasta que...



—Te ves lindo cariño y ya sabes... Te querré siempre—



—¿Eh?— le respondió algo extrañado.



—Ya sabes, si quieres ser una chica, bueno no estoy en contra, siempre quise tener una niña y es decir, tu padre quizá grite un poco, pero ya tu hermano le dará muchos nietos—



Y su madre siguió hablando y hablando hasta que se perdió en la idea de ir en una noche de juerga de compartir de ropa rosa y demás.



—¡No! Es decir ¿En qué rayos estás pensando?—

Y vaya que era una revelación, es decir, le gustaban algunos que veía sí; pero no quería convertirse en mujer.

Cross-dresserDonde viven las historias. Descúbrelo ahora