Celos, besos y la dama misteriosa

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La mañana siguiente llegó más tranquila pero no para todos, en especial para Hibari Kyoya quien ni bien despertar visualizó como su primo iba abrazado del herbívoro hacia el comedor para el desayuno. El día empezaba mal y no parecía prometedor, el pelinegro hizo que su fiel asistente Kusakabe le llevara el desayuno a su habitación, ni muerto compartía con toda esa manada de herbívoros.

El desayuno transcurrió ruidoso como todas las veces mientras que Tsuna buscaba con la mirada a cierto pelinegro que le había salvado el día anterior pero no lo encontró nunca, tan solo a su asistente que se llevó una porción de comida, todo esto bajo la atenta mirada de Fon quien se sentía molesto de que Tsuna buscara al patán de su primo.

Aquella mañana Tsuna decidió entrar a la piscina junto con sus amigos para divertirse y disfrutar del yate mientras que Hibari Kyoya le observaba desde su habitación con cierta molestia por los pensamientos que le generaba al ver su esbelta figura con aquel traje de baño azul que se apretaba a la cintura del castaño, era estúpidamente hermoso y sensual.

Pronto empezaron a tener hambre de nuevo y el almuerzo todavía no estaba listo por lo que Tsuna salió a solicitar que les llevaran bocadillos a la piscina, al entrar chocó con Hibari quien lo miró sin perder detalle de las finas gotas de agua que recorrían el cuerpo del castaño.

-Hazte a un lado, idiota-pidió amable el castaño-

-Herbívoro inútil –murmuró Hibari molesto sin dejarle pasar-

En ese momento Tsuna empujó con bastante fuerza a Hibari y este no dudó en coger a Tsuna del brazo arrastrándolo cerca de su habitación para acorralarlo en una pared mientras que el castaño le miraba reprobatoriamente.

-Discúlpate –ordenó Kyoya mirando fijamente al castaño-

-No lo haré, no tengo porqué imbécil –dijo sin dejar de mirarlo directamente-

-He dicho que te disculpes –dijo Hibari acercándose más a Tsuna casi sintiendo su respiración cerca de su rostro-

-No lo haré –respondió él también acercándose, ambos estaban con aquella mirada fiera que les caracterizaba casi a centímetros de que sus labios ansiosos se tocasen hasta que Fon apareció en la escena apartando bruscamente a Hibari y alejando a Tsuna-

-Te dije que te alejaras de él –murmuró enfadado Fon-

-Y yo muy bien te expresé que NADIE me da órdenes

Fue cuestión de segundos en que Fon se lanzó al ataque contra Hibari, con una poderosa patada dirigida al abdomen del segundo quien esquivo con una maliciosa sonrisa en su rostro. Fon no aflojó los ataques, los puñetazos iban y venían mientras que habían dejado de lado a Tsuna quien estaba furioso al ver que lo trataban como una damisela en peligro, de inmediato aprovechó que los dos iban a lanzarse el uno contra al otro y le dio un codazo a Hibari mandándolo contra la pared y una patada elegante a Fon quien cayó estrepitosamente al piso tosiendo y en un momento le acompañó Hibari ya que los golpes del castaño les había sacado casi todo el aire de sus pulmones.

-¡CÁLMENSE PAR DE IDIOTAS! –gritó- ¡NO OLVIDEN QUIÉN ES SU JEFE! –culminó y les dejó, avanzando a grandes zancadas hacia la piscina donde sus jóvenes amigos se le acercaron-

-Tsunayoshi-kun~ -dijo Byakuran con su habitual tono meloso- ¿Pasó algo?

-Los Hibari me tienen hasta la hostia-murmuró enfadado y de un salto ingresó a la piscina para entretenerse jugando con Lambo y otros de sus guardianes-

-Kufufufu los idiotas tratan al Jefe como si fuera una chica en apuros –murmuró divertido el guardián de la niebla junto a su pareja quien también sonreía-

Nuestro complicado y loco amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora