Impreso con la sangre de nuestros corazones

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Dedicada a la bella @TicciolfFatima2 por adivinar que este OS estaría ambientado en la edad media.

La figura borrosa de un animal que parecía un gato gigantesco entre el verde de la selva, su pelaje de color dorado junto con manchas de tonos café, ojos penetrantes que parecieran desnudar almas, era algo que incitaba a ser seguido para descubrir sus verdades. Recorrido juguetón por la selva, era como jugar las traes, pareciese que ese animal conocía más que bien a su perseguidor, le sabia cada ataque, sabia por dónde no ir para evitar ser atrapado y sabia cuando bajar el ritmo para que no le perdiese de vista. Luego de un rato en ese juego entre los verdes tonos, llegaron a un río que estaba iluminado por la hermosa luna llena y a sus orilla ya no se hallaba un animal, si no un hombre de piel color canela, facciones cinceladas de belleza admirable, cabellos largos, gruesos y negros, ojos atrapa sueños y observadores de estrellas. La atracción hacia ese cuerpo era inevitable, era como un trozo de metal atraído por un imán, una atracción totalmente natural que no se podía evitar, al estar frente a ese conocido extraño se le fue obsequiada una sonrisa plena, sus manos fuertes pero que mostraban delicadeza en su tacto se posaron en cada una de sus mejillas para atraer su cuerpo, así rozando sus pechos y con las frentes juntas el extraño se permitió cerrar los ojos y suspirar con alivio, como si estar así le diera la paz que hacia mucho no podía tener. 

- Te encontré- Esas palabras fueron susurradas a unos milímetros de sus labios, rozándoles, mezclando sus respiraciones para luego darle un beso.

Un ruido endemoniado hizo que abriera los ojos abrupta mente, no se encontraba en aquella verde selva que ha sido soñada más de una vez, se encontraba en su humilde alcoba. Restregando sus orbes de un color azul se levanto con mucho pesar, el cansancio y su habitual vacío que se presentaba en el centro de su pecho se hicieron presentes como cada mañana. Se levanto de su cama y fue directamente al cuarto de baño para poder acicalarse, eran alrededor de las 5:30 y debía ir a la cafetería antes de las 6:30 para tener todo listo.

Al terminar su rápida visita al baño, fue directamente a la cocina, su madre y hermanos se encontraban en la mesa para poder desayunar, dos jóvenes cerca de sus 20 ambos betas, trillizos con la edad de 12 dos de ellos omegas y un alfa y la más pequeña de esta humilde casa, una linda omega de 5 años. La cocina era verdaderamente pequeña para esta numerosa familia, en realidad toda la casa era realmente pequeña, habían solamente 3 dormitorios, una sala que apenas podía con un sillón y una mesa ratonera, una cocina sin muchos muebles y con escasas cacerolas y utensilios fusionada con un comedor de madera desgastada y sillas que rechinaban y crujían por su uso excesivo, el cuarto de baño que contaba con una tina con reducido espacio y una cubeta para depositar las necesidades. El revuelo en la cocina le devolvió al presente, separo a los trillizos de una riña por un trozo extra de pan y se sentó al lado de la pequeña Eva, que jugaba con una muñeca de trapo que su madre había hecho días atrás con ropas que ya no le quedaban. 

Su madre le paso su avena que era el desayuno del día, luego se coloco en el otro asiento al lado de Eva, todos dieron las gracias e iniciaron a comer. Las comidas se tomaban muy rápido en la casa de los Blanc pues el negocio familiar ocupaba la mayor parte del tiempo, al ser invierno la cafetería tenía muchos clientes y era de importancia tener todo listo para los aristócratas y hombres de alcurnia que acostumbraban a pasar por allí. Todos colaboraban en la cafetería, los betas llamados Eric que tenía 19 y Jolie con 17 años trabajaban a tiempo completo con su madre y hermano mayor, los trillizos llamados Margot que era alfa, Mirelle que era omega y el dulce Adrien que de igual forma era omega iban a la escuela por la mañana, por las tardes iban a la cafetería y se turnaban para limpiar las mesas, ayudar a Jolie y a su madre Suset con los postres y a lavar los platos con Eric; la más pequeña de los Blanc, Eva, se dedicaba a clasificar los granos de café y las bayas para las tartas y postres, era totalmente dedicada a ello, nunca comía ninguna de las frutas o bayas sin el consentimiento de sus mayores, podía pasar horas clasificando café y siempre lo hacía con gran alegría y cuidando en clasificar a los de mejor calidad, no fallaba en su tarea. Todos en la casa Blanc sabían el gran valor del dinero, pues aún recuerdan todas las carencias a las que fueron sometidos por el abandono de su padre, les dejo solamente con la casa y la cafetería que se encontraban en el centro de París, un lugar donde los ricos tienen todos los derechos, incluyendo el de pisotear a los menos afortunados. Dean, el mayor de los hijos Blanc y el alfa de esa familia, había sido el más golpeado por toda la realidad de ese mundo interesado y cruel a la edad de 19 años, abandono una beca universitaria para poder ayudar a levantar desde cero la cafetería, no contaban con otra fuente de ingresos y debían colocar todo su esfuerzo si querían tener comida para el invierno, obtuvo trabajos pequeños para poder comprar los suministros y materia prima, ayudaba con todo lo que podía en la cafetería, aprendió de administración en unos manuscritos de la biblioteca de la ciudad para poder controlar el negocio, soporto todos los desprecios de las personas de la alta sociedad que vivían en esa y otras calles, se impidió soñar para poder mantener los pies en la tierra, por eso ya en sus 23  años era un alfa serio, totalmente indiferente a la idea de formar un lazo con algún omega, ya no había pasión en su mirar y sus prioridades eran su familia y el negocio.

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⏰ Última actualización: May 05, 2020 ⏰

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