Oi un llanto a lo lejos, sigilosa me voy acercado a aquél joven. Tenía mi edad o tal vez unos años más. La luz de luna abrazaba la ciudad y muy poco la calle por la cuál debía atravesar para llegar a casa.
De pronto, pronunció mi nombre... como si conociera a aquella persona, un frío recorrió mi espalda y se me hizo un nudo en la garganta.
Eran las una de la mañana, acababa de salir del trabajo y no tuve mejor idea que volver caminando a casa.
Su llanto era cada vez menos audible y alzó su vista chocando con la mía. Al verme, se formó una sonrisa en sus labios así achicando sus ojos.
Retrocedi unos centímetros pero él comenzó a acercarse cada vez más y más.
¿Qué estaba pansando?ㅡ No me hagas daño.ㅡ pedí en un susurro.
Las lágrimas comenzaron a caer de la nada y éste la limpió. Suspire y me di cuenta que era yo quien buscaba y llamaba en llantos.
ㅡ Estás aquí, me encontraste.ㅡ dijo y luego me abrazó.
●●●
Abro mis ojos rápidamente, me miro notando que estaba sudada y con la respiración agitada. Todo había sido un sueño.
Agradecí a mis adentros y fijo la hora, cinco y media de la mañana justo tenía que despertar.
Me dirigí al baño para cepillar mis dientes, darme una corta ducha para luego vestir y arreglarme porque debía trabajar. Recogí mi cabello en un rodete y peine mi flequillo para luego tomar mi bolso y salir por la puerta.
Llevaba a penas un año trabajando en el hospital de Hong Kong, me había mudado del otro lado del mundo hasta acá una vez que decidí tomarme un avión y disfrutar de mis vacaciones. Fue ahí donde me di cuenta que era acá dónde quería vivir y envejecer. Algo me trajo hasta aquí, como diría mi madre.
Dejando de lado aquello, caminé veloz hacia la estación de colectivos me apresure al ver el color amarillo resultante en la avenida y subí. Al pasar la tarjeta con efectivo camine un poco y encontré un asiento vacío, lo limpié bien y ya podía descansar allí.
Y volví a pensar en mis sueños, ese rostro... aquél joven. Siempre estuvo presente en mis sueños durante mi adolescencia, alrededor de seis años es el período en el que llevo soñando con él. Pero, ¿quién era y qué quería conmigo?
Y al verlo nuevamente hoy introducido en mis sueños, me hizo temer. Me dijo que yo lo encontré a él, me hizo sentir como si nos hubiesen alejado pero el caso estaba en que en mi vida lo había visto ni oído de él.
Hace tres años, me vine del extranjero alejandome de aquella vida devastadora que tenía. Pensando que mi vida cambiaría aunque sea algo y no, estaba equivocada.
Todo seguía igual y cabe destacar que si era feliz allá pero aún sentía ese vacío, esas inmensas ganas de llorar aunque esté contenta, como si me faltara algo o alguien.
Mientras estudiaba en la universidad pensaba que era una locura mía, visité médicos específicos en el área emocional y todos decían que yo era el problema. Incluso me trataron de loca pero yo seguía en pie, que mi vida no estaba realizada y debía buscar ese algo que me guiaba el alma.
Y acá yo estaba entrando al hospital de nuevo al trabajo, lo bueno de lo cual me sentía agradecida era poder hacer lo que más me gustaba, ayudar a la gente a través de la medicina.
Saludé al personal médico y tomé mi guardia. Trabajaba alrededor de quince horas sin parar, exceptuando los lunes por la mañana que era bastante tranquilo.
Luego de una larga jornada siendo las once de la noche volví a tomar el mismo colectivo a casa.
Me preguntaba cuándo iba a poder comprar un coche por comodidad. Tenía los brazos cansados y lo único que quería era tocar la almohada. Las luces de los faroles se vieron reflejadas en aquel móvil el cuál me subí, por desgracia ningún lugar estaba vacío, por lo que tuve que ir todo el viaje parada.
Al bajar del colectivo, comencé a caminar rápido por lo miedosa e insegura que era... hasta que llegué a mi cuadra. Un hombre a penas sin poder caminar se viene acercando a mi entonces, en vez de seguir caminando por la cuadra de mi casa desvíe el camino pasando por aquella calle oscura corriendo. Oi un llanto cerca de la plaza y di un brinco. No me detendría hasta llegar a mi destino.
Corrí hasta llegar al otro extremo de la calle y entré a mi casa sin hacer ningún ruido.Que miedo, fue lo primero que pensé. Me daba miedo todo aquello que me estaba ocurriendo. Que dejé caer unas que otras lágrimas del susto.
Al entrar a la casa, lo primero que hice fue deshacer de mi ropa y meterme la ducha dónde me higienicé. Al terminar de hacerlo, bajé por la cena. Encendí el horno y coloqué las pizzas pre-cocinadas que había comprado en el mercado hace dos días.
Abrí la heladera, me serví un vaso de zumo de naranja y a penas estuvieron las pizzas me instalé con la cena en el living mientra miraba las noticias. A pesar del cansancio que llevaba, si o si debía mirar las noticias para estar al tanto de la vida afuera.
Luego de terminar la cena, limpié la zona donde cené y fui en busca de mi celular. Lo reviso y tengo mensajes de mi familia. Respondi a todos con un buenas noches y llego la hora de dormir.
Mi reloj marcaban las doce y media de la noche y ya no daba más del sueño entonces subi las escaleras hasta mi cuarto, dejé el teléfono en la mesita de luz y me recosté sobre la cama. Cerré mis ojos y ya no recordaba nada.
●●●
ㅡ ¿No me recuerdas?ㅡ dijo con la voz entre cortada. Lo miré a los ojos y sus lágrimas no paraban de salir.
Negué mintiendo. Si lo conocía, él era el joven de mis sueños.
ㅡ Soy yo, tu prometido.ㅡ dijo y temble del miedo.ㅡ Ellos intentaron alejarte de mi, pero aquí estoy.ㅡ dijo limpiando las lágrimas de mis ojos.
Lo aleje de un empujón y me fue difícil porque me abrazó. Su flequillo obstruia la vista que tenía hacia sus ojos y la corrió para luego sonreirme.
En su rostro podía ver un poco de sangre recorrer su frente y uno que otros raspones.
¿Qué le había sucedido?
ㅡ Esto me hizo tu padre.ㅡ susurró y soltó su abrazo.ㅡ Pero debo protegerte de mi familia, ellos quieren matarte.ㅡ dijo limpiando sus lágrimas.
ㅡ ¿Qué quieres de mi?ㅡpregunté en llanto.ㅡ Déjame vivir tranquila.
ㅡ Te estuve buscando mucho tiempo, pero me encontraste y lo único que puedo decirte. Es que no te dejaré vivir tranquila hasta que estés a salvo. Tengo que protegerte.
Se acercó a mi y besó mi mejilla.
Ese día, pude percibir que decía la verdad. Que él no vivía sólo en mis sueños, sino que él era parte de mi vida.
Que quizás no era todo producto de una imaginación sino la verdad la tenía frente a los ojos.Annyeonghaseyo~
Volví del hiatus, historia larga prometo comentar en el próximo capítulo 🥺🥺🥺🥺
Las extrañaba🩷
Saranghae, Ruth❤️🩹