47 - HERMANAS

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Christen

—¿Pero cómo puede dormir tanto? —pregunto intrigada.

—No es culpa suya —responde Fiona —. Mamá le lanzó un conjuro. Enseguida lo deshago.

Se acerca a la cama y se sienta en ésta para depositar su mano en la frente de Lorie. Me quedo alucinada al comprobar el aura tan increíble que tiene y la facilidad con que la magia fluye de ella. Debo reconocer que me da casi hasta envidia. Siento mucho poder en ella y encima, lo sabe utilizar.

Poco a poco Lorie se despereza y abre los ojos. Al ver a Fiona sonríe.

—¿Ocurre algo, Fiona? ¿Por qué me has despertado? ¿Es hora de irnos ya?

—¿Iros? ¿A dónde? —inquiero de mala manera.

En ese momento Lorie se vuelve hacia mí y se da cuenta de dónde está. Sin poder evitarlo, se pone a temblar.

—¿Qué está pasando? ¿Qué hago aquí? ¿Y Merlín? —pregunta confundida.

—Olvídate de Merlín por el momento —le indica Fiona con tranquilidad mientras acaricia su cabello —. Ya no puede hacerte nada. Ahora estás a salvo, en casa.

—¿En casa? —contesta con los ojos abiertos como platos —. Pero yo no puedo estar aquí. Todos me odian y sobre todo ella.

Dice esto último señalándome a mí y yo me quedo alucinada. ¿Que le odio? ¡Pero si es todo lo contrario! Adoro a la tonta de mi hermana.

Voy a responder, pero una tranquilizadora mirada de Fiona me calma. Eso me intriga. ¿Estará usando conmigo algún tipo de manipulación mental? Aunque debo reconocer que su aura transmite tranquilidad. Es como la de la abuela Rose. Cuando no está histérica como estos últimos días, claro.

—¿Por qué dices que te odio, Lorie? —pregunto tratando de mantener la calma.

Ella me mira sorprendida, como si fuera lo más evidente del mundo.

—Está claro. Lo quieres todo para ti y yo te estorbo.

Abro los ojos como platos. Es lo último que me esperaba escuchar.

—¿Estás segura, Lorie? —le dice Fiona —. Porque a mí me da la impresión de que es al revés.

Al escuchar eso, Lorie cruza los brazos y le mira enfadada.

—Creía que tú estabas de mi lado, Fiona. ¿Y todo lo que me dijiste? ¿Recuerdas? Tú eres igual que yo por eso me entiendes.

—Te equivocas —responde divertida —. La que te dijo esas cosas no era yo. Era Mia ocupando mi cuerpo y su única intención era atraerte para engañar a tu padre.

—Mientes —grita poniéndose de pie y dirigiéndose a la puerta —. Me has decepcionado, Fiona. Jamás imaginé que te pusieras del lado de "esa".

Lorie se dispone a abrir la puerta, pero ésta le suelta una descarga. La mira con mala cara y, seguidamente, se dirige a la ventana donde sucede lo mismo.

—¿Qué demonios habéis hecho? —nos increpa molesta —. ¿Por qué no puedo salir de aquí?

—¿A dónde quieres ir, Lorie? —pregunto cruzándome de brazos.

—A donde sé que me quieren.

—Sí, para utilizarte. Madura de una vez. Ya tienes dieciocho años.

Mi tono de reproche parece no gustarle, pero no voy a ceder. Es una caprichosa que tiene que entender que no todo gira en torno a ella.

—Precisamente —responde altanera —. Tengo dieciocho años por lo que no me podéis obligar a estar aquí.

DC XII:LA REINA DEL MUNDO √Donde viven las historias. Descúbrelo ahora