Odio esta situación

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(Como ya había dicho el orden de lo q suceda no será lineal a la serie.)  

Habia pasado años desde q salía con Castiel, habíamos hecho muchas cosas, evitamos el apacolapsis, otra vez, pero esta vez, Dean y Cas... Ellos mataron a Dick Roman, el jefe de los leviatanes, una larga historia. Pero cuando le mataron, desaparecieron, se esfumaron sin más, Crowley de llegó a Kevin, un profeta del señor, Sam se fue con el impala y yo me quedé en el bunquer, investigue todo, mire todos los libros y contacte con muchos cazadores, pero no encontré nada. Había perdido a Dean q era como mi hermano y a Cas... No podía vivir sin ellos. Solo cerré el bunquer al cal y canto y me encerré ahí con la única compañía del alcohol y la soledad.

Estaba durmiendo cuando oí el móvil sonar lo cual me perturbo los oídos y me taladro la cabeza ya q estaba de resaca como era costumbre. Aún así lo coji.
- Quién eres y por q tienes mi teléfono?
- María, soy Sam.
- Oye Sam, ahora no es buen momento.
- Es Dean, ha vuelto.
- Sabes una cosa Samy? Vete a la mierda.
Colgué el teléfono, era imposible, los dos habían muerto. Coji una de las botellas de mi lado y me puse a beber de nuevo.
Ya estaba borracha cuando oí como tocaban la puerta, subí las escaleras con dificultad y abri la puerta. Delante de mi estaban Sam y Dean sonriendo.
- Hola.
- Joder, q wiski más fuerte.
- No es efecto del alcohol, estamos aquí.
- No, no, no, tu, me abandonaste, y tu, estás muerto.
- Y tu, estás borracha.
- Ding, ding, ding, premio para el zombie.
- Vale, se acabó.
Sam me quito la botella de las manos.
- Escúchame, estamos aquí, somos reales y Dean no está muerto, no es un metamorfico, ni un demonio, y tampoco un leviatan.
Mire de nuevo a Dean.
- Dean?
- Exacto.
Prácticamente me tire en cima de el y le abrace con fuerza y lágrimas en los ojos. Cuando me separe me limpie las lágrimas torpemente y les dejé pasar.
- Siento el desorden, he estado ocupada.
Me referí a q las sillas estaban en el suelo al igual q los libros devido a mi desesperación, aparte de q había botellas de wiski, vozka y demás bebidas alcohólicas por el suelo.
- Ya lo veo.
- Donde has estado?
- En el purgatorio.
- En el purgatorio purgatorio?!
- Conoces algún otro aparte de el de los monstruos?
- Vaya, eso a debido ser muy fuerte.
- Si, no fue agradable.
- Y... Cas?
- Estaba conmigo.
Abri los ojos con emoción.
- Dónde está ahora?
- En el purgatorio.
- Q?
Empecé a notar como me ardían las venas.
- Intenté sacarle, de veras, pero...
- Pero? Hay un pero?! No salvaste a Castiel?!
- María, lo intente.
- TU CREES Q ESO ME BASTA?! EL NOS SALVO LA VIDA MILLONES DE VECES Y TU NO LE PUEDES SALVAR UNA PUTA VEZ?!
- TAMBIÉN ERA MI AMIGO! Y me siento culpable por no salvarlo, pero no puede hacer nada.
- Quedaos, si queréis, y sino, os podeis ir a la mierda.
Me fui a mi habitación indignada, no podía creer q Dean saliese y Cas no. Volví a cojer la botella, una de las muchas q tenia a mi alrededor. Empecé a beber mientras lloraba, le hechaba de menos, yo le quería y el desapareció por matar al puto leviatan.
De repente oí como llamaban a la puerta.
- María, Dean y yo iremos de caza unos cuantos días.
- Cómo queráis.
- No tomes demasiado.
- No me puede dar un coma etílico, tranquilo.
Sam salió de mi habitación y luego oí como la puerta de entrada se cerraba con su típico chirrido metálico. Volví a fijar mi vista en la cerveza y continúe con mi rutina.

Pasaron días, semanas mejor dicho desde q Sam y Dean vinieron al bunquer, me llamaron muchas veces pero no les conteste ninguna, no tenía motivo en si, solo estaba más concentrada en vaciar mis botellas de bermut.
Volvi a oír como llamaban a la puerta de entrada y fui a abrir la puerta.
- Hola de nuevo.
- No sabes cojer el puto móvil! Creíamos q te había pasado algo.
- Ya bueno, estaba más ocupada.
- En q? Bebiendo?
- No listo, bebiendo para ahogar las penas. A vosotros os sirve la caza, a mi el alcohol. Por q llamabais tanto?
- Al principio para ver si estabas bien y después...
- Después q?
- Después para decirte q he visto a Cas.
Solté la botella q callo sobre el suelo rompiéndose en pedazos y le pegue un bofetón a Dean.
- No te atrevas a nombrarle.
- María, podría ser q ha vuelto.
- A si Sam? Y donde está? Tu lo ves? Por q yo no.
- Igual no puede hablar con nosotros.
- Claro, por q tiene mejores cosas q hacer q ver a sus amigos y a su pareja. Si, seguro q está en las Vegas en algún casino jugando a la ruleta.
- Nosotros sólo decimos...
- Mira, Samy, si habéis venido hasta aquí solo para decirme q habéis visto a... podéis iros, no hay nada de lo q hablar.
Vi como Sam y Dean miraban detrás mía y con los ojos muy abiertos. Cuando me gire vi a Castiel, un Castiel sucio y descuidado, con barba incluida. Le mire a los ojos, aquellos q tanto había extrañado y me habían torutarado tanto tiempo.
- Hola.
Rápidamente agarre sus mejillas y choque sus labios con los míos mientras lloraba, no podía creer q estuviese vivo y conmigo de nuevo, le había hrchado tanto de menos, no quería q se separas de mí de nuevo, no le quería perder, no otra vez.
Cuando me separe me limpio las lágrimas y me sonrió. Por primera vez en meses volvía a sentir felicidad. 

Castiel por Oc. Amor entre especies.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora