Asistente personal •KOOKMIN•

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Llegaron a la casa de la familia Jeon, en silencio, pues ninguno de los dos se animaba a hablar de lo que estuvo a punto de suceder minutos atrás. Ambos estaban muertos de la vergüenza, pues si no hubiera sonado el teléfono... ¿Se hubieran besado? Probablemente. Los dos chicos lo deseaban desde hacía tiempo. En ese momento, el pelinegro odiaba un poquito a su hermano, pues el fue quien le llamó. El sonrojo de Jimin no se iba, pues no paraba de pensar en lo sucedido. Iban a besarse. Incluso sus labios se rozaron un poco. Ese simple roce hizo que su corazón se detuviese. ¿Jin tendrá razón? ¿Estoy enamorado? Era lo único que podía pensar Jimin en este momento. Sin darse cuenta, con su mano derecha, se toco el labio que a penas rozo el contrario. Acto que Jungkook no pasó por alto, y sonrió.

-Ya casi hemos llegado... -Jimin se sobresaltó- Jimin -comenzó cuando detuvo el coche en la puerta de la mansión de los Jeon- Sobre lo de hoy... Me gustaría que lo hablásemos... Más tarde... Ahora no es el momento de estar así -le acarició los cachetes, que cada vez iban tornándose más rojos- Mi madre es un amor, pero es muy lista también -Se bajó del coche y se dirigió a abrir la puerta de Jimin- Esta noche... Me gustaría acabar lo que empezamos... Pero solo si tu quieres... No voy a obligarte a hacer nada... -Jimin estaba en shock. Las piernas le temblaban pues todo lo que le había dicho, lo había hecho en el oído, susurrándole- ¿Vamos?

Jimin se quedó un poco atontado de ver aquella enorme piscina, pues pensó que la suya era gigantesca, pero parece que no. Pero eso no le hizo dejar de pensar que Jungkook era un estúpido. ¿Cómo le dice tales palabras, a punto de entrar en la casa de su familia? Si antes estaba nervioso, ahora está hecho un flan. ¿Quiere acabar lo que empezamos? Pensó. Eso solo significaba que iban a besarse, por fin. Pero... ¿Porqué ahora estaba muerto de miedo? El le había dicho que no lo iba a obligar a nada, eso significa que si se niega, no pasará absolutamente nada. ¿Se iba a negar? Lo más probable era que no. Ya estaba casi seguro de que lo que le dijo Jin era cierto. A Jimin le gustaba Jungkook. Pero no deja de ser su jefe. ¿Qué dirá todo el mundo sobre eso? Jimin se estaba atormentando demasiado rápido. Así que se quitó esos pensamientos de la cabeza y se puso al lado de su jefe, pues eso era ahora. Hoy era solo su asistente.

Jungkook, por otro lado. No sabía de donde había sacado el coraje para decir aquello. ¿Acabar lo que empezamos? Lo deseaba, por supuesto, pero le aterraba el saber que Jimin podría venirse a bajo en cualquier momento. ¿Desde cuando me importa alguien que no sea yo? Pensó. Bueno, la respuesta es fácil. Desde que levanté la mirada de aquellos papeles y vi aquella cabellera rubia que me sonreía. Desde entonces, estuve perdido. Se contestó el mismo. Si había algo que odiaba es no entender las cosas. Y algo que no entendía era el dolor de estómago que le causaba la cercanía del menor, el porqué se avergonzaba si el pelirrosa le regañaba, es más, no entendía por que se dejaba regañar por su asistente. Tae le dijo una vez... "Te gusta Chimmy"  Y esas tres palabras no se dejaban de resonar en su cabeza. No es posible. Amo a las mujeres. Las adoro. Me encanta el sexo con ellas. Pero entonces... ¿Porqué no disfruté mi último encuentro con Lis? Pensó. Volvió a la realidad al notar la presencia de su menor a su lado. Esperaba que esta noche saliese bien, pues no quería que se alargara mucho. No sabía, o no quería admitir, la razón. Pero estaba deseando volver a casa...