Capitulo 2. No Es Lo Mismo

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En los dos meses siguientes aprendieron primeros auxilios, cómo que hacer cuando un niño se ahoga y demás, hoy irían a conocer unos cuantos niños y con suerte pronto tendrían uno en casa.

Se organizaba como un gran almuerzo en una de sus cedés, los niños jugaban en el patio mientras las trabajadoras ayudaban en la cocina, los adolescentes estaban en un rincón del patio cerca del aro de basquet, ellos preferían guardar su distancia de los más chicos.




- Siento que voy a vomitar – murmura Luís

- Mi amor tranquilo – toma su mano – Sólo vamos a verlos y convivir con ellos

- Pero y si no les caemos bien a ninguno? – toma los gafetes que les ofrecen para poner sus nombres – Gracias

- Mi cielo – lo toma de las mejillas – Nos irá fantástico, relajate o asustaras a los niños

- Tienes razón – le roba un beso – Vamos?

- Primero escribe tu nombre en el gafete – ríe – Ya luego podremos ir





Una vez ambos estaban identificados, van al patio a convivir con los niños, Luís se puso a jugar con unos niños al fútbol, parecía uno más la verdad, lo entregaba todo en la cancha cómo esos niños.

Altagracia estaba con unas tres niñas, ellas esperaban que les hiciera una trenza como Elsa, ya que minutos antes se lo hizo a una muñeca, a la hora de comer ambos fueron a una mesa, tenían una pequeña libreta donde anotarían los nombres de los niños.

Con los que se llevaron bien, la verdad no habían sentido esa conexión que los otros padres temporales tanto comentaban en la mesa, sin embargo tenían muchos nombres para escribir, basado en eso evaluarian la posibilidad de que alguno fuera con ambos.





- Estás todo lleno de tierra – sonríe quitándosela – Creo que te divertiste

- Un buen partido no se le niega a nadie – ríe – Cómo te fue con las niñas? Jugaron mucho?

- En realidad, me pidieron que las peinara y cuidara de sus muñecas bebés – sonríe – Fue lindo sabes, pero sentí que estaba con mi sobrina

- Si eso mismo iba a decir, sólo que yo no tengo sobrinos así que... – le resta importancia comiendo

- Deberíamos probar con un adolescente – comenta viéndolos – Se ven muy solos, allá todos apartados

- Hasta ahora no vi a nadie acercarse a ellos – se gira

- Luís! – le reprende – No mires tan fijo

- Ya perdón – se voltea de nuevo – Vamos después?

- Vamos – concuerda – No te apures al comer, aún tenemos tiempo, el evento aún no acaba

- Cuánto nos queda más o menos? – la ve

- Media hora, tranquilizate no quiero que te atragantes – ríe





Al terminar de comer, se disculpan con los otros integrantes de la mesa, mientras caminan hacía los adolescentes se encuentran con los niños de hace rato, quienes los saludan mientras vuelven a sus cosas.

Daba un poco de nervio acercarse a los más grandes, por las hormonas revueltas que tenían no se sabía cómo podían reaccionar, nadie quiere un desaire por eso los evitaban, al estar más cerca a Luís como que le empieza a entrar el miedo.






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