Alpha Ikender
•Hilos del pasado•¿Qué es el amor? En ocasiones, en aquellas noches oscuras y frías, solía hacerme esa pregunta. Mi mente daba tantas pero, tantas vueltas entre recuerdos, momentos que había visto, y me preguntaba, ¿qué diablos era ese sentimiento? ¿Mi padre lo habrá sentido por mí alguna vez? Sé que mi madre me amó hasta sus últimos días de vida, y yo a ella pero, hay amores diferentes, algunos son con el alma, otros con el corazón, y los más bajos, con la mente. Amas a tu familia con el corazón. ¿Entonces? ¿El amor que sientes hacía alguien es con el alma? ¿Por qué? ¿Por qué el mundo necesita amar?
— Las flores de este jardín
Son hermosas—. Sonreí acariciando los pétalos de un girasol, había tomado un hábito un tanto extraño, salía al jardín, respiraba, me sentaba en el pasto alrededor de las flores que esté tenía, sin importar los insectos, o el ensuciarme.Pasé tanto tiempo encerrada, que el simple hecho de oler la tierra, me daba paz.
—¿Te gustan los girasoles pequeña? —Me sobresalté al escucharlo detrás de mí.
—Haz vuelto— quería tratar de que mi voz no sonara tan emocionada pero, creo que fallé. Era imposible no sonreír, no después de haberlo extrañado tanto. Era como si una parte de mí, se volviese a sentir protegida, entera. Porque eso era lo que Ikender me hacía sentir.
Protegida.—¿A caso me extrañaste?— El lobo tenía una estúpida pero hermosa sonrisa en su rostro. Asentí con la cabeza un poco emocionada.
Me sorprendí un poco cuando sus brazos rodearon mi cuerpo en un tierno y cálido abrazo. Escondió su cabeza en mi hombro, lentamente le devolví el abrazo, se sentía muy bien, a quien engaño, se sentía jodidamente bien.
—No me presentas a tu mate Alpha— observé a un hombre que recién llegaba hasta nosotros. Era solo un poco más alto que Ikender, sus ojos detalladamente dorados, irreales un poco más oscuros que su cabellera un tanto larga. Note que su mirada era tranquila, aún así dentro de esta se encontraba una gran melancolía y tristeza, lo sé porque es la que miro todos los días frente a mi espejo.
—Eider te presento a Lort Ashton, uno de los vampiros más antiguos que existen.
«Un vampiro» No Lucia igual que Rosel, su piel no era pálida, al contrario se notaba cálida.
—Es un enorme placer— hizo una pequeña reverencia, sus ojos no se apartaron de los míos en ningún momento y aquello, fue capaz de intimidarme, bajé un poco la mirada asintiendo con la cabeza.
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ALPHA IKENDER +21©
WerewolfC o m p l e t a Él era el gran Alpha de Alemania. Ella una humana esclavizada. Él fue libre toda su existencia. Ella estuvo cautiva cinco años, su padre la había vendido al peor hombre que la pequeña Eider pudo conocer. Estaba en medio de las vías...