GRUDGE

CAPÍTULO 8

Lo seguí tomada de la mano, había olvidado este toque tan gentil que tiene —Gracias por cuidar de mí— susurré —Lamento mucho no estar en el funeral de tus padres— dijo —No importa, fue un año después de irme de Mie— sostuve con fuerza su mano, mientras tanto podía ver su espalda, su nuca, su cabello sostenido por una media coleta, suspiré en mis adentros ante esa imágen. Al llegar a la habitación él habló —¿Sabes? Yo...— él me miró directo a los ojos y paseaba su mirada hacia mis labios —Yo...— veía cómo se acercaba poco a poco hacia mi, nuestras miradas por un momento se encontraron y nuestras respiraciones se entremezclaron, ambos cerramos los ojos al mismo tiempo y podíamos sentir el roce de nuestros labios; hasta que finalmente chocaron, mi cuerpo temblaba en ese momento y su mano comenzaba a invadir mi cintura. No podía creer que finalmente, después de tanto tiempo, al fin podía besar esos labios. Mi mano comenzó a escabullirse por si cuello, llegando hasta su mejilla —¿Estás segura de hacer esto?— me preguntó al separar nuestros labios —Lo deseo, te deseo— fue lo que atiné a responder, sentí cómo sus labios sonreían —Me agrada escuchar eso— sin soltarme de la mano y la cintura comenzó a besar mi cuello, solté pequeños gemidos al tiempo que sus besos me enloquecían. Mi mano se hundía en su cabello, pegando más sus labios a mi cuello —¿Nos la pasaremos solo así? Quiero desnudarte— el susurro fue depositado en mi oído, provocando que mi piel se erizara; ese tono de voz jamás lo había escuchado, era: meloso, seductor y al mismo tiempo varonil —Estoy por completo a tu disposición, tú sabrás que hacer— respondí, su sonrisa apareció de nuevo frente a mi —De acuerdo— suavemente me recostó en su cama, quito mis pantalones, mientras recorría mis piernas con la yema de sus dedos, podía sentir lo duro que se habían vuelto, sonreí un poco —Lo siento mis manos están maltratadas por tocar la guitarra— tomé su mano y besé cada dedo, la palma de su mano y finalmente su muñeca —Se lo que significan para ti, un esfuerzo constante de seguir adelante y perseguir tus sueños; no hay porque disculparse— me levanté y besé sus labios.

Estando solo con mi blusa y pantaleta, tocaba mi turno de desnudar al hombre que por años trate de olvidar, quito su pantalón y me siento sobre él —¿No crees que es muy pronto?— preguntó con un sonrojo en sus mejillas —Aún no inició nada— dije con una sonrisa, quito su playera que deja al descubierto su piel, de inmediato, comienzo a besar su abdomen subiendo poco a poco, siento el erizar de su piel al mismo tiempo que mis dedos rozan su estómago, paso mi lengua sobre su pectoral izquierdo, él suelta un dulce gemido —Veo que te gusta el juego previo— mencionó —Me gusta ver la reacción de tu cuerpo a mi toque, es interesante, ¿Que pasa si tocó aquí?— mi mano comenzó a invadir su miembro, trataba de grabar cada expresión, desde como mordía su labio hasta la manera en la que me miraba —¿Que reacción tendrás si hago esto?— mi mano envolvía suavemente la parte alta de su virilidad, él solo cerraba sus ojos y mordía su mano escondiendo su sonrojo, en ese momento, quité mi blusa y dejé al descubierto mi pecho —Veme, quiero que me veas— pedí, sus ojos se abrieron y sus manos con un poco de duda se acercaron a mi cadera —Solo puedo ofrecerte esto; lo que soy en cuerpo y alma— su expresión fue la más tierna que he visto en todos mis años, se recargo sobre sus codos y acercó una mano a mi mejilla —No hace falta que te ofrezcas, siempre te he querido por lo que eres— mencionó. Esa noche, finalmente podía estar abrazada, desnuda de cuerpo y alma con el hombre que siempre he amado, mientas su cabeza descansa en mi pecho, aprovecho para acariciar su espalda, tantas veces había soñado con esto, mis fantasías ni siquiera son dignas de comparar a lo que pasó está noche —Me has llevado al cielo— pensé.

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Me encanta verlo con ese look, luce tan sensual y cautivador, sé que no va con el Cap, pero amo esa imágen.

Espero que esté capítulo les guste.