○CAPITULO 26○

468 44 5
                                    

Estaba en la entrada, esperando a que ella regresará de lo que tenía, que según ella, "revisar". Miré su gran patio, todo repleto de flores, árboles, un gran espacio en verde, se podía sentir en el aire el olor a Naturaleza.

- ¡Listo! - abrió su puerta, giré para verla parecía un poco agitada, el vestido que llevaba antes ya no lo tenía puesto, ahora solo tenía puesta ropa informal muy cómoda.

- ¿Puedo pasar ahora?

- Sí - río haciéndose a un lado, dejándome pasar.

Miré a mi alrededor todo estaba como la última vez que vine, aunque esa vez fue donde todo comenzó, donde por primera vez la vi.

- ¿Me dirás el por qué estamos en tu casa?

- ¿Qué mejor que conocernos en mi casa? - no dije nada tenía razón por una parte, escuché como cerró la puerta mientras se ponía a mi lado, la miré de reojo.

- Me gusta tu sudadera.

Más bien me encanta.

- Tengo muchas sudaderas, podría prestarte aunque no creo que te quede, ya que eres más alto y más...ancho - reímos juntos, sentí su mano tomarme del brazo, girándome para que la viera - Me gusta tu cabello así de revoltoso - paso sus dedos por mi cabello poniéndolo a un lado.

- Perdón que este así, me hicistes cambiarme y sacarme todo los accesorios tan rápido que no me distes tiempo a peinarme por lo menos.

- Me encanta verte así, te ves natural Kookie, ideal para esto.

- Bueno dime ¿A qué parte de tu casa vamos?

- Cierto - tomó mi mano, guiándome por el pasillo llegando en la sala, cuando mire como se encontraba, pasé mis manos por mis ojos para ver si veía bien.

- ¿Lo que veo es una cama en el medio de la sala? - me acerqué al objeto, todo estaba vacío solamente se encontraba esa cama en el centro de la sala, sobre esta algunas almohadas.

- Sí, gran idea la mía ¿No?, Me preguntaba como hacer para quedarnos conversando toda la noche sin tener que subir a mi cuarto para que no pensarás en que tenía dobles intenciones - se acerco a mí - así que hice que bajarán mi cama aquí, aunque el sofá y los muebles no se en donde lo pusieron.

- ¿Tus padres no te matarán?

- ¿Por qué lo harían? Está es mi casa solo yo vivo aquí, bueno con alguna gente que me ayuda también, bueno basta de preguntas, es ahora de que te subas a la cama y yo junto a tí.

Me encontraba mirando el techo blanco el cual contenía algunas formas peculiares en esta. Sentí la respiración de Jennie a mi lado, todo esto que hizo por mí no lo ha hecho nadie, ella de verdad quiere conocerme tal cual soy, una sonrisa se escapó de mi rostro.

- ¿Por qué sonries?

- Sonrío porque veo que estás algo loca por hacer esto - sentí un movimiento por su parte.

- Mírame - susurró, giré mi cuerpo, quedando ambos frente a frente - Mi color favorito es el negro - sonreí.

- Lindo color para una linda chica, el mío también es el negro - ella sonrió acercándose más a mí - me cuesta mucho decir cosas de mí ¿Quieres empezar tú?

- Bien, sin mentiras - asentí, ella elevo su mano poniéndola al frente de mí - Promételo - extendió su dedo meñique.

- Esta bien con una condición, sin hacer preguntas.

- Esta bien - entrelace muestro meñiques, cuando ella separó nuestras manos tomo una respiración profunda y suspiro - Nací en Corea pero me mudé a los Ángeles por mi trabajo, se me pegó el acento americano demasiado rápido - río - soy muy joven, me encanta la época de invierno, así que amo la Navidad. Me fascinan las galletas puedo comerlas siempre y no me cansaría, tengo una obsesión con las películas de Disney, amo los animales es por eso que tengo dos perros, no te preocupes los conocerás, tengo miedo a los payasos, amo la playa, la noche, el océano, me encanta cantar lo hago en todo momento y mi mejor amiga es Rose, ahora que lo pienso parezco toda una niña romántica con todo lo que me gusta y ahora tu estás en mi lista JungKook.

Treinta Días Para Enamorarla | JENKOOKDonde viven las historias. Descúbrelo ahora