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El chico agarró sus llaves con las manos temblorosas y miró a su madre tratando de no verse nervioso.

-Sebas: Ya están llegando. Voy a bajar para esperarlas ahí.
-Madre de Sebas: ¿Ya? Chuta, voy a arreglarme un poquito, tú anda y espera abajo.
-Sebas: Sí sí. Saliendo del departamento.

Sebas vive en un departamento de cinco pisos, su casa se encontraba en el tercer piso. Fue bajando las escaleras con mucha impaciencia y calma a la vez. Al abrir la puerta que daba hacía la calle, se quedó esperando ahí mientras miraba el celular. El día estaba algo nublado pero no tenía pinta de llover.

-Sebas: Mientras más se demoran más nervioso me pongo.
-SL: Relajate. ¿Vienen en auto o caminando?
-Sebas: Creo que en auto, según tengo entendido su madre maneja y su padre también.
-SL: Ya veo, ¿no será ese que viene ahí? Yo diría que sí.
-Sebas: Wait.. ¡SÍ ES! (Nononononono.) Tociendo un poco para mantener compostura.

Miriam y su madre se bajaron del auto. La chica estaba muy nerviosa y al ver a Sebas, sus ojos comenzaron a brillar. Su madre parecía contenta. Las dos se acercaron a él para saludarlo.

-Madre de Miriam: ¿Así que tú eres Sebastián no?
-Sebas: Así es.. yo soy Sebastián. Un placer conocerla. Alzando la mano.
-Madre de Miriam: Un gusto. Saludandolo de manera cordial.
-Miriam: H-Hola.. Sebas.. Abrazandolo. Le susurra al oido. Te extrañé.
-Sebas: Yo también. Le susurró devuelta. Pasen, es en la segunda torre, piso tres.

Miriam, su madre y Sebas subieron hasta el tercer piso para llegar a la casa. Al abrir la puerta se encontraron con la madre de Sebas.

-Madre de Sebas: ¡Hola! Un gusto en conocerlas. Miriam, eres tan preciosa como me lo contó mi hijo.
-Sebas: ¡MAMÁ! POR FAVOR. Rojo de vergüenza. No en frente de las visitas.
-Madre de Miriam: Qué coincidencia. Mi hija me contó maravillas de tu hijo Sebastián también.
-Miriam: ¡MAMI NO! Ay.. que vergüenza. Tapandose la cara de lo roja que estaba.
-Madre de Sebas: Pasen pasen.. ponganse cómodos.

Miriam miró con mucho detalle el departamento. Por muy pequeño que fuera, se veía bastante cómodo para vivir. La chica se sentó en el sillón tratando de relajar sus emociones.

-Sebas: ¿Todo bien? Sentandose a su lado. ¿Cómo te sientes al respecto?
-Miriam: Algo abrumada. Si te soy honesta no me esperaba en una situación similar.
-Sebas: Todo saldrá bien, te lo prometo.
-Miriam: ¿Es cierto que le contaste a tu madre cosas bonitas de mí?
-Sebas: De ti solo se pueden hablar maravillas. ¿Quieres un vaso de jugo, algo?
-Miriam: Bueno corazón.

La madre de Miriam se sentó en una de las sillas mientras hablaba con la madre de Sebas. Parecian estar contentas con la pareja que se había formado.

-Madre de Sebas: Me parecio curioso que prefirieran venir acá antes de que nosotros fueramos para allá.
-Madre de Miriam: Quería conocer al pololo de mi hija por mi cuenta primero. Se ve que es buen chico, yo no quiero que mi niña sufra, es todo.
-Madre de Sebas: Se que el Sebita es incapaz de hacerle daño a alguien.
-Madre de Miriam: Mi pequeña sufrió mucho en su antiguo colegio así que no me gustaría que eso se volviera a repetir.
-Madre de Sebas: ¿Puedo saber por qué? Si es algo personal puede ahorrarse el contarlo.

Miriam miró a su madre al escuchar esto, ella le asentió con la cabeza mientras miró a Sebas con el corazón en un hilo.

-Miriam: ¿Podemos ir a tu pieza un momento? Necesito hablar una cosa contigo.
-Sebas: C-Claro, sí tu madre nos deja por mí no hay problema.
-Miriam: ¿Mami, puedo?
-Madre de Miriam: Sin hacer nada indebido, anda.

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