10-Fuego y Hielo

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Un fuerte golpe se escuchó proveniente de la puerta de aquel oscuro lugar. Los subordinados que tomaban algo y bebían tranquilamente se giraron a ver quien era el causante de aquello. Dos figuras cubiertas por el humo caminaron a través de la capa de polvo que habían provocado destrozando la puerta.

—¿Quién ese par de idiotas?—pregunto un borracho.

Natsu y Gray quedaron al descubierto, con el gesto serio. El dragon slayer estaba liberando fuego y rayos mientras Gray ya tenía su mitad cubierta por un color negro debido a su magia de demon slayer.

—¡Son magos de Fairy Tail!—gritó alarmado uno de ellos.

Natsu se desplazó a gran velocidad hacia la parte de la derecha y rodeó de fuego su puño.

—¡Puño del dragón de fuego!—enrabietado quemo a todos y cada uno de los presentes que gritaron agónicos tratando de huir.

—¡Huyamos!—dijo el resto al ver lo que había hecho.

Pero al darse la vuelta, un muro de hielo les impedía el paso.

—¿A donde creéis que vais?—pregunto este avanzando mientras se quitaba la camiseta.

Al verse acorralados, encararon al mago yendo a toda velocidad a por él. Natsu quiso ayudar pero Gray con un gesto de mano detuvo el avance de este, aquellos eran para él. Esquivo a un par de ellos que trato de atizarle con una espada y luego con un simple gesto de mano los dejó congelados.

—¿Y ya esta?—pregunto arrogante mirando al resto.

—¡Maldito!—uno de ellos se lanzo con un hacha pero fue quemado por Natsu.

—Oye, te dije que era mio.

—Bueno, date prisa en acabar, tenemos que rescatar a Mira y Juvia—replico este.

Gray puso la mano en el suelo y en un abrir y cerrar de ojos congeló a todos sus oponentes que quedaron convertidos en estatuas de hielo brillantes.

—Hecho, ¿donde crees que están?—Gray miro a sus alrededores.

—Mi olfato me dice que deben de estar por allí—señaló una puerta que conducía al interior del lugar.

Echaron a andar y atravesaron esta, allí se les abría un enorme y largo pasillo. Caminaron tranquilamente, no querían ser atacados por ser descuidados, iban sin prisa pero sin pausa. Todo esto era visto por Serry gracias a unas cámaras de seguridad instaladas por todo el lugar.

—Maldito sean esos mocosos—maldijo mirando las pantallas—activaré el plan de defensa—apretó un botón azul.

Algo similar a una pistola salieron por las paredes del pasillo y comenzaron a dejar salir un gas en un tono verdoso.

—¡Veneno!—Natsu se cubrió la nariz.

—Deja que yo me ocupe—en un momento congeló todas las partículas.

—Gracias.

—Para eso estamos...compañero—le dijo con una sonrisa.

Serry dio un puñetazo, iba a encargarse ella misma si al final quería obtener la victoria. En la última habitación del pasillo encontraron que era diferente a las que había por los pasillos, no habían reparado en entrar ya que seguían el rastro de ellas gracias al olfato de Natsu.

Antes de entrar, se miraron y asintieron con la cabeza. Empujaron suavemente hasta abrirla por completo. Ante ellos, una enorme sala se extendía, era de color azul oscuro y muy alta.

—Bienvenidos pequeños juguetes de Makarov—resonó una voz por el lugar.

—¡Serry, libera a las chicas!—ordenó Natsu.

—Me temo que no—entonces su cara empezó a cambiar de color, al igual que su cuerpo. Poco a poco se fue convirtiendo en una serpiente.

—Es lo más raro que he visto en mi vida—comentó Gray.

Dos jaulas descendieron del techo, se trataban de las chicas que estaban inconscientes.

—Vamos a acabar con esto pronto—dijo Natsu echando a correr.

Serry desapareció entre el color azul ya que se camuflo, además, la sala se oscureció un poco para dificultar la vista de estos.

—¿Donde está?—Natsu miraba a todos lados.

Entonces, esta saltó sobre él pero fue agarrada por la mano de Gray.

—No esta vez—dijo con una sonrisa antes de estampar a esta contra el suelo.

Debido a su resbaladiza piel, logró escapar justo antes de que le atizara de nuevo. Viendo que su táctica de camuflarse y atacar no funcionaba, probaría su último recurso. La luz vino de nuevo con claridad y poco a poco fue incrementando su tamaño hasta alcanzar uno enorme, casi como el de un demonio de Zeref.

—Cuanto más grandes son...—comenzó Natsu.

—Más grande es la caída—terminó Gray.

—Sigamos la táctica que hemos comentado antes—dijo el dragon slayer.

Serry con ira y agotada de tener que haber recurrido a aquello para derrotar a los magos, se lanzó contra Gray. Este esquivo por los pelos y la cabeza de esta chocó con la pared provocando un gran agujero en ella.

—Casi me das—dijo burlón—¡Ice Make Lanza!—una enorme lanza fue creada a pocos metros encima suya y la envió a esta que recibió el impacto en su cuerpo.

Al ser tan grande, no podía esquivar los ataques pero su resistencia se había incrementado de tal forma que no pudo atravesar la gruesa piel de ella.

—Vuestros ataques son inútiles—dijo con malicia.

—Natsu, plan B.

Serry se lanzo de nuevo contra Gray, pero esta vez no lo esquivo sino que hizo una gran columna de hielo que colocó en su boca de tal modo que no podía cerrarla.

—¡Dragón de fuego!—grito Natsu saltó por encima de su amigo y lanzó con toda la rabia posible el ataque.

Serry vio como el fuego entró por su boca y llegó hasta el fondo de su cuerpo quemando por completo sus intestinos. Luego, ella voló en mil pedazos manchando todo el lugar.

—Trabajo en equipo—dijeron chocando sus manos.

Sacaron a las chicas de sus jaulas, Juvia al ver a Gray y saber todo lo que había pasado se abalanzó sobre este para hacer algo que nunca había hecho, darle un beso. Gray se sonrojó pero lo acepto de buen grado. Mientras seguía pegada al mago de hielo, a unos pocos metros, Mira se sacudía el polvo de la ropa.

—Natsu...gracias—dijo agradecida.

—No ha sido nada, somos compañeros del gremio después de todo. Además...—paro unos segundos—tu novio te debe estar esperando.

Le pareció ver dolor en aquella forma de decir la frase, pero Gray interrumpió diciendo que era mejor marcharse aquel lugar. Por suerte, el tramo se hizo corto gracias a Juvia que iba cantando y bailando de lo feliz que estaba.

En una encrucijada, Natsu se detuvo.

—Yo me separo aquí, me voy a casa y este camino es el más corto—comentó separándose unos metros.

—Vale, nos vemos luego Natsu—dijo Gray.

—Adiós Natsu-san—continuó Juvia.

—Ten cuidado...Natsu—le dijo Mira con cara triste.

Al entrar en su casa, cerró la puerta tras de si y fue poco a poco deslizándose hasta el suelo para ponerse de rodillas y después, romper a llorar.

—No soporto...este dolor—dijo agarrándose el pecho.

Y allí, en aquel lugar vacío y solitario, el dragon slayer de fuego, aquel que siempre quemaba el mal...fue consumido por las llamas del desamor. 

Ese día...Natsu Dragneel...murió.

Continuara...

Los demonios también aman(NaMi)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora