Enfrente de aquella lápida se encontraba un joven con los ojos cristalinos llorando por haber dejado que el amor de su vida y la única chica a la que había querido de verdad estuviera en manos de un monstruo, se sentía culpable por no haberla salvado y se sentía débil e inútil ya que no hizo nada al respecto.
Recordaba aquellos momentos llenos de felicidad a su lado, todas esas risas, sonrisas, todas esas caricias que hacían que su corazón saltará de la felicidad pues sabía que ella era la única que había echo que ese chico pelo ceniza cambiará su actitud grosera por una más calmada y neutral, recordaba su risa, la risa que en ese entonces le pertenecía a el, esa hermosa risa que aquella chica tenía, pero no todo es color de rosa, todo puede cambiar incluso cuando menos te lo esperas, la oscuridad inunda tu alma y la tristeza abunda tu ser, aquella chica, nunca volvería a estar a su lado.
Aquella chica se había ido