Capítulo 1

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―Debería descansar Doc., ¿cuándo fue la última vez que durmió ocho horas de corrido?

―Creo que eso fue antes de empezar la carrera. ―dijo pensativo el azabache, no tan azabache debido a sus mechas azuladas. Su hermana había estaba practicando sus dotes de peluquera con él. Rió al recordar aquel día de la semana anterior. La joven había llegado a su casa hecha un torbellino con planchas, tinturas y otros cachivaches que no sabía nombrar.

―Eso suena bastante creíble. ―suspiró su compañera de trabajo dedicada a la labor pediátrica. En ese momento se encontraban en la cafetería del hospital, tomándose un breve receso en lo que volvían a sus respectivos consultorios.

Jeon Jungkook llevaba siete años trabajando allí, se había recibido con honores y su tesis final había obtenido una buena devolución. Actualmente quería especializarse en algo más, no llegando a un consenso con sus deseos de expandir su carrera. Mientras, se dedicaba a la neurociencia. Era uno de los Neurocirujanos más eficientes y dedicados. Recibió muchas propuestas laborales -que aún seguían llegando- incluso antes de recibirse, en donde le proponían incluso ayudarle y brindarle todo lo necesario para hacer sus prácticas.

No quería pensar en ello demasiado, pero en ese entonces sospechaba que algo tenía que ver con las adquisiciones que hacía su abuelo y su padre. Ambos también profesionales de renombre en la industria de la salud. Su padre un afamado cardiólogo con una carrera extensa sin manchas en su amplio expediente, y su abuelo dueño y director de la gran cadena de "Hospital Universal", la cual contaba con instituciones especializadas en cada área y plagadas de buenos profesionales e incluso programas para aquellos quienes no tenían cobertura de salud.

Una vez terminó su almuerzo tardío, se despidió de Injoo y volvió a su consultorio. Tenía todavía demasiados pacientes con turno esperándolo y una guardia nocturna que cumplir.

―Buenas tardes, Hobi hyung. ―saludó al alegre muchacho, pasando frente al mostrador de recepción donde se encontraban los secretarios recibiendo los datos y consultas de los pacientes del área de neurología.

―Jungkook-ah, tienes una cara... ¡más tarde te alcanzo un cafecito!

―No se distraiga de sus tareas que luego anda a las corridas con papeles de aquí para allá ―sonrió recordando la última vez que su hyung corrió por todo el piso buscando tinta para la fotocopiadora pues se había olvidado de hacerlo en el receso― Señor Park, ya puede ingresar al consultorio. En unos minutos estoy con usted.

Jungkook pasó toda su tarde atendiendo y ayudando a sus pacientes. Muchas veces llegó a odiar su profesión en el sentido de que había momentos en los que no podía ser de ayuda, al igual que en ese momento. Una anciana acompañada de su nieta, debido a que sus hijos no la acompañaban y por lo que tenía entendido no se hablaban desde hacía años, estaba recibiendo la noticia de que, a pesar de haber recibido dos operaciones en su mama izquierda, tratamientos invasivos y medicación durante largos cinco años, el cáncer se había expandido a su cerebro y por lo tanto al resto del cuerpo. Ya no le quedaba más que un mes, mes y medio de vida.

―Que se le va a hacer, uno ya es viejo. Tarde o temprano nos vamos a morir. ―dijo a duras penas pues en el último tiempo había empezado a perder la capacidad del habla, al igual que la capacidad motriz debido a la presión y expansión del tumor en su cerebro.

―Vamos abuela, tenemos que llamar un taxi antes que oscurezca más. ―la muchacha pechó la silla de ruedas en la que se encontraba su abuela fuera del consultorio, al tiempo que la misma se despedía del doctor con un torpe movimiento de mano. Sin embargo, a los minutos regresó, golpeando suavemente la puerta esperando el permiso de volver a entrar― Disculpe doctor...

Su nombre es Taehyung - KookvDonde viven las historias. Descúbrelo ahora