Flavio
Me quedo mirando la conversación unos segundos y luego tiro el móvil a la cama. Paseo nerviosamente por la habitación. Vuelvo a coger el teléfono. Nada. ¿Lo habrá leído ya? Seguro que está pensando que soy un imbécil. ¿Me contestará?
Apago la pantalla y me siento en el borde de la cama mientras miro hacia la ventana. Quizá debería haberle llamado y no enviado un triste Whatsapp. O haberme presentado en su casa. No, eso no porque a ver como justifico que se su dirección. Mi mente va a 100km/h en este momento. Me tiemblan las manos. Vuelvo a desbloquear la pantalla y veo la conversación.
Flavio: Hola, Samantha. Necesito hablar contigo, es importante. He pensado que podríamos vernos mañana antes de la reunión con los demás, tu decides la hora. Aunque sean solo 10 minutos, por favor.
Y entonces aparece en línea. Escribiendo... escribiendo... escribiendo... nada.
Samantha
Qué poco me gustan los días de limpieza pero qué bien me lo estoy pasando hoy. Estoy pasando el aspirador mientras tengo la música a todo volumen y me dejo la voz cantando:
Tengo el corazón lleno de espuma
De lavarlo con agua y jabón
Arañao de frotar con cepillos de alambre pa ver si se borra tu voz.
Aunque no hay quien lo asuma
Que te has ido pa siempre
Y que no hay más remedio que hacer que se vaya el dolor
Con un poco de suerte... me forro con esta canción.
No se me desgasta el hambre
Que alimenta mi locuraQué temazo. En cuanto acabo con la aspiradora y recojo todos los utensilios de limpieza me paro a admirar mi obra. Bueno, no está mal. Ahora a vaguear todo el día.
Esta semana ha sido de lo más aburrida. No he sido capaz de sentarme y componer algo decente porque tengo demasiadas cosas en la cabeza así que me he entretenido con lo que he podido. He quedado dos veces más con Mai para seguir poniéndonos al día sobre todos los proyectos que tiene y tengo en mente. Aunque sigue muy pesada con lo de que hable con Flavio y bla, bla, bla. Intento evitar ese tema de conversación todo lo que puedo.
Voy en busca del teléfono para tumbarme en el sofá e interactuar un rato por twitter. Ese es mi plan de hoy: actualizar redes y hacer una matarón de DiCaprio toda la tarde, empezando por The Basketball Diaries. Bueno y voy a aprovechar que no tengo absolutamente nada que hacer para leer las mil conversaciones que tengo pendientes.
Entro en el iconito verde y me sorprende la última conversación activa: Flavio. Y este qué quiere ahora. ¿Debería leerlo o directamente lo archivo? Mmm... la mejor opción es archivarlo y olvidarme del tema pero mi dedo cobra vida propia y abre la conversación.
Flavio: Hola, Samantha. Necesito hablar contigo, es importante. He pensado que podríamos vernos mañana antes de la reunión con los demás, tu decides la hora. Aunque sean solo 10 minutos, por favor.
¿Otra vez? Qué pesado. Escribo una respuesta para dejarle claro que no me interesa hablar con el de nada y que por mi se puede ir bien a la mierda pero me vienen a la cabeza las palabras de Mai: "Samantiti, deberías hablar con él para que las cosas no sean incómodas cuando nos veamos todos..." Uff, resoplo y borro la respuesta. Venga, Samantha, eres una persona adulta y madura, por hablar con él no va a pasar nada.
Me incorporo en el sofá y ni yo misma estoy segura de lo que voy a hacer así que antes de que me dé tiempo a cambiar de idea marco su número y lo llamo. Primer tono, segundo tono... Mierda, ¿qué se supone que le voy a decir? Oye, Flavio, da igual que hayas sido un capullo conmigo ¿quieres ser mi amiguito?
- ¡Samantha! – contesta agitado - ¿Estás bien? ¿Pasa algo? ¿Has leído mi mensaje? Oye, si te ha molestado lo siento, debería haberte llamado directamente pero...
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Siempre tú
Fiksi PenggemarSamantha y Flavio se vuelven a reencontrar después de más de medio año sin haber tenido contacto. Ella, dolida y orgullosa, ha construido una muralla a su alrededor que no va a ser tan fácil traspasar. Pero Flavio tiene un objetivo en la mente y no...