La forma humanoide de Vülverkrass era impresionante. Era un cuerpo de más de dos metros de altura con una envergadura espectacular. Su capucha le tapaba mitad del rostro que de hecho, no se veía. Su voz era tan profunda y mística que Mike no sabía ni siquiera como interpretarla. Estaba por orinar en sus propios pantalones, no podía ni siquiera levantarse y contemplar la belleza y el esplendor de dicho ser.
- Vamos, levántate. Tenemos que hablar. - dijo mientras un libro parecía flotar abierto sobre su mano izquierda. - No tengas miedo, no voy a hacerte daño.
Mike se levantó poco a poco y, tomando más confianza, se acercó a él lentamente. - Tengo muchas dudas, señor. - dijo Mike con un tono de aflicción.
-Tus dudas serán aclaradas en breve, solamente espera. - dijo Vülverkrass mientras fijaba la vista en el libro, el cual sus páginas pasaban solas, mágicamente.
Pasaron dos minutos muy incómodos para Mike, no sabía dónde meterse, no sabía lo que se le venía encima.
-Fuiste tú quien me despertaste del sueño por aquel ritual, cierto?
- ¿Cual de ellos? - dijo Mike con tono vacilón.
Vülverkrass levantó la mirada al instante al escuchar esas palabras. Donde debía estar su rostro se le encendieron dos brillantes puntos de luz amarillos que parecían ser sus ojos.
- Aquel en el que degollaste brutalmente a tu madre y desfiguraste a tu hermano. Oí tu voz nombrandome repetidas veces.
A Mike le vinieron breves flashbacks de aquel horrible momento. Ahora sabía el motivo por el que estaba ahí, pero seguía confuso.
- Me gustaría saber porque ha tardado tanto en reaccionar ante mis llamamientos, señor. - dijo Mike confiado pero a la vez asustado.
- Por que ni tú, ni tus parientes me servís para nada. Pero voy a ser bueno contigo. Se por qué lo hiciste y también se lo que quieres.
Un altar se levantó del suelo como un escalón mecánico, pero este era de piedra maciza. Sobre el altar, apareció una neblina oscura tan densa y fría como el vapor del nitrógeno líquido. Mientras la neblina iba desapareciendo, los cuerpos de dichos parientes eran más tangibles sobre el altar. Los dos cuerpos, justo como los dejó Mike aquel dia, parecían estar vivos aun estando destrozados físicamente. A Mike se le heló la sangre y sus ojos se abrieron como platos. En su sangre corría más adrenalina que glóbulos rojos.
- Así que esto es lo que hiciste para encontrarte conmigo. Interesante. -dijo Vülverkrass con un tono de interés.- Sé que buscas a tu padre con gran deseo, Mike. Pero no te va a servir de nada, por que está muerto. Has sacrificado a tu madre y a tu hermano en vano, porque no los recuperarás. Pero sabes lo que significa que esté muerto, ¿cierto?
- Supongo que sí. ¿Está en el infierno?
-No en este. Tendrás que buscarlo.
-Bien, dime donde está y...
- Alto ahí.- Interrumpió Vülverkrass.- No te lo voy a dejar tan fácil, pequeño saco de tripas. - dijo el demonio con tono sarcástico. Cogió con un brazo el cuerpo de su hermanito como si fuera un trapo sucio, que en vida, solo tenía 3 años. Alzó el otro brazo e hizo una seña con los dedos. Una mesa de piedra apareció detrás de Mike. Se acercó con el niño en la mano derecha y dejó el cuerpo del pequeño a la mesa.
-¿Eres consciente de lo que toca ahora, Mike? Lo que vas a tener que hacer va a ser peor que degollar a tu madre y a lo que era este futuro inútil. ¿Por qué le dejaste los genitales intactos?- dijo sonriendo maliciosamente.
-Oh no. Eso si que no. - dijo Mike echándose hacia atrás desistiendo con la cabeza.
-Fóllatelo. -dijo el malvado demonio con un tono más fuerte.
-No, por favor, no me hagas hacer esto.
-Vamos, si no es para tanto, solo tienes que follarle el ojete. Así habláis los humanos de las hembras, verdad? No sois más que escoria. No servís para nada. Si pudiste degollar a tu puta madre, puedes hacerlo con el cadáver de tu hermano. Venga, adelante, quiero verlo.
Mike estaba apunto de cometer tal atrocidad. Se puso las manos en los pantalones y comenzó a bajárselos. Interrumpió Vülverkrass:
-Eres un gilipollas, Mike. - dijo mientras cogía de vuelta el cuerpo del niño y lo hizo desaparecer. Mike se paró y lo miró.
-¿En serio ibas a follarte el cadáver de tu puto hermano desfigurado? ¿De verdad te ibas a manchar la polla de sangre? Me das mucho asco, aunque en las celdas de esta dimensión se cometan barbaridades mucho peores. Me has demostrado que no vales una puta mierda. Menos de lo que ya valías, que seguía siendo mierda. -Pensó mejor- No, de hecho, la mierda se sentiría avergonzada a tu lado. - Echó una risa de burla. - Ves a buscar al imbécil de tu padre. Si me traes su cabeza y sus cojones, a lo mejor te premiaré. Toma esto.-le dio un papel color negro plegado. - Ahora corre y vete pequeña escoria, antes de que cambie de idea.
Mike dio media vuelta y echó a correr hacia la puerta sin decir una palabra más. Abrió la puerta y salió de la gran sala.
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LA LLAMADA DEL INFINITO
TerrorA Mike le gustaban los rituales y la nigromancia. Sabía que el llamaría a algo o alguien, pero no sabía que algo o alguien lo llamaría a él. El contenido de esta historia puede ser ofensivo para según qué lectores. Se agradece discreción. TW: Ab...